Opinión | Las fuerzas del mal

Fauna salvaje

Todo el mundo debería saber que el Maserati es un tipo de felino de origen italiano que, como el jaguar que se encontró la ministra Ana Mato, tienen una capacidad camaleónica para pasar desapercibidos

Terra Natura

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Ya estaría bien que dejáramos de permitir que las reglas que unos pretenden aplicar a otros no se las aplicaran ellos mismos. El refranero español está lleno de avisos y han leído algunos de ellos aquí. «Consejos vendo, que para mí no tengo». «No es lo mismo predicar que dar trigo». Y el clásico de esta columna, antes de señalar la paja en el ojo ajeno, mírate el fantástico artesonado mudéjar que tienes en esos bonitos ojos debajo de esas dos cejas. Si todos nos aplicáramos eso, quizás no habría tanta fauna suelta.

Todo el mundo debería saber que el Maserati es un tipo de felino de origen italiano que, como el jaguar que se encontró la ministra Ana Mato, así, de repente, como el último verano, tienen una capacidad camaleónica para pasar desapercibidos hasta que te lo señalan en titular de prensa. Habita en garajes de gente con posibles, aunque también algunas urbanizaciones ilegales del campo de Gibraltar y otros cerros de apariencia humilde. Me imagino la cara de terror de la exministra cuando descubrió dicho jaguar en el garaje, como una Jane en peligro a la que no hubo Tarzán que la salvara. Colocar a uno de esos taimados depredadores de las honras ajenas en el garaje del novio, dentro de poco no tan novio, de Ayuso, que lo decapitará como hacen las mantis religiosas, tiene que haber sido una artera maniobra del perro sanxe.

No había que ser un jaguar, ni tampoco un lince de los que aquí sueltan para que los tiroteen, para saber cómo iba a acabar el tema de las ambulancias en Murcia, porque ha acabado como otros tantos. El delicado equilibrio de la atención cercana en el transporte sanitario a la Sanidad regional, hecha en el pasado por esas pymes que el Gobierno regional dice defender, se vio truncado por un contrato millonario a una entidad que no tenía ni la experiencia ni la infraestructura y que entró como elefante en una cacharrería, con lo que ahora tenemos ciudadanos que esperan tres y cuatro horas a que los recojan de quimioterapia, por ejemplo, pero hay una gran empresa, que se ha llevado la parte del león y las demás partes, que no sufre los rigores de la espera en su cuenta de beneficio.

Mientras la risa de las hienas auguran un hipotético catastrófico futuro de catalanes independientes, o la sequía revive la cacofonía de cacatúas que repiten lo del agua para todos, aunque estén las desaladoras de Zapatero o el trasvase tampoco se cierre como dijeron esas mismas aves canoras en el pasado, los ciudadanos, como las avestruces, acercan su cabeza al suelo temerosos de esos hipotéticos peligros, pero no atinan a repartir responsabilidades a picotazos. Es bastante sencillo, la Sanidad es competencia de los que gobiernan el ecosistema murciano, los supuestos leones que eligieron las avestruces y los mandriles que robaron aprovechando la confusión de la pandemia están, la mayoría, quietos en los árboles, a espera de que pase la tormenta. Las avestruces deberían alargar el cuello para picarlos a todos.

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