Opinión | Las fuerzas del mal

Amnistía para todos

La amnistía, madre mía, amnistía todos los días, nos van a poner una mesa con tres botes y una bolita y nos van a animar a adivinar dónde ha puesto el terrible perrosanxe la amnistía

Fernando López Miras.

Fernando López Miras. / LOYOLA PÉREZ

Tres veces, o más, les he contado lo que Sabiote resumió magistralmente en una viñeta de noviembre del año pasado que ha resurgido en mis redes sociales. En ella se veía a un rubicundo López Miras con la palabra ‘amnistía’, y detrás, tapados, oscurecidos, casi invisibles, el resto de problemas de la Región. Claro, a él ustedes le hacen más caso, porque lo hace mejor. Lo entiendo, sin rencores.

A ustedes, queridos romanos conciudadanos, se les ha dicho por activa, por pasiva y por perifrástica, mientras el cadáver de los servicios públicos (que ustedes y yo pagamos con nuestros impuestos) yace en el foro nuestro de cada día, como si de un César olvidado se tratara, moribundo porque no llega una ambulancia que lo recoja, pero que todavía nadie se atreve a rematar. No hay elocuente Marco Antonio que pueda conmoverles, porque siguen votando, una y otra vez, al Bruto, al Cayo y al Tano, todos ellos ejemplares romanones, que perjudican día a día esos bienes esenciales que construyen la res pública, mientras, sospecho, la parcelan a nuestras espaldas y luego nos la venden como una estupenda gestión que lo único que hace es aumentar las listas de espera en la Sanidad, mientras nos invitan amablemente a quitarnos de la lista del médico de cabecera con seguros privados, una estupenda gestión que lo único que hace es quitar recursos a la educación pública usando barracones para hacer aulas, mientras nos invitan a llevar a nuestros hijos a colegios concertados que no nos deberían costar un euro más, pero que siempre terminan costándonos una cuota mensual, aunque sea de estrangis. Todo eso mientras nos reducen los impuestos a la mayoría en una cantidad que nos serviría para salir una noche a cenar, pero que si sumáramos lo que nos cuesta cada mes el seguro médico, más el colegio de los niños, más la ausencia de transporte público para llegar al trabajo, quizás llegaríamos a la conclusión de que no nos merece la pena esas reducciones rimbombantes de impuestos, sobre todo porque sepa que si usted ha dejado de pagar un poquito, otros han dejado de pagar más.

Es la misma estupenda gestión que clama preocuparse por el medioambiente, pero parece que la intención es que no quede ni cuarto y mitad de ambiente. Esa estupenda gestión que el Presidente de la Millor Terreta del Món Al Sur de Orihuela prometió hacer joven a los de cuarenta, con ayudas al alquiler y una plétora de medidas que no se han concretado en nada, como en nada se ha concretado el Bono de Alquiler de Vivienda Jóven ni el alquiler social en una Región plena de libertades, como la de trabajar con los salarios más bajos de toda España, y que será por eso que es, en fin, fantástica para la inversión industrial, aunque estemos a la cola de productividad.

El caso es que lo que vivimos y se nos avecina a corto plazo es una cosa fácil de entender. Como decía Sabiote, esto va a ser la amnistía, madre mía, amnistía todos los días, nos van a poner una mesa con tres botes y una bolita y nos van a animar a apostar para adivinar dónde ha puesto el terrible perrosanxe la amnistía. No digan que no les avisé, que nos vamos a hartar.

Suscríbete para seguir leyendo