La Fiscalía pide a las Policías Locales reforzar la lucha contra las drogas al volante

"La cordura no depende de las estadísticas", enunció George Orwell en su novela 1984. Y lo que dicen las estadísticas es que en 2023, en la Región, un total de 1.642 conductores fueron sorprendidos drogados al volante en controles establecidos por la Policía Local y la Guardia Civil de Tráfico. Sin embargo, de esos 1.642, solo 17 acabaron inmersos en un procedimiento judicial. Ante esta realidad, la Fiscalía Superior decidía tomar cartas en el asunto y este lunes citaba a los jefes de las Policías Locales de toda la Región para hablar sobre seguridad vial.

La finalidad, explicaban ya la semana pasada desde el Ministerio Público, era «fijar un compromiso de coordinación de todos para mejorar en la persecución por la vía penal de los delitos contra la seguridad vial». 

Drogado, armado y libre

En noviembre, un sujeto que fue sorprendido en Cartagena cuando conducía drogado un coche con dos pistolas, un machete y un pasamontañas fue denunciado, pero no detenido. No solo eso: en un doble fondo en el maletero, los policías locales que lo pararon descubrieron otra navaja, distintas herramientas y varios bombines de cerraduras de puerta. Objetos que podían hacer entrever que se trataba, presuntamente, de un grupo de personas que podrían estar tras la comisión de un hecho delictivo.

Cabe recordar que, hace un lustro, el fiscal delegado de Seguridad Vial de la Región, Pablo Lanzarote, ponía sobre la mesa la posibilidad de cambiar la ley para que los conductores pillados drogados al volante se enfrentasen a un delito automáticamente tras dar positivo. Pero esta reforma legal no se llegó a acometer.

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4.600 diligencias incoadas

Más estadísticas: el año pasado se incoaron en la Región 4.628 diligencias por delitos relacionados con la seguridad vial, un 14,48% menos que en 2022. Los procedimientos contra conductores que fueron sorprendidos al volante tras tomar alcohol ascendieron a 2.553, un 18,3% menos que en 2022. 

El vigente Código Penal castiga con hasta seis meses de cárcel (más la retirada del carné durante un máximo de cuatro años) la conducción bajo los efectos de las drogas. Para considerar la existencia de este delito, sin embargo, no basta solo con el positivo del conductor en la prueba hecha in situ, sino que se debe acreditar que presenta síntomas de estar afectado por estas sustancias y que estas perjudican al manejo del vehículo.

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