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Otra Murcia es posible

Somos una región, y Murcia es una ciudad con todos los ingredientes para acoger iniciativas culturales o de ocio que aporten a los vecinos y vecinas, así como a los turistas que nos visiten

Belén Unzurrunzaga.

Belén Unzurrunzaga.

Hace unos días pude visitar, antes de su apertura a los vecinos de la ciudad de Murcia, parte de su historia. Un hallazgo arqueológico, histórico y cultural de la época andalusí, a tres metros y medio bajo tierra. Un lugar que nos lleva al siglo XIII y nos ayuda a conocer el pasado, la cultura, el arte, la lengua, la gastronomía, las costumbres, la vida cotidiana, sus olores... Una ciudad que tiene mucho que contar a través de sus entrañas. Al salir de aquella visita, solo pensaba en la ciudad que fue Murcia, en la riqueza de su cultura, en lo desconocida que es. Pensé en todo lo que está por hacer, pensé que otra Murcia es posible.

Una ciudad con una oferta turística y cultural moderna, sin dejar sus tradiciones, sin olvidar las raíces, pero donde la historia y la identidad conviva con la inquietud, la creatividad y el arte es posible. Con iniciativas culturales y de ocio atractivas, con un festival internacional de cine que no se alimente solo de lo público y sea capaz de crecer, que no caiga en la irrelevancia pública, que sea parte del circuito nacional y con una programación de interés. Un festival que trascienda, y no solo alimente el ego de una o dos personas y a los cuatro palmeros de turno.

Es tristísimo ver cómo se llevan a cabo cada año eventos sin relato, sin continuidad, sin crecimiento y sin alma. Vendehúmos aficionados montan eventos relacionados con la cultura, tienen la osadía de entregar premios sin criterio y lo más grave, consiguen financiación pública. Un intrusismo permitido por los que tendrían que cortarles el grifo a estos aprovechados que tiran por tierra la cultura, poniéndola como excusa para sus saraos.

Pero menos mal que hace poco me di cuenta de que no todo está perdido. De repente, ante este desolador panorama, aparecen los Premios Alfonso Décimo de la Cultura y su director, creador también del Rendibú, otra gran iniciativa que apostaba por la creatividad y la cultura. Los Premios Alfonso Décimo son la prueba de que otra manera de hacer las cosas es posible. Para los que no conocen los Premios Alfonso Décimo de la Cultura de la Región de Murcia, en las tres ediciones que lleva se premia el talento, la excelencia, la experiencia y la trayectoria de profesionales e iniciativas de la Región en diferentes disciplinas artísticas: Teatro, danza, cine, música y arquitectura, con un jurado volante y con apoyo institucional, pero siendo una iniciativa privada. 

El equilibrio perfecto entre lo público y lo privado, dando a cada uno su lugar, siendo la cultura y el buen gusto los protagonistas. Imposible olvidar el montaje musical de la mano de Maestro Espada, con la cuadrilla de Patiño, Crudo Pimento o el número final con la Coral Discantus.

Somos una región, y Murcia es una ciudad con todos los ingredientes para acoger iniciativas culturales o de ocio que aporten a los vecinos y vecinas, así como a los turistas que nos visiten. Las Cofradías, los Salzillos, la Fuensanta y la Federación de Peñas Huertanas están muy bien, pero en los barrios como Santa Eulalia o Vistabella también está la cultura, gracias a las asociaciones de vecinos y a las juntas de distrito. De la mano de profesionales nacen actividades como el Zagala Fest, en la plaza del Cristo Resucitado, o los mercadillos en la Plaza de los Patos, acompañados de actividades para los más pequeños y música, todo con un sentido social y conciencia. Esto también es cultura.

Lo que no es cultura es que varios organismos y el Gobierno regional apoyen una supuesta iniciativa cultural de la mayor casa de apuestas de la Región, apoyando al talento joven, dándoles un premio a los participantes de un concurso y un empleo dentro de la programación del mayor casino que tenemos en la ciudad de Murcia.

Apuesto por la iniciativa privada y la promoción, y el apoyo de las instituciones, pero hay líneas rojas que no deberíamos traspasar. Con esto quiero decir que me sumo a la iniciativa de un amigo y gestor cultural al que respeto y admiro, José Daniel Espejo, pidiéndoles a nuestros políticos que no hagan juego con la cultura, otra Murcia es posible, yo creo en ella.

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