Historia

Los peores años de la peste: 346 años desde que Cartagena se encomendó a San Ginés de la Jara

La ciudad portuaria, que no sabía quién era su patrón, encontró en él -de una forma curiosa- un santo al que rogar que acabara con la epidemia, que estaba siendo mucho más voraz con los niños

Paula M. Gonzálvez

Paula M. Gonzálvez

En tiempos difíciles, los más creyentes se encomiendan a los santos. Si este martes en Murcia se pedía agua a la Fuensanta por la preocupante sequía, este jueves se cumple una importante efeméride en Cartagena: el 27 de abril de 1677 se nombró a San Ginés de la Jara Patrón de la ciudad y su comarca. La primera petición que se le hizo fue que acabara con la grave epidemia que estaba afectando a los vecinos, incluidos muchos niños, la peste bubónica.

La enfermedad se cebó con la población en muchas partes de España, y era mucho más voraz con los menores, que morían en menos de 24 horas. El itinerario infeccioso hizo que, tras declararse en Alcalá de Henares (Madrid), apareciese el primer caso en Valencia y se extendiera hasta Murcia y Cartagena. El de 1676 en la ciudad portuaria fue el tercer brote de peste más relevante del siglo XVII, cuando llegaron al puerto barcos procedentes de Inglaterra.

Cartagena, aislada

Cartagena se había quedado completamente aislada, por mar y tierra, tras las medidas impuestas para controlar que la peste siguiera abriéndose camino, entre ellas la de reforzar el número de médicos, hospitales y medicamentos. Pero el infierno parecía no tener fin, e iba a más. No había separación entre sanos y enfermos y los convalecientes salían a la calle (por razones vitales). El consistorio decidió comenzar a imponer multas.

Cuenta la leyenda y los escritos de diferentes historiadores que el Ayuntamiento quiso pedir al Patrón de la ciudad para acabar con los contagios y los fallecimientos, aunque no se sabía quién era y, al parecer, tampoco en el archivo municipal había antecedentes que apuntara ningún nombre. Para tener esa 'ayuda divina', se metieron papeles en una vasija con el nombre de varios santos. Una mano inocente sacó uno de ellos, el que llevaba escrito San Ginés de la Jara.

Hasta tres veces se repitió el proceso y el nombre siempre resultaba ser el mismo. Finalmente, el Cabildo lo reconoció, por aclamación popular, como patrono. Se acordó celebrar su festividad cada 25 de agosto. Así lo relata también Dos epidemias de peste bubónica en Cartagena en el siglo XVII (1648 Y 1646) y una terrible de paludismo en 1785, de Federico Casal.

Quién fue San Ginés de la Jara

Otras historias lo identifican como un ermitaño establecido junto al Mar Menor -en la zona de las ruinas del monasterio que lleva su nombre-, un hombre de origen francés o un noble de cuna.

Por otro lado, el fallecido historiador Juan Torres Fontes relacionó a San Ginés de la Jara con Ginés de Arles, que murió tras ser condenado a muerte. Fue una de las víctimas de la persecución contra los cristianos. El propio mártir habría lanzado su cabeza al río Ródano después de que se la cortaran, dice la leyenda. El Catedrático de Historia Medieval aseguraba que, con los años, se confundió a San Ginés de Arlés con San Ginés de la Xara.

Sea como fuere, y tras las plegarias, el 21 de mayo de 1677 de dio por extinguida la epidemia en Cartagena. No desapareció, en cambio, en Murcia y Totana, donde la peste persistía. De hecho, muchos decidieron abandonar estas ciudades y buscar cobijo en el Campo de Cartagena, aunque no lo lograron debido al cordón sanitario establecido. Los vigilantes situados a lo largo de la Rambla del Albujón no permitían el paso de personas ni de mercancías.

San Ginés de la Jara sigue siendo copatrono de Cartagena, y cada año, durante su festividad en agosto, se celebra una romería para todos sus devotos.