Opinión | Apuntes del natural

Medievo, lucha y 23 móviles en casa

He conocido tiempos en los que las mujeres no podían hacer materialmente nada sin el permiso de su marido o su padre

Vicky Luengo y Hovik Keuchkerian, en 'Reina Roja'.

Vicky Luengo y Hovik Keuchkerian, en 'Reina Roja'. / ANDRE PADUANO

Laboriosa. El miércoles hice albóndigas de bacalao. Salieron buenas, pero se lleva más de dos horas el tema. Desmigar, preparar la masa con todos los ingredientes, que son bastantes, freírlas una a una y, cuando ya parece que has terminado, comenzar con la salsa; que si el sofrito, que si los guisantes, que si las alcachofas, etc. Y menos mal que solo éramos seis, que alguna vez hemos tenido el valor de hacerlas para toda la familia, es decir, para veinte. Y me refiero solo a hijos y nietos. Un desafío, oiga.

Hay que seguir. El viernes fue 8 de marzo. Para los que peinamos canas y las arrugas y las pieles muertas convierten nuestro antaño aguerrido cuerpo en un mapa físico, el proceso de cambio que se ha producido con respecto a los derechos y a todo lo demás en la vida de las mujeres es para aplaudir. Pero todavía queda, que hay por ahí desgraciados y, esto es lo raro, desgraciadas, que todavía están en contra del avance en todos los sentidos del feminismo y su lucha. He conocido tiempos en los que las mujeres no podían hacer materialmente nada sin el permiso de su marido o su padre, en la que no había juezas, ni apenas científicas o investigadoras, etc, en España. Ya no es así, pero sigamos avanzando. Como podía leerse en la impresionante primera página de este periódico el viernes, la lucha no cesa.

La manifestación del 8M
de Murcia, a su paso por
la Gran Vía.  juan carlos caval

La manifestación del 8M de Murcia, a su paso por la Gran Vía. / JUAN CARLOS CAVAL

Manifestantes. Una mujer, de unos 50 años, a otra, en la carnicería, el viernes por la mañana: «Hay que ir con calzado cómodo». «Pues yo no voy a poder gritar, que tengo la garganta fatal», dice la segunda. «Hija, yo no he faltado ni un solo año. Hay que estar ahí, todas juntas, coño», apunta la primera, con mucho énfasis en la última palabra de esta frase.

Libros. Estoy leyendo una novela de una conocida autora de novela histórica. Va de un casi fraile que ha de investigar asesinatos de religiosos. Le acompaña un joven aprendiz de investigador. No le falta casi nada para ser El nombre la rosa. Bueno, sí. Le falta Umberto Eco. Lo que me llama más la atención es que la editorial publique ese libro sabiendo que todo el que lo lea va a pensar lo mismo que yo. Aun así, es entretenido porque el ambiente de los conventos y todo el mundo medieval es interesante. Así que hay centenares de libros que desarrollan sus historias desde que Umberto Eco hizo el suyo y piensan en él mientras escriben. Por cierto, hay un librillo de este autor que se conoce poco y que es muy importante a la hora de ver el arte contemporáneo. Su título, Obra abierta, y todos los que van a Arco deberían llevarlo en la mano, o en la cabeza (dentro, claro).

Es verdad. Dos señoras hablan, en la calle: «Pues yo bebo agua del grifo que es la más sana. Lo dicen todos los científicos».

Cine y realidad. La Guardia Civil ha encontrado 23 móviles en la casa de Koldo García. Está claro que el presunto sinvergüenza ha visto muchas películas de gánsteres modernos, porque en casi todas se ve que el asesino, el ladrón o el delincuente protagonista tiene varios móviles para hablar con sus clientes, familiares o compañeros de la banda. Y luego están las conversaciones que le grabaron los guardias civiles a Koldo y a sus secuaces. Se producen con frases simples, y con muchos monosílabos. Más o menos así: ‘Vale’… ‘¿Y tú?’… ‘Yo, no, pero hablaré con el otro, el jefe’. ‘¿Él sabe?’….’No, pero sospecha’…. Como pueden ustedes ver, solo falta el ‘liquídalos a todos’. Como en las películas. Qué asco, oiga.

Hay que prevenir. La UCO encontró en la casa de Koldo 24.000 euros en efectivo. Para los gastos de la casa, digo yo. Que si el pan, que si pagarle al que trae una pizza, que si viene el fontanero a arreglar el grifo de la cocina… En fin, como todo el mundo. Usted también tiene dinero en casa para esos gastos, ¿no? En mi casa nunca faltan veinte euros en efectivo, por si las moscas. 

Alegría. Un amigo me cuenta el divorcio de su hija: «La veo más feliz que nunca», responde a mi pregunta de cómo está la chica, que es muy joven.

Cine y series. He visto la última película de Woody Allen, Golpe de suerte. Es flojísima, y, sobre todo, con repeticiones de situaciones de otras películas suyas. Me da pena, porque lo he seguido siempre y he visto todo su cine con algunas películas inolvidables. He visto también Reina Roja, una serie española dirigida por Koldo Serra. Está muy bien realizada e interpretada. Se deja ver bastante bien. Y sigo viendo los capítulos que van saliendo los jueves de El inmortal. Es muy violenta, pero, mira, de algo tienen que vivir los traficantes de droga. Como ven, es cine español. Yo es que soy muy español y mucho español, para que ustedes lo sepan.

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