Entrevista | Abel Novoa Presidente de la Asociación en Defensa de la Sanidad Pública (ADSP) de la Región

"La pobreza es el principal problema de la Región y supone una losa para la salud"

Con las listas de espera en la Región "falta transparencia" y "no se rinden cuentas" con la suficiente frecuencia, lamenta el presidente de la Asociación en Defensa de la Sanidad Pública de la Región

El doctor Abel Novoa, en los pasillos  de Urgencias del hospital Morales Meseguer de Murcia, esta semana.

El doctor Abel Novoa, en los pasillos de Urgencias del hospital Morales Meseguer de Murcia, esta semana. / ISRAEL SÁNCHEZ

Adrián González

Adrián González

A finales del pasado mes de febrero la Asociación en Defensa de la Sanidad Pública (ADSP) de la Región de Murcia cambiaba de presidente: el doctor Mario Torroja, tras casi una década en el cargo, era relevado por el que hasta entonces era el vicepresidente de la asociación, Abel Novoa. Doctor el Servicio de Urgencias del hospital Morales Meseguer, acumula un bagaje más que consolidado tras haber pasado por la Dirección General de Calidad Asistencial hace casi dos décadas y, más recientemente, estar también al frente de la Coordinación Regional para la Cronicidad Avanzada y Atención Sociosanitaria (Corecaas), el equipo encargado de luchar contra los contagios de coronavirus en la etapa más cruda de la pandemia.

¿Qué supone su nombramiento como nuevo presidente de la ADSP en la Región?

Un honor y una responsabilidad. La asociación, que forma parte de la Federación de Asociaciones en Defensa de la Sanidad Pública, lleva funcionando en Murcia cerca de 40 años. Tiene una larga trayectoria de reflexión crítica y de defensa de la sanidad pública. Por tanto, continúo con el trabajo que se viene haciendo desde hace muchos años. Asumir la responsabilidad supone también la obligación de intentar seguir haciéndolo lo mejor posible. 

¿Hay algún reto u objetivo que se haya marcado al frente de la asociación?

Llevo de vicepresidente más de diez años y participando en la junta directiva casi unos veinte. Conozco muy bien la organización, por lo que hay que seguir con las líneas estratégicas que teníamos trazadas, no hacer una revolución, sino más bien continuar con los objetivos que ya se había marcado la anterior junta. 

"Nuestros presupuestos en sanidad son de los más bajos del país, pero el gasto real final es muy elevado"

¿Cuáles cree que son las necesidades más urgentes que tiene la sanidad pública regional en estos momentos?

La sanidad pública, como cualquier sistema complejo, tiene muchos problemas, aunque el principal diría que es la pobreza debido a muchos factores históricos. Desde luego, en estos años no ha habido una mejora en el nivel de bienestar y de riqueza que sería deseable, y eso es una losa para la salud. Es como un techo de cristal para que las políticas sanitarias consigan hacer efecto. Si tenemos el mejor sistema sanitario del mundo pero se aplica en una comunidad pobre como la nuestra, eso no va a conseguir revertir los malos indicadores que tenemos en patologías como cardiovasculares, de demencia, de tasas de obesidad o los problemas medioambientales muy graves que sufrimos... Todo eso tiene que ver con el estatus de pobreza. No solamente de renta, sino también de precariedad laboral, de problemas habitacionales, de nuestra infancia y nuestra adolescencia como las altas tasas de adicción al juego o de salud mental. Si no mejoramos estas políticas, vamos a seguir teniendo malos resultados y el dinero que echemos a la sanidad no va a servir para mejorar la salud, sino que se va a desperdiciar.

"Hay más sensación de fragilidad en las personas a raíz de la pandemia"

Tras la pandemia de covid ha habido un aumento de visitas tanto en Atención Primaria como en los servicios de Urgencias porque había «una demanda oculta»: usuarios que no venían al hospital y lo necesitaban o que no iban al médico de cabecera porque estaba colapsado, «pero también ha habido mucha demanda de problemas que, no siendo graves, asustan a los ciudadanos», explica Novoa. 

Su impresión es que antes de la pandemia estos problemas se manejaban en casa, pero ahora «hay más sensación de fragilidad a raíz de la pandemia, lo que hace que cada vez más personas acudan con más frecuencia por problemas más leves a los servicios sanitarios». 

Este ‘cóctel’ ha provocado que la capacidad de respuesta sea menor, que se hayan producido demoras y que la gente al tener más miedo, «tolere peor esa demora» de tiempo a pesar de que los profesionales sigan con las agendas llenas. 

¿Y las que cuestiones que tienen que ver con la Administración regional?

Tenemos un problema con el gasto sanitario: mientras que nuestros presupuestos son de los más bajos de España, el gasto real final es muy elevado. El déficit sanitario regional está en torno a un 40% por encima, mientras que la media nacional se sitúa en un 13%. Esto genera una indefensión de planificación del presupuesto. Nuestra Comunidad no está presupuestando lo que debemos gastar. De hecho, creo que se está gastando más de lo que deberíamos. Hay áreas donde se está desperdiciando mucho dinero. Por ejemplo, en el capítulo de gasto farmacéutico hospitalario del año 2022 gastamos 270 millones, así como 450 millones en recetas, con un incremento de casi un 30% en los últimos cinco años. En 2020 hubo también un 30% más de gasto en recetas ambulatorias, mientras que el incremento que se produjo en toda España no llegaba al 20%. Hemos aumentado ese gasto sobre un gasto que ya es de los gastos per cápita más elevados de España, lo cual es paradójico porque nosotros tenemos la población más joven de España. Esto, obviamente, habla de una enorme ineficiencia

¿Qué soluciones plantea?

Hay que gestionar, hay que incentivar que los médicos prescriban mejor y conseguir que los médicos de Atención Primaria tengan mejores condiciones de trabajo para que puedan hacer mejor prescripción. Este dinero ahorrado podría ir a estas políticas para mejorar la pobreza, que están en la base de nuestra mala salud. Se debe trasladar el presupuesto sanitario a otras políticas que son más necesarias ahora mismo porque tienen que ver con la pobreza, con las ayudas sociales, con la precariedad laboral, etc. 

"El gran reto del sistema sanitario va a ser la atención a las personas con enfermedades crónicas"

Uno de los principales problemas que se ha cronificado en la Región son, sin duda, las listas de espera... 

Nuestra espera es excesiva en muchas especialidades y en muchas pruebas complementarias y está por encima de los límites que la propia Consejería de Salud se ha puesto como máximos. Uno de los principales problemas es que falta transparencia y, el otro, es que no se rinden cuentas con suficiente frecuencia. La Consejería hace dos cortes al año para explicar cuáles son las listas de espera, algo que es muy insuficiente para poder chequear lo que está funcionando mal. Lo que pedimos desde la asociación es que la remisión de cuentas sea más frecuente, mes a mes. En otras comunidades lo hacen así, se puede hacer. Aquí es más un problema de voluntad política. Otra cuestión preocupante es que hay muchos enfermos que están en listas de espera que no tienen cita programada. Esto significa que las cifras que nos están dando no son reales porque hay un 40% aproximadamente más de personas que están en listas de espera de pruebas complementarias que no están citadas. 

Y viendo casos como los del Área III de Salud se demuestra que no hay una equidad en toda la Región...

Efectivamente. Una persona que vive en Lorca espera más de un año para ir al urólogo o al dermatólogo, mientras que si vive en Murcia espera una semana o quince días. En una Comunidad uniprovincial y pequeña tendría sentido que pudiésemos distribuir mejor los recursos y que se equipararan un poco las demoras. Eso ahora mismo no existe y hay tensión territorial y un trato dispar con las listas de espera en zonas como Lorca, Yecla, el Mar Menor o Cartagena según qué especialidades.

¿Cuál cree que es el principal reto al que se enfrenta el sistema sanitario?

La atención a las personas con enfermedades crónicas es ahora mismo el gran reto. En la Región no tenemos un plan para atender la cronicidad, a diferencia de otras comunidades. Esto hace que sigamos sin saber cuál es el objetivo, cómo se va a hacer, qué recursos se van a disponer para mejorar la atención a las personas con enfermedades crónicas y, por tanto, no sepamos qué quiere hacer la Consejería con el problema más importante que van a tener todos los sistemas sanitarios. El sistema de salud actual no está bien diseñado para las enfermedades crónicas, sino para las agudas. Hay que buscar un modelo y apostar por él, ver qué inversión se puede hacer y qué cosas se pueden cambiar para mejorar.