Economía

El clima cálido de la Región oculta la mayor pobreza energética severa

Un estudio de la Universidad de Comillas alerta de que casi uno de cada cinco hogares no alcanza a cubrir la mitad del gasto que necesitaría

Una mujer sentada en una mesa de camilla.  | C. G. H.

Una mujer sentada en una mesa de camilla. | C. G. H. / M.J.GIL

María José Gil

María José Gil

El clima cálido de la Región oculta las dimensiones reales que alcanza la pobreza energética entre la población que tiene mayores dificultades para mantener el hogar a la temperatura adecuada, según indica un estudio realizado por la Cátedra de Energía y Pobreza de la Universidad de Comillas. El informe revela que en la Región el indicador de pobreza oculta severa se eleva al 19% de lo hogares, el más alto de todas las comunidades, lo que supone que prácticamente una de cada cinco familias no pudo calentar adecuadamente su casa el pasado invierno debido al encarecimiento de la factura eléctrica. Su consumo se redujo a «menos de la mitad del gasto teórico necesario para cubrir sus necesidades energéticas».

El informe sitúa a Murcia entre las comunidades que «pese a tener una climatología bastante favorable durante el invierno», registran «una escasa penetración de los equipos de climatización en las rentas más bajas tanto para calefacción de la misma como para refrigeración».

En esta lista figuran junto con Murcia la Comunidad Valenciana y Andalucía, a las que se considera «el caldo de cultivo perfecto para la proliferación de la pobreza energética oculta».

A Andalucía y a la Comunidad Valenciana se le atribuye una incidencia de la pobreza severa oculta del 18%, que se sitúa por tanto un punto por debajo del porcentaje asignado a la Región.

El informe precisa que este indicador alcanza «una incidencia mayor en las regiones del sur peninsular que en las del norte, algo que ya se apreció en años anteriores».

Con el 19%, la Región casi duplica la media nacional en pobreza oculta severa, que está en el 10,58%, lo que equivale a cinco millones de familias en España.

Junto con la pobreza más severa que pasa desapercibida en regiones como Murcia y alcanza el 10,58% de media nacional, los autores consideran que la pobreza energética oculta más genérica llega a afectar aproximadamente el 31% de los hogares españoles. Lo que se está diciendo con esto es que casi un tercio de los hogares destinó a la energía menos de mitad del gasto teórico necesario para cubrir sus necesidades energéticas».

Por el contrario Canarias, que es la comunidad autónoma con el clima más benigno del país, presenta una incidencia de la pobreza energética oculta del 5%, «algo comprensible teniendo en cuenta que es la región con menos demanda energética requerida per cápita por tener un invierno muy suave en casi todo el territorio».

En las conclusiones del estudio se recuerda que durante el año 2022, debido al elevado encarecimiento del recibo eléctrico que se produjo a raíz de las sanciones impuestas a Rusia tras la invasión de Ucrania, se acrecentaron las dificultades de los hogares con menos recursos. «La tendencia creciente en muchas familias a restringir la calefacción por miedo a la factura se exacerbó en 2022 debido al escenario de precios tan elevados que sufrimos. Muchos más hogares decidieron no encender la calefacción, o hacerlo de forma mucho más reducida».

Como consecuencia del elevado precio que alcanzó la factura, el año pasado volvió a repuntar el porcentaje de hogares que tienen un gasto energético desproporcionado, dado que los ingresos familiares no consiguieron un aumento en consonancia con el esfuerzo que debían realizar para mantener la temperatura adecuada. Este indicador «es el que muestra la evolución más preocupante. Pasó del 14,3% en 2021 al 17,1% en 2022».

Así, después de haberse producido un descenso en 2021, que hizo caer el porcentaje de hogares con un gasto excesivo bajase al 15,22%, subió hasta el 16,83% el pasado año, el más alto de la serie histórica que maneja el informe. Es decir, casi el 17% de los hogares españoles (más de 3,2 millones de familias, o lo que es lo mismo, alrededor de ocho millones de personas) gastaron más del doble de la mediana nacional en energía en 2022».

Ante este repunte, los autores concluyen que 2022, «desde la perspectiva de la pobreza energética, fue un año de bastantes sombras y de una luz. Muchos más hogares tuvieron que dedicar más recursos de lo razonable a cubrir sus necesidades energéticas en el escenario de precios tan elevado. También aumentó el número de hogares que declararon no poder calentar adecuadamente su hogar».