Opinión | Murcia D. F.

Vienen curvas para los funcionarios municipales de Murcia

El Ayuntamiento de la capital pretende organizar la plantilla de empleados de tal forma que hagan tardes en su horario habitual de trabajo, lo que rompería la creencia y la inercia de que trabajan de ocho a tres

Imagen de archivo de una Mesa de Negociación del 2023.

Imagen de archivo de una Mesa de Negociación del 2023. / Ayto. Murcia

Algunos consideran que la tauromaquia es un arte, otros entienden que es una carnicería. Lo que sí puede poner a todo el mundo de acuerdo es el riesgo que corre el torero que se pone delante de un toro y la indefensión que sufren los animales ante tal espectáculo. La expresión taurina ‘agárrate los machos’ o ‘átate los machos’ refleja muy bien esa situación de ambivalencia y puede, en este caso, aplicarse a la plantilla municipal del Ayuntamiento de Murcia que deberá, recurriendo a ese dicho, enfrentarse a una gran dificultad o riesgo proveniente de la Concejalía de Desarrollo Urbano, que se encarga de la gestión del personal.

Este departamento de la capital de la Región no deja de darle vueltas a cómo rebajar el gasto que supone pagar las nóminas de casi 3.000 empleados, una nada despreciable cantidad de trabajadores que suponen al año un desembolso de cerca de 170 millones, casi la mitad del presupuesto del consistorio murciano para todo un ejercicio. Y tantas vueltas le están dando que vienen curvas para estos funcionarios a los que el actual Gobierno, y de la mano del edil que gestiona los Recursos Humanos, José Guillén, ya les ha segado algunas de las partidas que cobraban.

Más de 500 han perdido el complemento de especial disponibilidad (el concejal a esto le llama horas extraordinarias) al reducírsele las tareas que hacían fuera de su horario habitual. Eso a partir de enero de este 2024. Antes ya hubo siega para otros 200 funcionarios a los que se les eliminó el complemento de especial dedicación. Y eso no es todo, hay otra bolsa de unos 400 empleados a los que se les ha prorrogado el complemento unos dos meses más y que, seguramente, también sufrirán recorte de horario y sueldo. Estos últimos de momento se han salvado de la quema porque sus emolumentos extra fueron negociados en mesa entre el Gobierno local y los sindicatos con representación en la Administración.

En estos momentos, hay servicios, debido a esa merma de horas, que no pueden atender a los ciudadanos como debieran. Incluso se está dando el caso de funcionarios que hacen peonadas de fin de semana y tardes sin que se le retribuya, y lo hacen por ética y prurito profesional. Por no dejar el trabajo desatendido. Todo ese esfuerzo no está siendo, a día de hoy, defendido ni denunciado por los representantes sindicales de la plantilla, algo que, por ejemplo, a distintos miembros de la Corporación, ahora en la oposición, no les cuadra si se tiene en cuenta la beligerancia que demostraron con el exalcalde José Antonio Serrano.

Una de las principales curvas a las que se verán abocados los funcionarios ronda ya por las cabezas pensantes de Personal, que están planteándose cambiar los horarios habituales de trabajo e implantar el horario partido como horario normal. Es decir se acabó el cobrar complementos fuera de la jornada de ocho a tres, lo que conllevaría una reorganización de servicios y una entrada y salida escalonada de empleados durante todo el día, en horario de mañana y tarde. Como todo, tiene su parte buena y su parte mala. Lo negativo es que hay servicios ya muy colapsados y con déficit de personal que se verán sobrecargados en determinadas horas con una merma de la atención ciudadana.

Lo que no se ha planteado el equipo de Gobierno es quitar cargos a dedo, oficina de eventos, fiestas y boato, comisiones de servicio ‘irregulares’ y fichajes de trabajadores de otros ayuntamientos y administraciones. Además de ser un poco más reivindicativos con la Comunidad Autónoma que le debe a la capital, por competencias impropias, cerca de 50 millones. Por nadie pase.

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