Opinión | Murcia. D.F.

¿Murcia solo ama el fútbol?

El recorte de ayudas a deportistas y clubes por parte del ayuntamiento de Murcia deja herido de muerte el deporte base y el futuro de jóvenes promesas

Imagen de la Nueva Condomina repleta de aficionados durante un partido de la Selección española.

Imagen de la Nueva Condomina repleta de aficionados durante un partido de la Selección española. / J. Caballero

En estos momentos que se habla de amor en la esfera pública por la carta del presidente del Gobierno, Pedro Sánchez, se puede analizar cuáles son los amores de los regidores públicos del Ayuntamiento de Murcia, y más concretamente, del concejal de Deportes, Miguel Ángel Noguera, que ha demostrado importarle poco el deporte base y los clubes y equipos que comandan a miles de jóvenes, entre los cuales hay verdaderas promesas.

Les ha quitado de un plumazo todas las subvenciones que concedía la concejalía de Deportes en ediciones pasadas (medio millón de euros), que suponen la viabilidad de clubes y asociaciones deportivas, algunas de las cuales ya se han reunido con el político para hacerle ver que el hachazo ejecutado pone en riesgo la viabilidad de esos proyectos. El deporte base es fundamental para la salud mental y física de los jóvenes y adolescentes y de los mayores que también pertenecen a clubes federados y siguen en la brecha de la competición.

Además del deporte salud, es necesario para iniciar el camino de carreras deportivas que pueden culminar en deportistas de élite que lleven el nombre de Murcia por medio mundo. El deporte de base, el deporte federado y el deporte de élite dependen en gran parte del apoyo de las instituciones públicas que, en edades tempranas, deben implantar políticas que ayuden a la población a hacer ejercicio físico y a incorporar en su vida diaria la disciplina deportiva.

También se debe tener en cuenta que con esas ayudas públicas los clubes pagan material, desplazamientos, licencias y, un detalle de lo más importante, los sueldos de los entrenadores, que no es moco de pavo. Tal y como se está poniendo la burocracia cada vez se debe destinar más dinero a estos monitores que deben estar dados de alta y regularizados, como no podía ser de otra manera.

La cuota que pagan los progenitores a esos clubes no da para todas las facturas que deben afrontar éstos que, en caso de subir las cuotas, la participación de las familias puede provocar bajas en masa, perjudicándose, sobre todo a los más vulnerables y a aquellos que hacen un esfuerzo para que sus vástagos hagan un deporte. De momento, el Ayuntamiento no parece que haya dado marcha atrás a esa política de recortes del deporte base, un contrasentido si se tiene en cuenta que está dispuesto a apoyar la ampliación del estadio de fútbol, situado en Nueva Condomina, cuyo coste es estratosférico (cerca de 70 millones de euros que deben ser cofinanciados por la Comunidad Autónoma, una administración que como la local está en horas bajas económicamente hablando).

El fútbol ya se sabe que manda mucha romana en esta ciudad y en este país, pero ya hay ciudades como Gijón que se han bajado del barco mundialista al no estar dispuestas a pagar una millonada. Murcia aún no ha dicho que sí. Tampoco ha dicho que no y lo único que se le ha ocurrido es echarle el muerto al Estado, al que han pedido financiación para el Mundial. Qué risa debe haber causado en Madrid esa petición, ya que el Consejo Superior de Deportes asignó a la capital de la Región un dinero para hacer una ciudad deportiva en el anterior mandato (gobernaba entonces la alcaldía José Antonio Serrano) en la zona norte y ningún mandatario municipal, que se sepa hasta la fecha, ha movido ni un dedo para iniciar el proyecto (si hablamos del tranvía se puede decir más de lo mismo: compromiso de 32 millones del Estado, que quedarán papel mojado por falta de proyecto).

El concejal de Deportes puede cubrirse de gloria si acepta ser partícipe de un Mundial mientras recorta a los clubes y deportistas murcianos con una oposición interna, además, de funcionarios a los que les ha planteado cambios para ellos absurdos que provienen del departamento de Personal que gestiona el edil José Guillén, que también ha sacado la tijera de los recortes para segar horarios y nóminas a la plantilla municipal.

Tal es la falta de fondos en el Ayuntamiento que incluso la academia para terminar de incorporar nuevos mandos al Servicio de Extinción de Incendios ha quedado suspendida (aunque otras fuentes apuntan que esa suspensión decretada es porque Guillén se la tiene jurada a los bomberos por un informe que hizo jefatura de ese servicio contrario a las ideas que tenía el concejal encargado de Personal).

Pese a tanta queja por la falta de fondos que esgrimen los concejales del Gobierno para ciertos proyectos (también han recortado a las ONG un 40% para iniciativas en países en vías de desarrollo) no han escatimado en presupuestar para 2024 más de un millón de euros para los fastos del 1.200 aniversario de la fundación de la ciudad. Parece que Murcia solo quiere fiestas y fútbol. Por nadie pase.

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