Noticias del Antropoceno

12 monos, y todos idénticos

Dionisio Escarabajal

Dionisio Escarabajal

Los chinos lo han vuelto a hacer. Con unos estándares morales muy alejados de los occidentales, acaban de presentar el resultado de una clonación de un mono Rhesus, que ha sobrevivido ya un par de años desde su nacimiento. Dado que un mono comparte con los seres humanos más de un 95% de su genoma, podemos afirmar sin ambages que estamos mucho más cerca de la clonación de personas. También fue un científico y profesor de universidad chino, He Jankui el que modificó por primera vez unos embriones humanos. Aquello le costó una condena universal de la comunidad científica y una sentencia de dos años de cárcel.

¿Qué sentido y utilidad tendría la clonación de seres humanos? se preguntaba un científico español convocado para opinar por su posición y conocimientos sobre el tema por una emisora de radio. Quiero entender que la autopregunta no llevaba doble intención, pero está claro que la respuesta no puede dejar de ser mucha. También demostró que el científico en cuestión no es aficionado a las películas de ciencia ficción, en cuyos argumentos figura a menudo la clonación como hilo conductor de la trama. Cuando no son Los Niños de Brasil, la última película del aclamado Gregory Peck, es la espléndida serie Fundación de Isaacc Asimov y su espectacular traslación a serie televisiva por Apple.

Otra cosa bien distinta será la posible permisividad social y legal en caso de que alguien quiera clonar a un ser querido, por ejemplo en caso de fallecimiento. Ya es normal en el caso de las mascotas, como podría acreditar el recién elegido presidente argentino, cuyo perro doméstico va por la tercera generación de clones. Pero si hay un deseo, habrá un camino, según reza una máxima anglosajona.

Otra cosa es el sentido y la utilidad que tendrá la clonación en términos de experimentación científica, y aquí me remito a otra película de ciencia ficción muy conocida y protagonizada por nada menos que Bruce Willis y Brad Pitt : 12 monos, del director Terry Gillian. Y es que contar con ejemplares clonados es una eficaz forma de testar el influjo de modificaciones genéticas o ambientales en individuos idénticos. La única posibilidad que tenía la ciencia hasta ahora era el estudio de gemelos idénticos. Los monos no son congéneres nuestros, pero es lo más parecido que los estudiosos tienen a mano.

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