Apuntes del natural

Entre paellas y aristocracia

Enrique Nieto

Enrique Nieto

Los gustos de las moscas. En un restaurante con terraza en la costa de nuestra Región, un grupo de cinco personas ha pedido un arroz negro. Nada más traerlo el camarero y situarlo en el centro de la mesa, decenas de moscas acuden, del orden de unas treinta, diría yo, aunque no las conté. Los comensales las espantan con sus manos, con sus servilletas, soplando, pero ellas no se asustan y el poder de atracción del arroz llega hasta los platos que pretenden comerse los seres humanos. El camarero trae un buen trozo de papel de aluminio y tapa la paellera. Las moscas se sitúan como guardianes encima del papel. Entonces, uno de los comensales dice: «Pues menos mal que no hemos pedido arroz amarillo, porque a las moscas les gusta mucho más que el negro».

Arte. En la sala Verónicas de Murcia ciudad hay una exposición de Ángel Mateo Charris que es una belleza. Les recomiendo que vayan a verla sin prisa, es más, les diría que vayan a verla un día, comiencen a mirar los cuadros tranquilamente y cuando piensen que han visto los suficientes, váyanse y vuelvan otro día a continuar. O pasen allí la mañana. Son muchas obras y todas tienen interés. Merece mucho la pena esa tranquilidad necesaria para degustarlas una a una.

Harto. Una mujer a otra, en la carnicería: «Dice mi marido que está cansado de tanto pollo».

Problemas económicos en la familia. Me entero por la prensa especializada de que ninguno los hermanos Alba, condes y marqueses de esto y de lo otro, se habla con Cayetano. Ni siquiera la muchacha, Eugenia, le dirige la palabra. Parece ser un problema de dinero. El Cayetano pidió un crédito de tres millones de euros a nombre de la empresa familiar para hacer una balsa en una finca (fíjate tú cómo será la balsa y cómo será la finca) y está habiendo dificultades para pagarla. Ustedes dirán que no les importa lo de la familia Alba, pero yo me veo en la obligación de informarles. Knowledge is power, ‘El conocimiento es poder’, que dijo Francis Bacon.

Vergüenza. Producía verdadera indignación ver a los chicos y chicas con distintas discapacidades protestando porque no tienen todavía el transporte escolar que necesitan. Qué principio de curso, qué desastre.

Va muy bien, políticamente hablando. Leo que quizás estemos asistiendo sin darnos cuenta a la posible ascensión de Fernando López Miras hacia el liderazgo del PP nacional. Me parece genial que un ser humano de aquí suba a lo más alto, hasta llegar incluso a la presidencia del gobierno de España. No sé cómo anda de inglés, pero debería comenzar a tomárselo en serio para quedar bien en Europa. Yo le daría clase, pero mejor que se busque un nativo. Tendrá mejor acento.

Desconfianza. Me alegro de ser tan mayor ahora que está llegando la Inteligencia Artificial a nuestras vidas. He leído decenas de libros de ciencia ficción en los que se hablaba de este avance tecnológico, y, como todos acababan mal, con los robots matando a los humanos, o los humanos matando a los robots, me da miedo esta posibilidad tan visible estos días por todas partes.

El perro llora. Un hombre joven habla por el móvil, esperando para cruzar en un semáforo: «No dejes al perro solo que se pone muy triste... ¡Pues te lo llevas a ver a tu madre, y si no le gustan los perros, que se aguante!»

Un gran momento. He comenzado a ver la serie El asesino de los caprichos y la he dejado porque es flojísima. Pero sí me ha servido para evocar un momento de hace años que siempre recordaré. Una secuencia está rodada en la caja fuerte de la Calcografía Nacional, en Madrid, donde se guardan las planchas grabadas por Goya para esta maravillosa colección y yo he estado allí. Mirarlas de tan cerca me emocionó y el director de la Calcografía que estaba conmigo, al darse cuenta de lo impresionado que estaba, me dio unos guantes y me dijo: «Anda, coge una». Y lo hice, y fue genial pasar mis dedos por aquellos surcos que Goya había hecho con un buril. Ya les digo, inolvidable.

Terror

La Franja de Gaza

La Franja de Gaza / L.O.

Qué horror lo de Gaza. Decía un periodista el otro día que aquello es la cárcel al aire libre más grande del mundo, y es verdad que los israelíes mantienen esa franja de terreno cerrada a cal y canto, dejando salir y entrar a quienes ellos quieren. Por otro lado, está Hamás, una organización terrorista de ideología islamista llena de locos que matan sin piedad. Y, en el centro, los palestinos, hombres, mujeres y niños aterrorizados. Y ya van miles de muertos. ¿Es que nadie puede parar eso?