Casco Histórico

Los vecinos del casco histórico de Lorca reclaman soluciones para los cables de las fachadas

En numerosas calles de la ciudad vieja se pueden ver cables colgando, llegando al suelo en algunos casos

Las ordenanzas vigentes prohíben la presencia de estos elementos en las fachadas de la zona

Operarios instalando cableado hace unos días en la calle Álamo, una de las principales vías del casco histórico.

Operarios instalando cableado hace unos días en la calle Álamo, una de las principales vías del casco histórico. / Daniel Navarro

Daniel Navarro

Daniel Navarro

El Plan Especial de Protección y Rehabilitación Integral del conjunto histórico artístico de Lorca, más conocido como PEPRI, es la ordenanza que regula las actuaciones en el casco histórico de Lorca desde el año 2000, en que fue aprobado. Este texto contempla en su artículo 165 una prohibición expresa del "tendido de cables de cualquier tipo por las fachadas de los edificios", especificando que los mismos deben ser empotrados o soterrados tanto en las construcciones nuevas como en las actuaciones de rehabilitación o restauración.

No obstante, la presencia de cables en las calles del casco histórico es amplia, lo que ha llevado a los vecinos a reclamar soluciones al Ayuntamiento en varias ocasiones, sin que se llegue a concretar una solución definitiva, a pesar de lo contemplado en el PEPRI. Según Cristina Gómez, de la asociación 'Lorca por su patrimonio cultural', numerosos habitantes de la zona han expresado su malestar por esta situación. "Se quejan tanto de la mala imagen como del peligro que representan para la salud, ya que en algunos casos cuelgan hasta el suelo", señala Gómez a LA OPINIÓN.

'Manojo' de cables en la calle Núñez de Arce.

'Manojo' de cables en la calle Núñez de Arce. / Daniel Navarro

"El problema es que cuando se restauran los edificios se retiran los cables, pero cuando finaliza el proyecto vuelven a colocarse", especifica la líder de la asociación defensora del patrimonio. En este sentido, es particularmente llamativa la presencia de cableado en la portada de la Casa de los Guevara, catalogada como Bien de Interés Cultural, algo terminantemente prohibido según la ordenanza. "Cada vez que alguien cambia de operador de internet, en lugar de respetar las instalaciones anteriores o cambiarlas, se van quedando los cables, creando auténticas marañas", abunda Gómez.

"El problema es que la administración no quiere enfrentarse a las empresas, deberían estar todos los cables soterrados y las que no se utilizan, ser retirados", continúa la experta en patrimonio.

Cableado de la portada de la Casa de los Guevara.

Cableado de la portada de la Casa de los Guevara. / Daniel Navarro

Esta situación contrasta con los anuncios realizados tanto por el equipo de Gobierno como por entidades privadas a raíz del plan de Fulgencio Gil para la reconstrucción del casco histórico de la Ciudad del Sol. No obstante, se espera que la actualización del PEPRI, el Plan Especial de Protección y Rehabilitación Integral del Conjunto Histórico de Lorca –PEPRICH–, suponga un revulsivo que mejore la situación. A este respecto, cabe recordar que la aprobación del documento se encuentra paralizada desde hace meses, a la espera del informe definitivo de la Comunidad Autónoma para la rebaja de la protección de varias fachadas.

El foco, en las nuevas actuaciones

Preguntada al respecto de esta situación María Hernández, concejala de Urbanismo, señalaba a esta Redacción que la presencia de los cables "está autorizada y se deben respetar sus derechos de paso" en la mayoría de los casos, aunque señalaba que se están trabajando en varios proyectos para el soterramiento del cableado en diversas zonas. "Vamos a vigilar que todas las edificaciones nuevas oculten los cables según la normativa, pero los que ya hay es más complicado", completaba la edil.

El PEPRICH, a la espera desde el 2015

Aunque estaba previsto que el Plan Especial de Protección y Rehabilitación Integral del Conjunto Histórico de Lorca fuera aprobado en el primer Pleno de la presente legislatura, iniciada tras las elecciones municipales del pasado mes de mayo, aún no ha sido sometido a votación. Redactado de forma inicial en 2015, contemplaba la rehabilitación de más de 800 viviendas, la puesta en el mercado de alquiler de 200 casas, la rehabilitación de 17 edificios históricos públicos y privados —entre ellos la vieja cárcel o la iglesia de San Juan—, y la construcción de dos hoteles boutique con un total de 130 habitaciones. Además, incluía acciones para “reverdecer” y “renaturalizar” esa parte de la ciudad con jardines.