Penitenciaría

El asesinato de Tarragona hace estallar a la cárcel de Murcia: fuego en la carretera al grito de "todos somos Nuria"

Los funcionarios del penal de Sangonera incendian neumáticos, cortan accesos y claman para que no haya más muertes, tras el crimen de una cocinera en Tarragona a manos de un recluso

Protesta de funcionarios de prisiones de Murcia

La Opinión

Ana Lucas

Ana Lucas

Al grito de “todos somos Nuria”, funcionarios de prisiones de Murcia volvían a concentrarse este miércoles por la mañana, como ya hicieron el lunes, para mostrar su indignación por el crimen acontecido en un penal de Tarragona, donde una mujer fue asesinada a manos de un recluso que luego se quitó la vida. Desde entonces, sus compañeros se han rebelado. "Necesitamos que el sistema penitenciario cambie y que el buenismo se acabe", subrayan.

Neumáticos ardiendo y que generaban una enorme columna de humo negro. Es lo que encontraban quienes pretendían acceder a la prisión de Sangonera. Las protestas de los trabajadores, que tienen lugar en toda España, no sólo en la Región, cesaron temporalmente con motivo del Día de San José, festivo en la Comunidad murciana.

Este martes, no obstante, los trabajadores del penal sacaban músculo, no solo incendiando neumáticos: también con carteles y cánticos en los que coreaban el nombre de su compañera asesinada. En Sangonera se concentraban empleados tanto de Murcia I como de Murcia II (Campos del Río) y del CIS Guillermo Miranda.

"Estaremos hasta que el cuerpo aguante", subrayaba una de las trabajadoras, que sentenció que Nuria ya alertó de la peligrosidad del interno que acabó matándola y "su petición de auxilio fue denegada por sus mandos".

"Empiezan las barbacoas"

Su muerte ha sido un antes y un después: son conscientes de que en cualquier momento les puede tocar a ellos y claman que ya está bien. Que la violencia que sufren tras los muros del penal, por parte de los internos, es diaria (con insultos y agresiones, subrayan) y cada vez más peligrosa, puesto que, aseguran, no tienen medios, ni humanos ni materiales, para atajarla.

Empiezan las barbacoas en Murcia, señores, esto se anima”, comentaba un trabajador mientras grababa con su móvil un vídeo de los neumáticos ardiendo sobre el asfalto. Son barricadas que tienen como fin impedir que nadie entre en la prisión.

"Nos lo dicen a la cara: me sale gratis decirle 'puta', me sale gratis pegarle, y me da igual"

El fuego en la calzada impidió el paso hasta de un autobús. Como los funcionarios (muchos de ellos integrantes del colectivo Tu Abandono Me Puede Matar) estaban movilizándose fuera, este hecho afectó, igual que el lunes, a la rutina de los presos. Algunos funcionarios consultados apuntan que no descartan que los internos respondan a estas alteraciones aún con más violencia de la que ejercen a diario.

"Nos pegan y nos amenazan"

Esta oleada de reivindicaciones se ha desatado a su máxima expresión en las cárceles de todo el país. Aunque en Cataluña (donde se produjo el crimen de la cocinera) las competencias son de la Generalitat, la necesidad de una mejora de las condiciones laborales de estos trabajadores en el resto de España (en Murcia exigen ser agentes de la autoridad, por ejemplo) es un clamor desde hace años ya.

"Nos parten pómulos, piernas, nos insultan, nos cortan cuellos, nos amenazan de muerte y les sale gratis: al no ser agentes de la autoridad, penalmente no es punible", subrayan los afectados. Los ataques a funcionarios, por tanto, se saldan con "aislamiento en celdas", donde están "calentitos en invierno y fresquitos en verano".

"No son los internos son los débiles, como dijo Marlaska: somos nosotros", significó. "Nos lo dicen a la cara: me sale gratis decirle 'puta', me sale gratis pegarle, y me da igual".

"Nadie conoce el escudo de los funcionarios de prisiones y todo el mundo conoce el de la Policía y el de la Guardia Civil", lamentaron.