Pesca

La otra huerta de la Región de Murcia

La Región produjo la primera tonelada de dorada en Europa en 1984, y ahora es colíder en la producción de pescado en España y pionera en la investigación del cultivo de atún rojo

Piscifactoría de la Región en mar abierto.

Piscifactoría de la Región en mar abierto. / FARM

Antonio Susarte

La pesca es una actividad que, desde tiempos remotos, las sociedades han necesitado complementar. El humano no se ha llevado bien con la incertidumbre cuando de su alimentación se ha tratado. Somos más amigos de la regeneración estable de las fuentes de alimento, y nuestra innovación tecnológica siempre ha sido fiel testigo de ello.

Chinos, egipcios, griegos y romanos pusieron la primera semilla. Ahora, la FAO (Organización de las Naciones Unidas para la Agricultura y la Alimentación), estima que para antes de 2030, el 65% del consumo mundial de pescado provenga de la acuicultura. Un sector que pese a su vital importancia, sigue siendo desconocido por el común de la población. ¿Quizás, por la lejanía y poca visibilidad de sus instalaciones? ¿Por la complejidad que entrañan? Sea como fuere, los españoles deberían saber que somos el Estado miembro de la UE con mayor cosecha de acuicultura y los murcianos que esta milenaria actividad es uno de los motores de su economía.

Referentes del sector

Según el último informe anual de Apromar, de las 58.672 toneladas de peces que se criaron en España en 2022, 18.953 son criadas en la costa murciana. La cabeza de la lista la vamos turnando con nuestros vecinos de la Comunidad Valenciana, también prolíficos en el sector. Pero si en algo somos únicos es en la producción e investigación del preciado atún rojo.

España es líder de la UE en cosecha, pero bajamos puestos cuando hablamos de valor de producción. Solo el potente cultivo de este producto gourmet en la Región de Murcia nos mantiene en alza. Gracias a una pulida compenetración entre pesca tradicional y acuicultura, la Región es líder en exportación a Japón, el país que consume más de la mitad del atún rojo de todo el mundo.

20.000 toneladas

El 30% del total de toneladas de pescado producidas en España proviene de la Región. El atún rojo es nuestro producto estrella con más de 6.000 toneladas al año de un alto valor comercial.

El atún rojo es nuestro producto estrella con más de 6.000 toneladas al año. No obstante, la acuicultura murciana es variada y dinámica, tanto en las especies cultivadas como en los sistemas empleados en su cría. Tan solo hay que visitar los complejos ubicados en Águilas, en el Gorguel (Cartagena) y en San Pedro para advertir del potencial de esta industria. Entre los 3 polígonos suman 12 instalaciones, que, sostenidas por los principales grupos empresariales que hay en España como Avramar o Culmarex, y empresas experimentadas de nuestra Región como el Grupo Ricardo Fuentes o Pescados Albaladejo, producen también ingentes cantidades de lubina, dorada, corvina, y más recientemente, de lecha.

La investigación busca soluciones a la pérdida de peces durante las primeras etapas de su crianza

Iniciando su actividad en Águilas hace más de 25 años, el grupo multinacional Culmarex es el principal productor de lubina y dorada en España. De sus 11 instalaciones repartidas por el suroeste del país, 4 se encuentran en la Región, convirtiendo a Murcia así, mediante las granjas de San Pedro, El Gorguel y Águilas, en el eje central de la actividad de Culmarex en España. En cuanto al cultivo de atún rojo, los especialistas en la Región son las piscifactorías del grupo Ricardo Fuentes e Hijos. Cuentan con dos instalaciones vinculadas al engorde del atún. Una en El Gorguel y otra en San Pedro. Según Aurelio Cegarra, adjunto a dirección del grupo, el volumen de comercialización anual de sus granjas oscila entre los 5.000 y 6.000 toneladas, lo que supone el 30% del total de producción acuícola de la Región de Murcia.

En el caso de San Pedro es necesario detenerse. Como cuna de la acuicultura murciana, su producción anual es de 12.000 toneladas, el 60% del total de la Región de Murcia, según los datos que maneja la FARM (Federación de Acuicultores de la Región de Murcia), lo que lo convierte en el polígono acuícola más productivo de toda España. Sin olvidar que en este municipio también se encuentra el Centro de Recursos Marinos (Imida) en cuyas instalaciones se estudia el cultivo de microalgas.

Con el fin de obtener una mayor comprensión del proceso productivo acuícola, hemos visitado de la mano de su director, Fernando de la Agándara, el Centro Oceanográfico de Murcia, donde se concentra en esencia el modus operandi de cualquier piscifactoría murciana, en este caso no a escala comercial. Dependiente del IEO (Instituto Nacional de Oceanografía), este centro realiza la primordial labor de la investigación científica para mejorar, en calidad y en cantidad, la producción del pescado que llega a nuestras mesas.

El círculo acuícola

Debemos entender esta actividad como una cadena circular en la que hasta el más mínimo eslabón condiciona el resultado final. Criar un atún no es lo mismo que criar un pollo. La alimentación; el tiempo de crecimiento; la calidad y temperatura del agua (para colmo alterada por los efectos del cambio climático); hasta el modo en el que el animal es sacrificado, es determinante y, por tanto, cuidadosamente medido en las piscifactorías murcianas. Por este tipo de precisiones, se explica la exigencia de contar con una instalación terrestre y otra acuática.

El de San Pedro es el polígono acuícola más productivo de todo el país, según datos de la Federación regional

Fernando de la Agándara explica el proceso a través de una divertida comparación. En tierra, la producción se divide en tres vertientes. Observamos, siguiendo la analogía de De la Agándara, por un lado, la sección de crianza de las coles y la de las ovejas, y por otro la de los lobos. Comenzando desde el final, de tanques llenos de peces en edad de apareamiento y reproducción, el círculo continúa su trazo con la crianza de microalgas (las coles), que, cambiando de soporte, irán aumentando poco a poco su volumen para alimentar a los rotíferos (las ovejas); diminutos, casi invisibles, animales acuáticos que cuentan con una serie de atributos, idóneos para convertirse en el primer alimento vivo de las larvas (los lobos) que los primeros peces han reproducido. Estos primeros pasos del pez para llegar a la talla de ’alevín’ son un momento delicado en la producción. Almacenados en incubadoras, en este estado son más sensibles a cualquier variable, y por tanto el índice de mortalidad es mayor.

Con mayor o menor éxito, llega, mediante la ingesta de pienso, la carrera del pre-engorde hacia la talla de ’juvenil’. La idiosincrasia de cada especie va siendo cada vez más perceptible en esta etapa. Simultáneamente, entonces, los métodos de producción comienzan a especializarse según las necesidades. Las doradas, por ejemplo, empiezan su ciclo de vida como machos y al cabo de 2-3 años se transforman en hembras. La tarea residirá entonces, en encontrar soluciones que no perjudiquen ni a la productividad, ni al bienestar del animal de la que la calidad del producto depende.

Hasta que el pez no alcance los 10 gramos, no adquiere la categoría de juvenil, y por tanto debe permanecer al cobijo de la tecnología propia de una instalación terrestre. Cuando alcanzan el peso indicado, ahora sí, se trasladan a las granjas de mar abierto, donde, tras el proceso del engorde, el juvenil alcanzará la talla de comercial. Sin embargo, no todos viajan hacia los viveros marinos. Algunos se quedan para reproducirse y así, volver a girar la rueda de la acuicultura.

Los retos

La acuicultura murciana se enfrenta ahora a los retos de nuestro tiempo. Los elevados números de toneladas producidas no deben engañar. La inflación y la acusada reducción del consumo de pescado en España, han estancado el crecimiento de una industria que venía pisando fuerte. Con todo, el desarrollo y la innovación es previsible que no cesen debido a su trascendencia para las generaciones futuras. Los recursos naturales son finitos y la población no para de crecer.

De ahí la necesidad de un sector acuicultor sólido y resolutivo como el murciano que sea capaz de abastecer a la población de manera sostenible y sin poner en riesgo el medio ambiente.

El atún rojo como elemento diferenciador

En Mazarrón, cerca del Centro Oceanográfico, se encuentra también el ICRA (Infraestructura para el Control de la Reproducción del Atún Rojo). Un instituto que demostró por primera vez en 2022, que el atún rojo es capaz de reproducirse en la cautividad de una instalación tierra adentro. Todo un hito en técnica de cultivo, a la misma vez que una gran victoria para una especie cuya población en el Mediterráneo se veía seriamente amenazada. Desde siempre, el cultivo del atún en Murcia se hacía, y se sigue haciendo, combinando acuicultura y pesca tradicional. Los barcos de las empresas murcianas pescan ejemplares adultos y los trasladan en un viaje pausado, para evitar estrés, a los enormes viveros sumergidos de Cartagena. Aquí entra en escena la acuicultura, que los alimenta hasta que alcanzan la grasa y el color dignos de comercio.

Esta era la práctica habitual del cultivo de atún rojo, hasta que llegó la ICRA en 2015. Tan solo un año más tarde, el instituto ya conseguía grandes avances cerrando el ciclo biológico del túnido en las jaulas de mar abierto. Pero, ahora, la pionera puesta de huevos en tierra, abre la posibilidad de no depender más del mar y de la pesca, y en un futuro, quizás, comercializar atún rojo de ciclo completo de acuicultura, al igual que ocurre con la dorada, la lubina o el salmón, formando en torno a ello una industria de atún rojo en la Región de Murcia sin precedentes.