Meteorología

Una borrasca con traje de DANA llegará a Murcia este fin de semana

La Región deja atrás, por el momento, unas temperaturas que han batido récord con el verano con las noches más calurosas

Alberto Sánchez

Alberto Sánchez

Agosto se va a despedir con una meteorología rebelde. Al fuerte viento y el granizo de este pasado fin de semana le va a seguir en los próximos días más aire, bajadas de las temperaturas según el momento, y la llegada de una borrasca a partir del sábado que podría convertirse en DANA. Este lunes ha continuado la tónica del domingo, con rachas de viento que han llegado a los 50 kilómetros por hora en municipios como Yecla o Águilas. La llegada de una vaguada, un trozo de la borrasca que se ha profundizado al norte de Baleares, ha traído la caída de los termómetros y viento del noroeste que sopló ayer en algunos rincones de la Región "con bastante intensidad", apuntaba ayer Luis Bañón, portavoz de la delegación en Murcia de la Agencia Estatal de Meteorología.

Las lluvias no harían acto de presencia, probablemente, hasta mañana miércoles, cuando la extensión de la borrasca se colará hasta el sur de España, alcanzando la Comunidad. El tiempo traerá aire frío, con una bajada de las temperaturas y "con una nubosidad en evolución que podría derivar en chubascos por la tarde", incide Bañón. "El miércoles habrá nubosidad en zona de sierra por el paso de una vaguada, es decir, la extensión de una borrasca cuyo radio de acción hace penetrar aire fresco hasta nuestra latitud. Se espera un día con probabilidad de tormentas".

El jueves se mantendrán las temperaturas más frescas y con poca nubosidad. La Región tendrá unos días donde, sobre todo, no alcanzará las temperaturas de referencia para esta época del año. "El viento y el frío de los últimos dos días han acabado con las temperaturas que estaban 8 o 9 grados por encima de los valores para finales de agosto y principios de septiembre". Este martes podrá haber un repunte del calor con un viento "que no será tan fresco al calentarse la atmósfera".

El viernes será otro día donde el termómetro puede subir "ligeramente", remarca el meteorólogo, pero no dejará de ser un día "agradable" con temperaturas propias del momento.

Bañón añade que las temperaturas mínimas estarán "algunas décimas por debajo de lo normal". Como tal, no es frío lo que se sentirá por la noche, pero en las próximas madrugadas la Comunidad abandonará temperaturas de 20 grados o más como se han registrado desde el pasado 16 de junio. El portavoz de la Aemet subraya que este verano en la Región de Murcia se ha llevado el récord por tener las mínimas más altas desde que hay registros, un dato que todavía se debe confirmar oficialmente.

Inestabilidad el sábado

La incertidumbre en el tiempo llegará de cara al sábado: "Los modelos meteorológicos apuntan a una inestabilidad". En general, el sur de España recibirá la visita de una borrasca que podrá alargarse "hasta la madrugada del lunes". Si está aislada, sería una DANA, una borrasca fría que podría dejar lluvias de intensidad en determinadas zonas.

Esos modelos todavía no pueden determinar qué zonas podrían verse más afectadas por estas precipitaciones ni qué cantidad de agua se prevé acumular. Los meteorólogos estarán muy pendientes de las temperaturas que registre el mar Mediterráneo, un actor que puede jugar un papel clave en la intensidad o virulencia de las precipitaciones que se registren en la Región de Murcia. El frío de estos días puede ayudar un poco.

Las reservas en los embalses del Segura continúan su descenso

Los embalses de la cuenca del Segura se encuentran al 26,7 por ciento de su capacidad, según ha informado la Confederación Hidrográfica del Segura (CHS) a través de sus redes sociales.

Así, la cantidad de reservas ha descendido en 13 hectómetros cúbicos (hm3) respecto a la semana pasada, con el pantano de El Cenajo como el que almacena más agua, con 103 hm3 (24 por ciento de su capacidad).

Tras El Cenajo figuran La Pedrera, con 56 hm3 (23 por ciento); La Fuensanta, con 46 hm3 (22 por ciento); Talave y Camarillas, con 17 y 16 hm3 (49 y 46 por ciento, respectivamente), y Puentes, con 16 hm3 (62 por ciento).

La CHS ya dejó claro que las reservas permitían garantizar el abastecimiento para consumo humano y regadío hasta finales de septiembre, pero la situación puede volverse más crítica a partir de octubre. La cuenca estará pendiente de las lluvias, ya que la sequía sigue haciendo mella en el agua embalsada desde principios de verano.

El Mar Menor aguanta la respiración ante la previsión de fuertes precipitaciones

Tras un verano caluroso, donde el Mar Menor ha estado cerca de batir un pico de temperaturas nunca visto antes en la laguna salada, la llegada de septiembre siempre deja una honda preocupación. La época de las gotas frías nunca le ha ido bien a la laguna. La llegada de fuertes precipitaciones que derivarían en nuevos arrastres con sedimentos al Mar Menor podría dejar a este ecosistema en una situación aún más crítica. A mediados de este mes, los niveles de oxígeno habían caído lo suficiente hasta casi rozar los límites de referencia que alertarían de una situación de hipoxia. En concreto, las mediciones del 10 de agosto realizadas por la Dirección General del Mar Menor marcaban 4,06 miligramos por litro de oxígeno, cuando por debajo de cuatro ya habría problemas de oxigenación en la columna de agua. Estos niveles han sido aún más bajos que los registrados en agosto de 2021, cuando ocurrió el último gran episodio de mortandad de peces en la laguna. 

Las avenidas de agua cargadas de nutrientes podrían dar un golpe duro al estado ecológico de la laguna. Los servicios de recogida de biomasa continúan estos días con sus labores de eliminar de las orillas los rastros de restos de algas en descomposición. Por el momento, los niveles de clorofila están bajos, la sustancia que, de aumentar su concentración, dispararía el crecimiento de algas en el agua, que acabarían por consumir el oxígeno. 

Una de las consecuencias de la entrada de arrastres sería la pérdida de transparencia en el agua, vital para que la luz llegue al fondo marino. Sin esto, las praderas marinas terminarían por morir, como ya ha ocurrido en otras ocasiones.