Espeleología

En las entrañas del río Mundo: descubren un nuevo sector en el entramado de galerías de Los Chorros

El grupo de Investigaciones subterráneas del Centro Excursionista de Cartagena organizó la campaña que ha logrado el hito, tras más de 20 años de búsqueda, de explorar una zona desconocida en el entramado de galerías de Los Chorros del río Mundo

Jose Antonio Sánchez

Jose Antonio Sánchez

Lo sospechaban. Tenían esperanzas de que así fuese, pero la realidad es que la emoción, la satisfacción y la alegría que demostraron al ser conscientes de que acababan de descubrir un nuevo sector en el sistema (entramado de galerías) de Los Chorros del río Mundo no se puede fingir. Un gran equipo de hasta 70 personas realizaron los primeros días de este mes de mayo una campaña, liderada por el Centro de Excursionistas de Cartagena, en el cuarto sector del nacimiento del río Mundo.

Entre los trabajos, una hipótesis sobre el papel: investigar una galería subterránea sin explorar. Espeleólogos de Murcia, Albacete, Alicante, Córdoba, Madrid, Tenerife, Castellón y Tarragona coparon el albergue, que el Ayuntamiento de Riópar les cedió, para esta campaña de cinco días. Carlos Munuera, espeleólogo y buceador, fue el protagonista de este descubrimiento junto a Javier Ruberte, del Grupo de Exploración Subacuática de Cartagena (GESC). Munuera relata a La Opinión el arduo trabajo previo que les llevó a este gran descubrimiento: «En la sima Hinneni, donde se está trabajando, llevarán más de 20 años en el sector cuatro. Nosotros hacemos una campaña de trabajo que podemos llevar unos 10 años de seguido y nos repartimos en varias zonas».

Vídeo | Así han explorado el entramado de cuevas de Los Chorros del río Mundo

L.O.

«Hicimos nuestras valoraciones para atarlo, pero sí», dice sobre la exploración tras más de dos décadas investigando una zona del sistema de Los Chorros del río Mundo. Su grupo estaba encargado de los sifones, entre ellos el Sifón Naranja, que es el que les llevó a una zona inexplorada. Para alcanzarla, un equipo con muchos recursos y una especialización técnica del más alto nivel, porque bucear a esos 1.300 metros de altitud y una produndidad de más de 40 metros supone una presión atmosférica extra que equivale a sumergirse a unos 52 metros de profundidad en el mar.

El martes 30 de abril por la tarde empezaron a llegar a Riópar espeleólogos de todo el país en furgonetas y en autocaravanas que hicieron del campo de fútbol una base improvisada para los siguientes cinco días en los que ejecutaron con éxito una campaña que llevaba detrás mucho trabajo. Este es su particular cuaderno de bitácora:

Día 1: miércoles. La preparación

Unos 25 espeleólogos se reúnen en el parking de la Cañada de los Mojones para comenzar la campaña de exploración en la sima Hinneni. Hay un total de 20 sacas llenas con material para poder realizar la exploración, que se retrasa por las inclemencias del tiempo: fuertes lluvias y nieve aplazan varias horas el comienzo de la actividad.

Sobre las 13 horas entró en la cavidad la primera persona. Y a las 15 horas se encontraron todos en la base del conocido como Sifón Naranja localizado en el cuarto sector. El cansancio del descenso de más de 100 metros en rápel con todo el material pesado obliga a los buceadores a dejar para el segundo día la investigación subacuática.

Así que decidieron dejar todo el material de buceo preparado en la base del sifón para bucear al día siguiente más descansados. Tras la preparación, salieron y cenaron una paella preparada por los espeleólogos del grupo de Puente Genil, que cerró el día.

Día 2: jueves. La exploración

La mañana comenzó bien temprano y unos 20 espeleólogos se reunieron a las 8:30 en la puerta del albergue de Los Chorros para dirigirse a la zona de exploración. Los primeros que realizaron el descenso fueron Carlos Munuera y Javier Ruberte, las dos personas que se enfundaron los trajes de neopreno para realizar la exploración subacuática. Mientras descendía por la sima el resto del equpo, los buceadores descansaban antes del momento clave de la operación.

Un grupo montó el equipo de comunicación con el exterior. Y fue a las 12:30 cuando los espeleólogos y buceadores comenzaron la inmersión en el Sifón Naranja. Estaba fijado un periodo de cuatro horas para que Ruberte y Munuera regresasen. Aunque no era hasta a las seis horas cuando tenían que llamar a emergencias si no regresaban. La espera fue tensa.

El agua estaba fría: 9 grados. Pero todo daba igual. Estaban concentrados en el buceo tan técnico que tenían que realizar. «Ya a nivel del mar conlleva su riesgo, pues más en una cueva», explica Carlos Munuera, que pasó de la responsabilidad a la emoción al instante: «Tras un buceo por la cueva de cuatrocientos metros y una profundidad máxima alcanzada de cuarenta y cinco metros, comenzamos a ascender. Íbamos para arriba».

Más de 40 minutos de buceo después se produjo el momento más esperado del último cuarto de siglo para ellos: habían descubierto el quinto sector de Los Chorros del río Mundo. «Salimos en la zona nueva. Nos quitamos los equipos y empezamos a recorrer las galerías durante unas dos horas y media», añade Munuera.

Exploraron las galerías y el curso del río activo antes de colocarse el material para afrontar el camino de vuelta y poder comunicar la gran noticia al resto del equipo. La tensa espera se convirtió en una alegría tremenda, que hizo desaparecer el frío que reinaba entre los que aguardaban la llegada. No fue hasta las 21 horas cuando salió del sistema de Los Chorros el último espeleólogo. Una ducha y celebración por todo lo alto en un asador.

Día 3: viernes. Sima Cm-100

El tercer día estuvo centrado en el trabajo de conservación de las cavidades con Marisa Aldeguer y Manolo Tremiño como líderes. Uno de los grupos llegó hasta el Sifón Mateo Martín y otro grupo guiado por ‘Corco’ hizo la travesía circular del río. Por la tarde, un grupo salió en dirección al Pozo de la Bomba con la intención de «intentar sacarle algún metro más a la cueva», así como de recuperar un material perdido en la exploración anterior. Javier Ruberte buceó para tirar unos metros más de hilo y pasar la tercera y última bomba, por lo que accedió a una zona inundada.

La cueva se estrechó bastante, por lo que requirió, de nuevo, de un buceo muy técnico. Fue al atardecer cuando bajaron desde el Pozo de la Bomba de Riópar.

Día 4: sábado. 45 espeleólogos

El día de más manos fue el sábado, con hasta 45 espeleólogos repartidos en distintos grupos con la topografía del Sifón Naranja como principal objetivo. Un grupo liderado por ‘Segis’ realizó trabajos de exploración en la cueva CM-68 y otro de las transmisiones con el interior de sima Hinneni.

En apenas media hora todas las sacas de exploración entraron en la cueva. Alejandro Getino e Iván García fueron los buceadores que topografiaron unos 150 metros. Tras algo más de tres cuartos de hora bajo el agua, tomaron algo caliente para regular la temperatura y empezar la recogida que finalizó sobre las siete de la tarde. Tras el duro trabajo, hubo una gran cena de celebración y hasta un rato de diversión en un pub de la zona.

Día 5: domingo. Conservación

A las nueve de la mañana se reunieron para la última salida al CM-100. Allí continuaron los trabajos de conservación de cavidades y de balizamiento. Gerardo guió el recorrido por el río y otro grupo realizó trabajos en la galería fósil. Unas últimas tareas para, a media tarde, dar por finalizada la campaña.

¿Y ahora qué? «Ahora esperamos una reunión técnica. A todo el equipo nos da ánimo para seguir explorando. Y el espeleólogo de a pie nos dice que busquemos una entrada para que ellos puedan llegar», celebra sobre el futuro Munuera.