Opinión | Apuntes del natural

Conciencia de seres humanos

Laia Costa y Hovik,  en la película ‘Un amor’.

Laia Costa y Hovik, en la película ‘Un amor’. / L.O.

LIMPIEZA GENERAL. Tenía que hacerlo alguna vez y lo he hecho. He tardado aproximadamente un mes, pero ha valido la pena. Por fin, tras decenas y decenas de años, he abierto los cajones y los armarios de mi estudio y he sacado carpetas, legajos, papeles, fotos, catálogos de mis exposiciones y las de otros muchos. Cientos de kilos de papel y de otros materiales. Y he tirado una cantidad enorme de cosas, tantas, que he tenido que encargar a una empresa para que se lo llevara todo al punto ecológico. Tengo un estudio propio desde que cumplí veinte años y nunca me había planteado repasar lo que había guardado. Eran demasiadas cosas.

HERENCIA. Le cuento a un buen amigo lo que he hecho en el estudio y me dice: «Pues yo no tiro nada. Que lo hagan mis hijos cuando yo ya no esté». 

PARIDAD. Una mujer de unos cincuenta años, a otra, el día del Bando, en el parque de la Seda: «Me va a salir la cerveza por los ojos y las orejas, pero, si Pedro bebe, yo bebo. Así no me cabreo al verlo alegre de más».

FIESTA. En cuanto al colorido y la alegría, el mantenimiento de las tradiciones, etc., desde luego que el Bando de la Huerta es un día admirable. Lo discutible es por qué hacen fiestas importantes en otras ciudades y en ellas no se producen más de cien intoxicaciones etílicas, doscientas y pico llamadas al 112, ingresos en hospitales por borracheras tremebundas y un reguero de orina, vómitos y basuras por toda la ciudad, que han de limpiar unos hombres y mujeres para los que este día supone un trabajo bastante asqueroso. Creo yo, en mi ignorancia, que una buena campaña llamando al personal a respetar y respetarse, llevada a cabo una semana antes del próximo día del Bando, podría ser una buena idea.

SUGERENCIA. Les voy a hacer una recomendación para un fin de semana largo. Resulta que ya se puede ir en avión a Marrakech desde el aeropuerto de Corvera y eso facilita aún más la posibilidad de viajar a este precioso lugar. Por si tienen alguna idea equivocada al respecto, les diré que los hoteles allí son de los mejores que conozco, de hecho, hay extranjeros que viajan a esta ciudad habitualmente para pasar unos días de descanso y solaz en alguno de esos hoteles, con dos o tres piscinas, unos jardines impresionantes (de noche los suelen iluminar con velas) y tres restaurantes con distintos tipos de cocina. Y hay mucho que ver, y que vivir allí. La plaza de Jemaa el-Fna, patrimonio de la Humanidad, es increíble al atardecer. Y la gente es amable y cercana. A menos de dos horas desde Murcia.

YA SE PUEDE. Un ser humano le dice a otro, cerca de donde me hallo: «Qué estupendo poder estar en esta terraza tomando una cerveza con los amigos, al aire libre, con un tiempo estupendo, y no tener que optar por meterte dentro de los bares porque hace frío». (Son las nueve de la noche y ciertamente allí se está de cine). (Es que yo estoy en la mesa de al lado con tres amigos).

BUENA GENTE. Aunque de vez en cuando salga algún pelma diciendo repetidamente que los inmigrantes son los culpables de todo lo malo que ocurre en nuestro país, por más que sepa perfectamente que no es verdad, y que ‘por un perro que maté, mataperros me llamaron’, todavía hay españoles que tienen conciencia de seres humanos y que saben de fraternidad y solidaridad con los que se lo juegan todo, incluso la vida, por conseguir escapar de la miseria, la guerra, el odio, etc. Hablo de las familias españolas de la isla de El Hierro que están acogiendo en sus casas a menores inmigrantes que han llegado hasta allí solos, sin ninguna compañía. Y les proporcionan lo que necesitan, sobre todo afecto y cuidados, con o sin ayudas de la Administración, hasta que sus situaciones legales se aclaran. Toma nota, pelmazo.

MEJOR, LA TITA. Un niño, de unos cuatro años, a su padre el día de El bando: «Papi, súbeme a hombros, que estoy ya ‘cansao’». El padre dice: «Pero, hijo, si acabo de bajarte. Y ya pesas mucho. Dile a la mamá que te tome ella, o mejor la tita, que está más fuerte». 

CINE. He visto la película Un amor, de Isabel Coixet. Qué quieren que les diga, está bien, sin exagerar. También he visto Cat Person, una americana interpretada por Nicholas Brown, el sobrino tontucio de Succession. Es más mala que el baladre. He intentado ver Godland, una islandesa. Es interesante, pero tan dura y tan desagradable que no la pude terminar. O sea que una semana regular. Tenía que haber visto Ben Hur o La historia más grande jamás contada, que es lo que pegaba para estos tiempos, y dejarme de rarezas.

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