Desde mi picoesquina

Moratalla se vacía. Hay alternativas

Si el Gobierno regional dejara de mirar en exclusiva a las zonas de costa o a actividades de dudosa rentabilidad social y turística (como la potenciación del Año Jubilar caravaqueño) vería que en este interior olvidado de la Región hay potencialidades por explotar, lo que contribuiría a fijar la población

Vista de Calar de la Santa

Vista de Calar de la Santa / Diego Jiménez

Diego Jiménez

Diego Jiménez

Carlos Taibo, profesor (jubilado) de Ciencia Política de la UAM, expone en su libro Colapso. Capitalismo terminal, transición ecosocial, ecofascismo que el agotamiento del modo de producción capitalista actual conducirá a una desurbanización acelerada y a la salida de la población al ámbito rural. Empero, en estos momentos estamos inmersos aún en el fenómeno demográfico contrario, que se produjo en nuestro país a partir del Plan de Estabilización franquista de 1959: el vaciamiento de nuestros pueblos y aldeas y la huida de la población a los centros urbanos de referencia, y a Madrid, Cataluña o a países como Francia, Suiza, Alemania… Ese fenómeno, que afecta a grandes áreas del interior de nuestro país y que se conoce como la ‘España vaciada’, se ha producido también, como no podía ser de otra manera, en la Región de Murcia.

Por ser el municipio en una de cuyas aldeas, Calar de la Santa, he encontrado mi ‘refugio’ para pasar largas temporadas tras mi jubilación, voy a dedicar unas líneas a Moratalla. Perteneciente al conjunto de municipios del Noroeste murciano -junto a Bullas, Calasparra, Caravaca de la Cruz y Cehegín-, concentra al 70% de la población en su núcleo, frente al 30% diseminado en 11 pedanías. Con una baja densidad de población de 8,5 habitantes/km², ha experimentado una pérdida de habitantes (el 38,2% desde 1900 a 2019) desde el final de la década de los años 50 del pasado siglo, sobre todo en sus pedanías (Francisco José Morales Yago. ‘Desarrollo local y vaciamiento demográfico’. TERRA, Revista de Desarrollo Local, 2021).

En 1950 el municipio albergaba 14.029 habitantes y, con fecha 1 de enero de 2023 (datos del INE), la población era de 7.588; un despoblamiento que es muy acusado en pedanías. Así, la de San Bartolomé, integrada por El Sabinar y Calar de la Santa, que en 1950 acogía a 1.112 habitantes, ha descendido en 2022 a los 518. Igual puede decirse de otras, como Cañada de la Cruz, con 1.002 habitantes en 1950 y solo 140 hoy, e Inazares, con 287 y 34, en esas respectivas fechas. (Datos de población de derecho).

El porcentaje de población mayor de 65 años en el municipio es del 23,82, muy superior al de Bullas y Caravaca, y la tasa de natalidad, de 6,63 nacimientos/1.000 habitantes, es muy inferior a los 9,51/1.000 de la Región de Murcia. Moratalla registra un crecimiento vegetativo negativo desde 2005.

Abandono institucional y serios problemas

De abandono por parte del Gobierno regional y de inacción por parte del Gobierno local cabe calificar la situación de este municipio. Nicolás Sánchez, concejal independiente de Moratalla en la candidatura de Izquierda Unida y Podemos, nos refiere como problemas más sangrantes el mal estado de las carreteras, como en las pedanías de Benizar, Otos, Mazuza, Salmerón…; la escasa información vecinal ante la nueva ley de residuos; el estado ruinoso de muchos edificios del centro del pueblo, con nula política de rehabilitación y conservación, limitándose el ayuntamiento a abrir expedientes; la bajísima oferta de empleo juvenil, lo que determina la huida del pueblo de ese segmento de población; los vertederos incontrolados; el déficit de asistencia sanitaria, por las carencias del Hospital Comarcal de Caravaca…

Esta situación de abandono y desidia se da también en las pedanías, cuyos problemas de despoblamiento no pueden abordarse solo con la reciente puesta en marcha del RuralBus para conectar estas con los núcleos urbanos de Moratalla y Caravaca. (Por cierto, en las líneas ofertadas se han olvidado de la pedanía de Salmerón). En Calar de la Santa, al frente de cuya asociación se encuentra F. Javier García, los problemas más visibles que nos cita son los referentes a la mala señal de TV, derivados de que el repetidor funciona con combustible, por lo que cuando este no se repone, falla la señal; el cerramiento de la pista polideportiva del pueblo; el estado deficiente de la red de alcantarillado; la ausencia de contenedores para papel y cartón y aceites usados; la falta de ayudas para el emprendimiento juvenil rural; la ausencia de un centro de mayores… Problemas que, en su gran mayoría, son comunes al resto de pedanías del municipio.

Hay alternativas

Si el Gobierno regional dejara de mirar en exclusiva a las zonas de costa o a actividades de dudosa rentabilidad social y turística (por su carácter esporádico y coyuntural), como la potenciación del Año Jubilar caravaqueño, vería que, en este interior olvidado de nuestra Región, hay potencialidades por explotar, lo que contribuiría a fijar población. Enumero solo algunas:

1. Extensión y mejora de la señal de wifi de banda ancha en todos los rincones del municipio.

2. Recuperación y potenciación del secano tradicional, con apoyo al cooperativismo agrario y a los jóvenes agricultores.

3. Fomento del relevo generacional, con el impulso al papel protagonista de las mujeres rurales, e incentivos para fijar población en las pedanías, con rebajas fiscales y oferta de subvenciones para el emprendimiento juvenil.

4. Apoyo al mantenimiento de la ganadería extensiva ovina y caprina.

5. Dotación de agentes de desarrollo rural, y una decidida política forestal que incida en los indudables beneficios de la silvicultura, con el mantenimiento y explotación de los bosques e instalaciones para el aprovechamiento y transformación de la biomasa.

6. Potenciación de un turismo rural de calidad, con señalizaciones claras en las rutas senderistas del municipio, ausentes en estos momentos.

7. Mejora de la oferta cultural, con la dotación de bibliotecas y/o la potenciación del Bibliobús; y, en el apartado de ocio, reapertura del funcionamiento de las piscinas de Campo de San Juan y El Sabinar.

8. Servicios públicos y sociales de proximidad mancomunados comarcalmente, sin descartar incluso acuerdos con las CC.AA vecinas para la prestación de esos servicios.

9. En asistencia sanitaria, establecimiento de ambulancias medicalizadas de referencia fijas en las principales pedanías, e incremento, así mismo, de las especialidades en el Hospital Comarcal del Noroeste.

10. Potenciación de la escuela rural, con todos los servicios y especialidades educativas.

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