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Ibrahim Hassan, palestino en la Región: "El reconocimiento de nuestro Estado es insuficiente y llega muy tarde"

Es pesimista ante la decisión del Gobierno, ya que "Israel no va a detenerse a no ser que los países de occidente y, sobre todo, Estados Unidos le paren los pies"

Ibrahim Hassan, en su puesto de trabajo.

Ibrahim Hassan, en su puesto de trabajo. / Israel Sánchez

Jaime Ferrán

Jaime Ferrán

España reconocerá el Estado de Palestina pasado mañana junto a Irlanda y Noruega, una decisión histórica que acoge bien la comunidad propalestina de la Región de Murcia y, muy especialmente, los refugiados de Gaza y Cisjordania residentes en España.

Uno de ellos es Ibrahim Hassan, vecino de Cieza, donde vive con su mujer, Pilar Cervera, y su hija pequeña, Aisha. Nació en Emiratos Árabes hace 33 años, ya que su padre se encontraba allí por trabajo en ese momento, pero se crió en un campo de refugiados del Líbano, donde los palestinos viven como «ciudadanos de segunda», explica este soldador que trabaja en Beniaján. «El conflicto no empezó el pasado mes de octubre», subraya. Su abuelo fue expulsado de su casa, en la actual ciudad israelí de Acre (antes se llamaba Eakaa Shaab), tras la creación del Estado judío y nunca pudo volver.

Criado en un campo de refugiados del Líbano, allí siempre arrastró un pasaporte palestino para recordarle que era un "ciudadano de segunda", precisamente por pertenecer a una tierra a la que nunca le han dejado entrar

«Los palestinos viven en Líbano en una pobreza extrema. El sueño de cualquier niño de allí es salir de allí», comenta su mujer. Esa precariedad le obligó a salir del campo de refugiados y, tras conseguir un pasaporte falso, llegó a Noruega. Tras un tiempo como ilegal, huyó de nuevo, esta vez a Valencia, donde intentó encontrar, en balde, una salida. Desesperado, acudió a una comisaría para «contarlo todo» y fue entonces cuando un ciudadano marroquí le aconsejó que se marchara de allí y pidiera ayuda en la Cruz Roja.

Era la primera vez, en mucho tiempo, que la suerte le empezaba a sonreír. Esta ONG le gestionó la solicitud de asilo —que le terminó denegando el Estado español— y lo trasladó a Murcia, donde conoció a su mujer, entonces voluntaria de Cruz Roja. Corría el mes de diciembre de 2016 y se casaron «una semana antes de la pandemia, en 2020», recuerda esta ciezana de 27 años. Un año después, la pareja ya esperaba a su primera hija.

Ibrahim, como el resto del mundo, contuvo la respiración el 7 de octubre, día en el que Hamás perpetró un ataque sobre Israel que acabó con la vida de más de un millar de personas y dejó 252 secuestrados, de los que 124 siguen retenidos en Gaza. «Es algo que te esperas porque aquello era una olla a presión. Te pinchan, te pinchan y, al final, respondes», explican. Se refieren a las ocupaciones ilegales por parte del pueblo israelí que se vienen produciendo desde hace décadas, «ante una población que no tiene ejército». «¿Qué le dices a una madre que ha perdido a sus hijos en un ataque indiscriminado?», se pregunta Pilar. «Al final, Hamás respondió a unos ataques que empezaron mucho antes del 7 de octubre». Ambos lamentan que lo que ocurrió en aquel momento, «una barbaridad», ahora «sirva como excusa para lo que estamos viendo estos días». Ni Ibrahim ni su familia se consideran pro Hamás, un grupo que reconocen «extremista», pero sí que se definen como «projusticia». La respuesta israelí sobre el pueblo palestino sigue su curso y los muertos superan ya los 35.000, de los cuales 25.000 han sido identificados. Del total de víctimas mortales, más de la mitad son mujeres, niños y niñas.

El ataque de Hamás del 7 de octubre no fue una sorpresa para su familia, ya que la zona era una "olla a presión"

«Siento muchísima impotencia», cuenta Ibrahim, que ha estado participando en las manifestaciones y concentraciones pacíficas que han tenido lugar en Murcia y en Cieza.

Su familia cree que es positiva la noticia sobre el reconocimiento del Estado palestino anunciada esta semana por el presidente del Gobierno de España, Pedro Sánchez. Sin embargo, Ibrahim es pesimista al respecto. «Es insuficiente y llega muy tarde», señala. Primero, porque hace décadas que la ONU reconoció el derecho de este pueblo a la autodeterminación, independencia y soberanía en la tierra de Palestina y, segundo, este murciano de adopción se pregunta de qué sirve dar luz verde a una decisión simbólica como esta si, por ejemplo, no se rompen las relaciones con este país y no cesa la venta de armas con las que están «masacrando» a civiles. Además, está convencido de que «Israel no va a detenerse a no ser que los países de occidente y, sobre todo, Estados Unidos le paren los pies».

El objetivo del Estado judío es, según Ibrahim Hassan, conseguir el territorio formado «no solo por Palestina, sino también por Líbano, Jordania y parte de Siria».

Por este motivo, más allá del reconocimiento o no del Estado palestino, entiende que es necesaria una «unión entre los gobiernos árabes», pues «no son capaces de ver que algún día este problema les va a llegar a ellos también si no hacen nada».

Ocho manifestaciones contra el genocidio en Gaza en siete meses

Manifestación contra el genocidio en Palestina en enero, en Murcia.

Manifestación contra el genocidio en Palestina en enero, en Murcia. / Juan Carlos Caval

Desde que Israel inició sus ataques sobre Gaza tras los atentados terroristas del 7 de octubre, en l a Región de Murcia han tenido lugar ocho manifestaciones en contra de lo que consideran un «genocidio del pueblo palestino».

Además, también se han celebrado seis concentraciones en Murcia y otras en Cartagena (dos en el Puerto y otra en la puerta de la Asamblea), La Unión, Águilas, TotanaLorcaBullasMolina de Segura y Cieza (en este último municipio, semanales).

La plataforma Palestina Libre Región de Murcia, creada hace ocho años, ha estado desde el principio organizando estas protestas. «El reconocimiento del Estado palestino, después de todo lo que ha pasado, no va a aportar ninguna solución», lamenta la activista Paca López, natural de Algezares y muy comprometida con esta causa. Recuerda que en los Acuerdos de Oslo (1993) ya se instó a reconocer a Palestina. «Aunque, el primer gran error fue reconocer el Estado de Israel, en 1948, sin consultar a los palestinos», añade. De hecho, existen entre Gaza y Cisjordania 5 millones de palestinos (la mitad de ellos bajo la condición de refugiados) y hay otros 5 millones fuera de su país «esperando poder volver a su casa».

Mientras esta sea la realidad del pueblo palestino, la labor de las organizaciones como esta no cesará. En las últimas semanas, Palestina Libre sale a la calle con la Red Solidaria contra la Ocupación de Palestina (Rescop), una organización a nivel nacional que se ha hecho oír especialmente en Cartagena al exigir que España no deje atracar en sus puertos a barcos con cargamento con destino Israel. Parte de esta red la forma el movimiento BDS (Boicot, Desinversión y Sanciones), que da un paso más en sus acciones para exigir la ruptura de relaciones con Israel y presiona a los poderes económicos para dejar de invertir en este país.