Salud

"Si no hubiese sido por el cáncer, yo estaría en mi casa conectada a una máquina de oxígeno"

A Paqui García, que padece una enfermedad pulmonar hereditaria, le detectaron un tumor en la mama en plena pandemia y, durante una sesión de quimio, sufrió un ictus

Paqui García, junto a algunas de sus compañeras, este jueves en Santo Domingo, en Murcia.

Paqui García, junto a algunas de sus compañeras, este jueves en Santo Domingo, en Murcia. / FRANCISCO PEÑARANDA

Ana Lucas

Ana Lucas

«Gracias al cáncer, mi vida ha cambiado al cien por cien para bien. La gente me dice: ‘Muchacha, ¿cómo dices eso?’ Pero, si no hubiese sido por el cáncer, yo estaría en mi casa, con el oxígeno».

Así se expresa Paqui García, murciana de 51 años de edad, que fue diagnosticada de cáncer de mama en mitad de la pandemia de coronavirus. Ella ya sufría una dolencia genética, el síndrome de Rendu-Osler-Weber, también conocido como Telangiectasia Hemorrágica Hereditaria (HHT), que la mantenía conectada a una máquina de oxígeno. «Es vascular, las venas se dilatan y la sangre me pasa sin oxígeno», comenta.

Ya limitada por esta enfermedad, «en 2020 me diagnosticaron cáncer de mama, y me vino como un jarro de agua fría. Dije: ‘Que sea lo que Dios quiera’. En plena pandemia, no tenía a mi familia cerca, me vi sola en mi casa con mis dos hijos y mi marido. Y cogí un pánico brutal: porque, si me contagiaba yo, lo tenía crudo».

Pánico a perder el cabello

La murciana apunta que su esposo «tuvo que dejar de trabajar, para no estar en contacto con otras personas, por si me contagiaba». Además, admite que «le cogí pánico a verme sin pelo».

En este sentido, confiesa que «dormía con un gorro debajo de la almohada y, nada más despertarme, antes de encender la luz, me lo ponía». «La gente me decía: ‘El pelo crece’. Pero a mí me causó una impotencia muy grande».

Las Mariposas, un grupo de mujeres de la Asociación Amiga de Murcia que son "más que hermanas".

Las Mariposas, un grupo de mujeres de la Asociación Amiga de Murcia que son "más que hermanas". / La Opinión

El de Paqui era un «cáncer triple negativo», el cual se considera un cáncer agresivo al ser de rápido desarrollo. La vecina se vio «con el peor cáncer, con el oxígeno, con el temor al coronavirus... todo junto». Para más inri, «me ajustaron un poco la quimio, por mi otra enfermedad, y, cuando me faltaban dos sesiones, poniéndome la quimio me dio un ictus».

«Gracias a Dios, no me dejó secuelas», afirma la mujer, que se vio en la tesitura de que «si me ponían medicación para el ictus, me podían dar hemorragias». La paciente se vio «en observación» y la circunstancia de que «me tuvieron que anular la quimio con tres tratamientos sin poner». Tenía por delante «veinte sesiones de radio» y fue entonces cuando «conocí a la Asociación Amiga, donde me han ayudado a que mi vida cambie por completo». No solamente fue el apoyo emocional: también la ayudaron a cambiar sus hábito físicos.

 Por ejemplo, «me dijeron de hacer ejercicio, y pensé: ‘¿Cómo voy a hacer ejercicio con mi máquina de oxígeno?’ Pero yo quería vivir y salir adelante: me cogí mi máquina de oxígeno y me fui al gimnasio», rememora.

Las Mariposas, un grupo de mujeres de la Asociación Amiga de Murcia que son "más que hermanas".

Las Mariposas, un grupo de mujeres de la Asociación Amiga de Murcia que son "más que hermanas". / La Opinión

Paqui García asegura que «hacía pesas con mi oxígeno», hasta el punto que «a día de hoy, no llevo oxígeno, hago deporte todas las semanas y mi vida ha cambiado muchísimo». «Antes dependía de mucha gente: ahora puedo hacer todo lo que me gusta y disfrutar», hace hincapié la murciana. Sale con su familia y sus amigas. Este jueves, estaba en una mesa en el Virgen de la Arrixaca, para hablar sobre su enfermedad. 

El apoyo ante las mujeres de la Asociación Amiga es tal que han formado «un grupo de chicas en el gimnasio que somos más que hermanas», relata García. Se denominan Las Mariposas