Fauna

Los anfibios de la Región de Murcia, camino a la extinción

Los anfibios están considerados como el grupo de vertebrados más amenazado a nivel global, entre otros factores, por el cambio climático

La ranita meridional desapareció hace años en la Comunidad

Un gallipato (Pleurodeles waltl).

Un gallipato (Pleurodeles waltl). / Eduardo Escoriza

Jose Antonio Sánchez

Jose Antonio Sánchez

Son muchas especies las que, por diferentes circunstancias, están viendo reducida su población año a año. Autóctonos o migrantes, vertebrados o invertebrados, aves, peces, mamíferos… o anfibios. Un segmento de la fauna que no suele estar bajo los focos, al que se le hace poco caso, como se lamentan los expertos, pero que tiene una situación extremadamente crítica.

Y más en la Región de Murcia, porque la aridez del ecosistema ligada a las variaciones a peor provocadas por el cambio climático que reducen los cuerpos de agua, la sobreexplotación de los acuíferos y la contaminación por nitratos y sales dejan un panorama tétrico para un grupo de especies que a las que no se les presta mucha atención.

Desde Ecologistas en Acción Región Murciana creen, pese a la buena biodiversidad que hay en la Región, que si cuando llegue la mitad del siglo queda alguna de las especies «será un milagro». Salamandras, gallipatos, rana común, sapo partero común y bético o sapillo moteado. Y poco más. Es lo que hay. O se estima que hay. En esa lista estaba hasta hace unos años también la ranita meridional. Una especie extinta en Murcia, pese a que oficialmente no está plasmado en ningún documento oficial.

Una rana común (Bufo bufo).

Una rana común (Pelophylax perezi) / Eduardo Escoriza

Ese es un final que, si no se remedia, acabará con otras especies como el gallipato. En el último informe público de la Consejería de Medio Ambiente asegura que su última cita data en todas las zonas menos en el Parque Regional de Sierra Espuña data del año 2012, y que solo se puede afirmar la presencia de esta especie en esa sierra. Eduardo Escoriza, expresidente de la Asociación Herpetológica Murciana (Ahemur), confirma que sí se ha detectado una población reproductora en Sierra Espuña, lo que supone una gran noticia.

«Los anfibios están considerados como el grupo de vertebrados más amenazado a nivel global por el cambio climático, la destrucción de los hábitats, la agricultura, la ganadería y luego, y muy importante, es que son especies muy sensibles a los contaminantes debido a que su piel es permeable. Enseguida absorben todo. Es más, son indicadores de la contaminación porque son las primeras especies que desaparecen», reconoce Escoriza. Muy relevante para estas especies es la transformación del territorio, pero la contaminación y los fitosanitarios les «vienen fatal».

Escoriza explica sobre algunas especies que «no se puede ni hablar de poblaciones porque son ejemplares aislados»

Poblaciones en declive

«Hay un declive generalizado, incluso de las vulgares, como la rana común o el sapo corredor», afirman. Aunque todas bajan en población, hay debate con la rana común, ya que pese a la reducción generalizada, hay algunas poblaciones en expansión en las balsas de riego artificiales, porque esta tipo de rana «siempre está cerca del agua».

Dentro de la familia, hay unas especies más comunes que otras, apuntan desde el grupo ecologista: «En la Región el sapo corredor es el más extendido y está ligado a zonas muy áridas, porque solo sale con las lluvias torrenciales para hacer las puestas». Otra de las especies, el sapo partero, hace un tiempo que se subdividió en el común y en el bético. El primero se localiza de Sierra Espuña al Levante y, el segundo, desde el Parque Regional hacia Andalucía.

La última estimación de la población del sapo partero bético en la Región era de 164 ejemplares, según el citado informe de la Consejería, en el que también explicaban que la amenaza más frecuente de este sapo era la dificultad para la salida de las balsas con paredes verticales y la limpieza de abrevaderos y balsas mediante la retirada de la vegetación acuática. Es más, el documento señalaba que la limpieza de un abrevadero acabó con más de 1.000 larvas hibernantes.

Sapo de espuelas (Pelobates cultripes).

Sapo de espuelas (Pelobates cultripes). / Eduardo Escoriza

Además, señalaba como causas de la bajada de la población la sobreexplotación de acuíferos, la desecación de manantiales y la disminución del caudal de arroyos. Para ello, apuntaba el documento, es «fundamental aumentar el número de lugares adecuados para la cría para disminuir el aislamiento de las poblaciones».

Entre las asociaciones que trabajan directamente en este objetivo encontramos la Asociación Caramucel, que se sitúa en la Sierra de La Pila y el Valle de Ricote. Desde 2016 trabajan con poblaciones amenazadas y se hizo un seguimiento del sapillo moteado común y del partero común, como explica Héctor Quijada: «Hicimos actuaciones de mejora como rampas de salida. Gracias a estar pendientes se mejoran las poblaciones».

Los anfibios indican la contaminación porque son las especies que primero mueren por la permeabilidad de su piel

«La clave es prestar atención a un tipo de fauna a la que no se le suele prestar atención», dice Quijada. Y así es, porque uno de los graves problemas a los que se enfrentan es que, como necesitan el agua para la reproducción, entran en las balsas pero no pueden salir, por lo que acaban muriendo. Tanto los adultos que entran a la puesta de huevos como los juveniles cuando se desarrollan.

Y, recuerdan desde Ecologistas en Acción, que ninguna de estas especies están en el catálogo regional de especies amenazadas y que, sin datos cuantitativos ni cualitativos, se les acaba relegando al ostracismo: «Se han quedado invisibles. Otras especies con riesgo de extinción como las aves sí están bastante bien representadas, pero los anfibios no lo están. Y parece que los esfuerzos son insignificantes».

Ejemplares aislados

Eduardo Escoriza lleva muchos años trabajando con los anfibios en la Región de Murcia y de algunos como el sapillo pintojo no ha localizado ningún ejemplar: «Solo tengo conocimiento de dos ejemplares localizados. Por eso ahora mismo no se puede ni hablar de poblaciones porque son ejemplares aislados». Ejemplares sueltos y acciones puntuales para mejorar la situación de los anfibios, como lo arreglos de abrevaderos o rampas de salida de balsas de riego. Pero hay otras especies, como el sapo de espuelas o el sapillo moteado que necesitan medios acuáticos temporales. Se localizan en la zona de Lorca y tienen esa forma de reproducción para evitar al máximo los depredadores. Mala consecuencia del cambio climático.

«El gallipato va a terminar desapareciendo si no lo ha hecho ya porque no tiene los suficientes puntos de agua y porque no hay conectividad entre ellos», explican. Así como el caso de la salamandra, que es una especie que llega a través de la Sierra del Segura, pero que no estuvo extendida en el pasado en la Región de Murcia debido a las altas temperaturas: «La temperatura del agua tiene que ser fría incluso en verano. Es una especie autóctona que va a desaparecer porque no está extendida».

Una circunstancia, la de la salamandra, que ya vivió la ranita meridional antes de desaparecer en la Región. La situación, lamentan desde Ecologistas en Acción, que puede tener solución pero lo que no hay es interés: «La Consejería de Medio Ambiente no tiene ningún plan global para tomar medidas concretas para resolver la desaparición de los anfibios».