Agua

La sequía recorta los desembalses en el Segura

La CHS no descarta medidas más restrictivas de cara al verano por la caída de las reservas

Embalse Santomera.

Embalse Santomera. / CHS

Alberto Sánchez

Alberto Sánchez

El presente año hidrológico en la cuenca del Segura, que transcurre desde octubre hasta septiembre del año siguiente, está siendo el más seco en la demarcación desde hace diez años. Esta situación ha llevado a contener los desembalses desde los pantanos de la cuenca levantina, y no se descartan medidas más drásticas si las precipitaciones no hacen acto de presencia de forma generalizada en todo el Segura. La Confederación Hidrográfica del Segura propuso este viernes un desembalse global de 319 hectómetros cúbicos, 23 hm3 menos de los que estaban previstos hace medio año. Es «una disminución significativa frente a lo que estaba previsto inicialmente», remarca la CHS en un comunicado.

La cantidad que queda por desaguar en las presas es de 158 hm3 pero el organismo de cuenca no descarta aplicar medidas más restrictivas si el índice de escasez de agua en los diferentes territorios de la demarcación empeora. A día de hoy, el Segura se encuentra en fase de prealerta y, de continuar sin lluvias que frenen la sequía, la cuenca entraría en fase de emergencia en agosto. «La situación podría llevar a escenarios más restrictivos». Los recursos propios almacenados en la cuenca hasta principios de mayo eran de 205 hm3, es decir, un tercio menos que la misma cantidad registrada en el mismo periodo del año hidrológico anterior. 

Comisión de Desembalse de la CHS, reunida este viernes.

Comisión de Desembalse de la CHS, reunida este viernes. / L.O.

Lluvias insuficientes

Desde el pasado mes de octubre la precipitación real fue de 92 litros por metro cuadrado (l/m2), unos 220 l/m2 por debajo de la media del año pasado. Los datos constatan también que este régimen de lluvias supone un descenso del 62% en la última década. «La CHS ha constado una situación generalizada de agravamiento en la cuenca del Segura, dada la casi nula cantidad de lluvia producida en los meses pasados y las elevadas temperaturas lo que supone una mayor demanda hídrica de los cultivos». Queda por ver qué impacto ha tenido las lluvias de las últimas semanas en los recursos almacenados de la cuenca. 

Granizo en las pedanías altas de Lorca

El frente tormentoso que sacudió a la Región de Murcia este viernes dejó lluvias intensas en algunos puntos del Noroeste, del Valle del Guadalentín, en Pliego o incluso en el litoral del Mar Menor. La Aemet llegó a activar el aviso amarillo por tormentas en gran parte de la Región, unas lluvias que dejaron algunos aguaceros fuertes en Cehegín o Bullas y que podrían beneficiar a los cultivos de secano de la zona. El granizo también hizo acto de presencia en las pedanías altas de Lorca tras los daños producidos en algunos cultivos la pasada semana. 

La CHS ha alertado, a su vez, que si esta situación se mantiene a corto plazo la cuenca del Segura podría llegar «a una situación de sequía extraordinaria en el próximo verano». De este modo, se promoverá el decreto de sequía y, consecuentemente, se aplicarán las medidas que el vigente Plan Especial de Sequías contempla, en particular la activación de la Batería Estratégica de Sondeos, para lo cual el Gobierno de España ha aprobado la semana pasada una dotación presupuestaria de 10 millones de euros para las actuaciones de explotación, conservación y mantenimiento.

La Confederación ha retrasado la declaración de sequía extraordinaria en la cuenca «gracias al mix del agua que permite gestionar recursos tanto superficiales, subterráneos, del trasvase Tajo Segura, y una aportación muy significativa de las aguas procedentes de la desalación y de la reutilización». 

La Comisión de Desembalses de la CHS, que se reunió este viernes, constató que para el inicio del próximo año hidrológico 2023/2024 la cuenca dependería de las lluvias de otoño «para una hipotética recuperación del volumen embalsado». De no suceder así, llevaría a un inicio del citado año hidrológico muy complicado en su gestión, por lo que, una vez más, hay que apelar al uso responsable y contenido de los volúmenes regulados en la actualidad en los embalses por parte de los usuarios del regadío.