Agricultura

El excedente de limones alcanzará los 600 millones de kilos en el año 2026

Ailimpo propone 12 medidas al Gobierno central y a los ejecutivos autonómicos de Murcia, Valencia y Andalucía para equilibrar la producción tras los 7 millones de limoneros plantados en los últimos 8 años

Un jornalero recoge limones

Un jornalero recoge limones / Tony Sevilla

Jose Antonio Sánchez

Jose Antonio Sánchez

Las 400.000 toneladas de limones que este año se han quedado en las ramas de los árboles o en los suelos de los campos no serán un hecho puntual. Esta imagen se repetirá en los próximos años y cada temporada se hará más grande por la maduración de los siete millones de limoneros que se han plantado en los últimos ocho años. Así lo aseguran desde la Asociación Interprofesional del Limón y el Pomelo (Ailimpo) y con unos cálculos «conservadores», como explica su director, José Antonio García: «Hemos vivido un ciclo de 10 años donde el cultivo del limón fue rentable. Muy rentable. Los que ya se dedicaban decidieron expandir el cultivo y, además, se produjo un efecto llamada».

«Los impactos de las nuevas plantaciones, al ser un cultivo arbóreo, no se ven de manera inmediata. Empiezan a los tres o cuatro años y alcanza su grado de maduración entre el quinto y el sexto. La previsión a futuro es que los árboles están plantados y con nuestros cálculos, teóricos y conservadores, llegaremos a los 1,7 millones de toneladas en la temporada 2025/26», añade García. Eso supondrá 200 millones de kilos más de las 400 millones que se han desperdiciado este año. Una situación que para Ailimpo no es nueva y de la que ya alertaron en 2019.

«No nos ha pillado por sorpresa. Desde Ailimpo llevamos alertando desde 2019 sobre el ritmo de plantación porque monitoreamos los plantones que venden los viveros en España», apunta el director de esta asociación que cifra el aumento de hectáreas plantadas en un 36%, lo que ha supuesto una saturación en el mercado que históricamente asume 1,1 millones de toneladas al año, de las que 800.000 toneladas van al mercado de la fruta fresca y 300.000 al de la industria.

Esas 600.000 toneladas de desequilibrio que prevén en 2026 provocan un «efecto embudo» en el que todos los agricultores quieren vender su fruta rápidamente, por lo que se genera una espiral de precios a la baja y la pérdida del producto sobrante. Y la Región de Murcia es el centro de la producción de limón de todo el país, con el 55% de la producción nacional y más del 80% de la comercialización, ya que, aseguran, el limón de otras regiones se industrializa en empresas que están en Murcia.

«En definitiva, tenemos un problema. Y el diagnóstico está muy claro. Por eso tenemos un plan de trabajo que ya hemos presentado a los gobiernos de Murcia, de Andalucía y de Valencia, además de al Ministerio. Hemos tenido varias reuniones para ver cómo lo podemos poner en marcha», dice un José Antonio García que avisa de que las soluciones mágicas no existen, pero que se puede regresar a la senda de la rentabilidad con las 12 medidas propuestas que entienden que corregirán los desequilibrios.

12 medidas

Este plan, basado en cinco objetivos como son la transparencia e identificación de las causas o la búsqueda del aumento de la demanda a largo plazo, tiene una serie de medidas que parten de la medida cero: «Ajuste de la superficie de cultivo para volver al equilibrio adecuado entre oferta y demanda». Una medida que es la clave de cualquier mercado. Una vez conseguido el ajuste, proponen la mejora de la organización del sector, que tiene un «bajo nivel de organización» y la reducción de módulos fiscales, lo que consideran como una medida paliativa, pero necesaria. También es muy relevante la mejora del sistema del seguro agrario del limón para adecuar la cobertura de los daños por viento y granizo.

Tiene que darse una promoción y aumento del consumo con programas con el apoyo de la Unión Europea, a lo que hay que añadir un plan de mejora del posicionamiento en los lineales. Se tienen que controlar las importaciones y la apertura de los mercados con adopción de medidas por parte de la UE en relación con los controles de residuos de pesticidas y la coordinación a nivel europeo de los controles fitosanitarios en los distintos puertos de entrada.

Entre el resto de medidas se encuentran los derechos antidumping en importaciones de zumo de limón procedente de Argentina, la implantación y promoción de la Agricultura Regenerativa como instrumento de resiliencia y adaptación al cambio climático, el conocido como carbon farming para usar las fincas de limoneros como bosques para el «secuestro del CO2 a largo plazo» y la mejora de la sanidad vegetal con la recuperación de la labor que realizaban las antiguas Atrias para el seguimiento y control de las plagas y enfermedades.

Zumo de limón como acidulante para sustituir a los aditivos

Una de las doce propuestas de Ailimpo para equilibrar el mercado del limón y el aumento de la demanda a largo plazo es el fomento del uso del zumo de limón como acidulante en sustitución del E330. Para eso tienen que desarrollarse actuaciones de fomento y promoción del zumo del cítrico para que este pueda usarse como acidulante. Proponen la implantación de incentivos fiscales para todas las empresas que sean potencialmente usuarias del zumo de limón y que decidan cambiar sus formulaciones para incluirlo en sustitución del aditivo alimentario. El E330 es un regulador de la acidez que se utiliza en muchos productos, especialmente en las bebidas refrescantes no alcohólicas como las gaseosas. También previene el oscurecimiento de los alimentos y fortalece la acción de otros antioxidantes.