Protesta

La plantilla de Navantia de Cartagena amenaza con nuevas movilizaciones

Los trabajadores han rechazado en masa el Plan Industrial y la modificación del actual convenio, por lo que quieren presionar a la empresa para que siga negociando

Asamblea de trabajadores celebrada este martes en la factoría de Navantia, en Cartagena.

Asamblea de trabajadores celebrada este martes en la factoría de Navantia, en Cartagena. / L.O.

Después de más de medio año de negociaciones, la tensión entre los empleados de Navantia y la dirección de la empresa no se rebaja. Este martes tuvo lugar una Asamblea Extraordinaria de trabajadores en la factoría Cartagena a raíz de los resultados obtenidos en referéndum sobre las propuestas finales de la Dirección sobre el nuevo Plan Industrial Horizonte 5.0 y Prórroga y Modificación del I Convenio Colectivo de Navantia (2018-2021). 

El resultado de ambas consultas, realizadas en la totalidad del conjunto de centros de Navantia, ha sido de no aceptación por contundente mayoría. Esto es lo que ha propiciado la respuesta de los trabajadores, que este martes manifestaron su descontento con la Dirección de Navantia, en especial con la Dirección de Recursos Humanos, paralizando durante algunos momentos las entradas en la factoría y con una sonora pitada de toda la plantilla frente a las Oficinas Generales

Ante la situación, este miércoles se reunirá el Comité Intercentros, en el que hay representación de las factorías de todas las ciudades de España en la que está presente Navantia, en la que, “con toda probabilidad, se marcará un calendario de movilizaciones y de medidas de presión para tratar de que RR HH se vuelva a sentar en la mesa para negociar”, según aseguró el presidente del comité de empresa, José Antonio Sánchez Cañavate.

Desde el comité insisten a la Dirección de Recursos Humanos que “se replantee la forma y el fondo en cuanto los procesos de negociación, sustentado en la transparencia, buena fe y respeto a los derechos que se nos reconocen con representantes de todos los trabajadores y trabajadoras”. 

En cuanto a las medidas de presión que adoptarán, Sánchez indicó que “esperarán a que se decidan de forma conjunta en todos los centros", pero que cada uno de ellos decidirá medidas propias en función de su carga de trabajo y de la plantilla, entre otras cuestiones. Estas podrían ir desde paros programados a solicitar a solicitar ayudas a los Ayuntamientos y los partidos políticos.

Cabe recordar que de momento la plantilla continúa con las medidas de no colaboración que estableció en enero de no trabajar horas extra ni los fines de semana. Sin embargo, en la antepenúltima Asamblea que celebraron los trabajadores decidieron mantenerlas de forma “modulada, siendo menos incisivos y haciendo menos daño en el submarino S-81 ‘Isaac Peral’, que tenía la agenda más apretada de este año, al tener que atravesar numerosas pruebas de cara a su entrega a la Armada prevista para finales de este año”, pero manteniéndolas en el resto de trabajos que se hacen en la factoría. Un escenario que podría cambiar de aquí a dos semanas,” si la empresa da por bueno el nuevo plan y la prórroga del convenio”, subrayó Sánchez Cañavate, lo que podría llegar a retrasar la entrega del S-81, prevista para noviembre de este año.

La medida que adoptaron de no trabajar durante el turno de noche también se suprimió. Lo hicieron de este modo “al entender que habían iniciado un proceso de negociación del convenio con la dirección de la empresa”.

“Han jugado con los tiempos para presionar”

Los trabajadores denuncian que la aplicación del nuevo convenio “viene condicionada por el adelanto de elecciones sindicales y por la dirección de RR HH, que ha estado jugando con los tiempos para ponernos entre la espada y la pared y obligarnos a firmar sí o sí”, según explicó el presidente del comité de empresa. Un hecho que “no debería haber sido así”, pues según apuntó, “el convenio se denunció a finales del 2021”, por lo que “hemos tenido todo el 2022 y lo que llevamos de 2023 para negociar un convenio que nos valiera a todos”. 

Además, el comité de empresa ha apelado al presidente de Navantia, y a SEPI como accionista, a “adquirir los compromisos necesarios que despejen las incertidumbres acerca del futuro de Navantia, siendo trascendentales las correspondientes a carga de trabajo y creación de empleo de calidad, tanto de las plantillas de las factoría como de las industrias colaboradoras con Navantia”. En este sentido, la plantilla pide al presidente que “aclare las dudas de la contratación de nuevos trabajadores”, pues quieren saber con exactitud “cuántos van a entrar en Cartagena durante los próximos años de esos 1.500 que anunció el presidente del Gobierno, Pedro Sánchez, en marzo”, explicó Sánchez Cañavate.

La plantilla se opone al nuevo convenio debido, entre otras cuestiones, a que vienen reflejadas modificaciones en la reclasificación, que «vienen a tapar la posibilidad de que los trabajadores denuncien que desempeñan funciones por encima de las que le corresponden por categoría sin cobrar de más por ello», afirmó el presidente del comité. Un conflicto muy establecido en Cartagena debido a la falta de plantilla, pues a lo largo de los últimos cuatro años se han marchado unos 500 trabajadores, que eran los que más edad y responsabilidad tenían (jefatura, dirección, jefe de departamento, etc.), mientras que más del 70% de las contrataciones han sido de trabajadores junior sin experiencia previa, que tuvieron que asumir responsabilidades que no están cobrando actualmente. Asimismo, el nuevo convenio establece turnos para quitar las horas extraordinarias, pero «se pierde la voluntariedad del trabajador de echarlas».