Pintando al fresco

50 años

Enrique Nieto

Enrique Nieto

No quería, oiga, les aseguro que no quería, pero el otro día un amigo me convenció: «Tienes que hacer un artículo sobre ello, es una cifra demasiado redonda para dejarla pasar». «Pero es que me hace viejo», le respondía yo, y él, ellos, porque después se apuntaron varios a la misma historia, me insistieron mucho por más que les repetía que no me gusta en absoluto escribir sobre mí mismo si no es para tomarme el pelo. Pero, bueno, aquí está y salga el sol por dónde quiera.

Se trata de lo siguiente: en este 2024 hago cincuenta años escribiendo en los medios de comunicación ininterrumpidamente. Así es, en el año de gracia de 1974 se publicó en el periódico Línea mi primer artículo, que iba sobre una exposición de pintura en Cartagena. Poco después pasé a La Verdad, unos años más tarde me fui a La Prensa de Cartagena, un periódico lleno de buenas intenciones que salió durante cuatro meses. Cuando cerró, volví a La Verdad donde permanecí alrededor de 7 años escribiendo desde mi ciudad. Entonces, abrió La Opinión y me fui con ellos. El periódico número 1 de esta publicación lleva un artículo mío. Estuve 2 años y volví a La Verdad, donde permanecí otros dos años hasta que dejé de escribir durante unos tres o cuatro meses. Entonces me volvieron a llamar de La Opinión y aquí ando ya desde entonces. Si alguien se pregunta el por qué de tanto salto solo les daré una respuesta: cuatro hijos que alimentar, vestir, dar estudios, etc. A ver si adivinan cuál era la razón.

En periodismo, he hecho de todo, entrevistas, perfiles, crónicas parlamentarias y de cualquier otro tipo, y sobre todo artículos de opinión. Me han publicado una vez a la semana, dos veces, tres, y también a diario durante algún tiempo. Cuando empecé, no había ordenadores y escribía a máquina y experimentaba ese tan notable placer de llevar tu folio al periódico donde un redactor jefe te echaba la bronca por llevarlo tan tarde, fuera la hora que fuese. He escrito en revistas de todo tipo. Coincidiendo con lo de tener que comprarles zapatos a los chiquillos porque estaban descalzos y desnudos, como los ángeles, en esta Región se publicaban muchas revistas de esto y de lo otro, y, aparte de tratar de lo que hubiera que hacer propaganda, tenían que rellenar páginas. Eso nos daba a los plumillas un extra mensual de bastante consideración.

También he estado en televisiones dando la matraca con la Política y la Sociedad y, por supuesto, he hecho y sigo haciendo radio. Recuerdo una tele a la que solía ir a menudo y que ahora creo que está cerrada donde teníamos una tertulia bastante animada y con gente culta e interesante. Desde nuestro plató veíamos cómo preparaban el siguiente programa en el que estaban dos mujeres con un presentador que hablaban de sexo explícitamente, así que, a veces nos quedábamos un rato por allí para oír hablar de mamadas y esas cosas, por cierto, mientras se sobreponían mensajes en la pantalla que decían ‘En Lorquí, hombre busca sexo tántrico’, o ‘Mujer busca mujer en Los Alcázares’, etc., etc. Esto lo cuento para que vean ustedes que he toreado en todo tipo de plazas.

Lo cierto es que desde pequeño quería dedicarme a pintar y a enseñar en un instituto, pero esto de escribir ha sido siempre una sorpresa para mí y sobre todo que haya durado tanto tiempo. Lo que se dice echarme, no me han echado de ningún medio de comunicación. En alguna ocasión, he metido la pata con algo de lo que me he arrepentido al verlo publicado al día siguiente, pero, en general, he tenido la suerte de que ustedes me lean y eso ha alejado las ganas de perderme de vista en las redacciones. Y aquí sigo, prometiéndoles a ustedes que no volveré a hablar de mí y de mis cosas hasta que no les tenga que contar alguna miseria personal, que eso da mucha risa. O cuando pasen otros 50 años.

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