La cifra de paro es consecuencia de la generosidad del subsidio

España sigue perdiendo posiciones con cada nuevo informe de la OCDE sobre la renta per cápita de las naciones que forman parte de ese grupo de países mayormente desarrollados El declive progresivo de España parece imparable, aunque hay que reconocer que se debe en gran parte al ascenso de naciones, como las del Este de Europa o Asia, cuya potencialidad económica estuvo muchos años restringida por el entorno geopolítico e ideológico en el que se movían.

Sigue destacando en los informes de la OCDE la descomunal cifra de paro que aflige a España, casi del doble de la media europa y casi el triple de los países con menos paro. Mientras, el empleo está viviendo una expansión sin precedentes en el mundo , a pesar de las subidas de los tipos de interés y de las amenazas al comercio global por la extensión de un nuevo consenso ultranacionalista, encabezado sorprendentemente por el país que más se ha beneficiado de la globalización, los Estados Unidos de América. Este país en concreto está viviendo un crecimiento inaudito de las cifras de empleo, acompañada consecuentemente por un incremento significativo de la retribución de los empleados.

Estas cifras tan bajas de paro y tan altas de empleo, tienen mucho que ver con unas indemnizaciones por despido y un subsidio de paro limitado, complementario en los países ricos con ayudas sociales de apoyo para los que se quedan sin ningún ingreso. En España, el despido y el subsidio de paro son los más generosos de la OCDE, con un año de prestación al 80% del sueldo por cada tres años cotizados e indemnizaciones desestabilizadoras para la economía de una pyme en los momentos de crisis. 

Parece ser que la parte del Gobierno socialdemócrata (en realidad Nadia Calviño), tiene claro esto mismo y quiere endurecer el derecho al subsidio para rebajar el paro. Se ha encontrado, por supuesto, con la feroz oposición de la parte radical del mismo Gobierno representada por Yolanda Díaz. La disputa ha llegado a un cierto consenso por el cual el desempleado perderá el subsidio si rechaza tres veces una oferta de empleo. Que hasta ahora pudiera seguir cobrándolo solo confirma la generosidad de nuestro sistema.

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