A pijo sacao

Los países Brics y las amistades peligrosas

Dionisio Escarabajal

Dionisio Escarabajal

Están un chino, un ruso, un brasileño, un indio y un sudafricano alrededor de una mesa y no es un chiste. ¿Qué tienen en común?. Es la pregunta que todos los analistas de las cancillerías occidentales se hacen estos días, viendo el transcurso de la reunión de los países BRICS en Pretoria, la capital de Sudáfrica. Es cierto que el acrónimo BRIC (antes de la incorporación de la S final a cuenta de Sudáfrica) fue un invento de un analista que colaboraba con Goldman Sachs para designar un conjunto de economías emergentes con gran potencialidad de crecimiento. Pero, diecinueve años después, ningún analista daría un duro por justificar de forma razonable la inclusión de tan diversa tropa bajo un mismo paraguas conceptual.

Para empezar, uno de los miembros representa por sí solo las tres cuartas partes del producto interior bruto del conjunto. Si eso es proporcionalidad, que venga dios y lo vea. En ese sentido, los BRICS son más bien Xi Jin Ping y sus mariachis tocando una serenata a la luz de la luna. Por otra parte, que alguien me explique lo que hacen tres democracias razonablemente funcionales, aunque más o menos imperfectas, como Brasil, India y Sudáfrica, calentado su silla al lado de dos tiranías de libro: la del imperialista neocolonial y sanguinario Vladimir Putin y la del dictador de por vida y totalitario Xi Jin Ping. Y la demostración más evidente de la enorme diferencia de valores y adscripciones geopolíticas entre los miembros, es la ausencia del tirano Putin, bajo amenaza de detención y encarcelamiento inmediato por la orden de la Corte Penal Internacional.

La única explicación posible de la misma existencia de tan variopinto grupo es la nostalgia de otros tiempos y el reflejo condicionado por el recuerdo del movimiento de los No Alineados. Eso, y los juegos de poder que aconsejan a sus dirigentes tener una alternativa a papá Estados Unidos, siempre exigente con la corrupción y el compromiso con las leyes internacionales, para acogerse a los brazos de mamá Eurasia, con los chinos y rusos pasándose ese mismo orden internacional y los derechos de la minorías propias y de los países vecinos por el arco del triunfo. Eso se llama en mi pueblo juntarse con amistades peligrosas.

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