El prisma

Cataluña y Euskadi pararon el golpe

José Haro Hernández

José Haro Hernández

 La ola reaccionaria parecía incontenible. El que ‘te vote Txapote’ resonaba, con estruendo, hasta en las pacíficas y despreocupadas zonas de veraneo de esta nuestra tierra. Casi nadie dudaba de que nuestras derechas extremas sacarían más de los 176 diputados que se requieren para formar Gobierno. Pero en esto que llegaron las gentes de Euskadi y Cataluña y mandaron parar. Votaron de manera distinta, como suelen hacerlo, respecto del resto de Estado. Pero esta vez incluso premiando a las fuerzas del Gobierno de coalición. Y es que vascos y catalanes no estaban dispuestos a que el neofranquismo arruinara sus libertades y derechos. 

Pero el mérito no radica tan sólo en esas nacionalidades históricas. Vox, con su modelo político cutre, lejos del nacionalpopulismo de otras extremas derechas europeas, proponiendo una España de Los Santos Inocentes, de la censura inquisitorial, de la burla ante las mujeres asesinadas y del negacionismo climático, contribuyó decisivamente a movilizar a un electorado al que le daba pavor encontrarse de vicepresidente a Abascal. Se paró el golpe y ganó la democracia.

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