Opinión | La Feliz Gobernación

López Miras en el Camino de Santiago

Fernando López Miras.

Fernando López Miras. / Alberto Ortega

Recibo anoche una captura de pantalla de Tele 5 donde, por lo visto, también se habla de política en los entreactos del Sálvame. El rótulo, bajo la imagen de un tertuliano, enuncia: «López Miras, al llegar a Génova: ‘Casado tiene que dimitir y Feijóo asumir el liderazgo’». Como lo leen. La segunda parte de la frase pertenece a la lógica de las circunstancias, y queda implícito que para que eso suceda, el que Feijóo tome el mando, Casado debe dimitir, pero la total explicitud del hecho previo, en boca de López Miras hace daño al oído. Y es que anteayer, antes de ir a pelarse, el presidente del PP murciano se distinguía del resto de sus colegas por mantener exactamente lo contrario. Se ha convencido en un santiamén de que estaba equivocado al abogar por la continuidad de Casado/Teo, tan de repente como se convenció el primero de que Ayuso no había cometido las irregularidades que él había aireado en la COPE y por el mismo arte de birlibirloque con que el segundo cree ahora a la madrileña tras leer un comunicado suyo con las mismas cero pruebas con que antes la acusaban. Este personal se cae del caballo a cada hora.

Apoyar a Feijóo «es lo que López Miras tiene que hacer», le comandó Teodoro García Egea la noche anterior desde otra pantalla, la de La Sexta, de lo que cabe deducir que el presidente todavía sigue sus mandatos. Más un duro trago que oportunismo debe ser ese reposicionamiento, porque me dice uno de sus exconsejeros que «López Miras siempre ha criticado a Feijóo incluso durante las sesiones del Consejo de Gobierno, ironizaba sobre él y pretendía ridiculizarlo». Pero ahora el presidente ha iniciado su particular Camino de Santiago, al traspiés, aunque con inusitada energía.

Quien en la Región más se ha alegrado de la perspectiva Feijóo es la exsecretaria general del PP, Adela Martínez-Cachá, que fue apartada de la vida orgánica por López Miras sin demasiada delicadeza. La probable única vez que Feijóo vino a la Región fue para visitar a la familia Martínez-Cachá en su finca de Lorca con el propósito de presentarles a su esposa, al poco de su boda, lo que puede dar idea de que se trata de una amistad más allá de la política. Las vueltas que da la vida.

En fin, que López Miras ha hecho un extraordinario ejercicio de contorsionismo político, pero su portavoz de Gobierno desaconsejaba ayer a quien pretendiera imitar el ejercicio implicando a aquél: «El liderazgo del PPRM en torno a López Miras es claro y espero que nadie esté pensando en nada distinto». El liderazgo en el PP murciano no se puede cuestionar no solo de palabra u obra, sino tampoco de pensamiento. Y seguro que hasta por omisión, pues una acción omitida no anula el deseo de realizarla. (Tome nota, alcaldesa). Ni chistar.

Y a todo esto ¿y si Feijóo, al final, acaba pegando otra espantá? Con razón Casado repite como un zombi: «No sé lo que está pasando». Los murcianos, al menos, tenemos la ventaja de saber qué le está pasando a López Miras.

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