SIN FECHA PARA PRESENTARLOS

La espiral competitiva entre Junts y ERC dificulta la negociación de los Presupuestos

A la compleja negociación con los socios se añade la amenaza del PP de vetar los objetivos de estabilidad en el Senado

El Gobierno está hablando con los grupos para “mejorar” su propuesta antes de presentarla e iniciar la negociación formal

El secretario general de Junts, Jordi Turull, antes del encuentro con el número tres del PSOE, Santos Cerdán, este miércoles en el Congreso.

El secretario general de Junts, Jordi Turull, antes del encuentro con el número tres del PSOE, Santos Cerdán, este miércoles en el Congreso. / David Castro

Iván Gil

El Gobierno asume que deberá arremangarse para conseguir el apoyo de sus socios de investidura a los Presupuestos. En las negociaciones para la investidura se ya se discutió las cuentas públicas. Aunque no se vinculó expresamente el acuerdo para hacer presidente a Pedro Sánchez con el voto a favor de los Presupuestos, los socialistas dieron por encauzado el apoyo. Ahora, la espiral competitiva entre Junts y ERC, como demostraron las negociaciones para los primeros decretos de la legislatura o de las enmiendas a la ley de amnistía, lo dificulta todo. Tanto es así que Hacienda ha retrasado los planes de llevar el proyecto de Presupuestos esta semana al Congreso para limar de antemano las diferencias más gruesas. Hablar preventivamente con los socios y “mejorar” la propuesta antes de presentarla e iniciar la negociación formal.

El Congreso aprobó la semana pasada los objetivos de estabilidad presupuestaria y de deuda pública, el paso previo necesario para presentar el proyecto de Presupuestos, con los votos a favor de todo el bloque de investidura. Una mayoría, sin abstenciones de los independentistas que muestra el ánimo de negociar, aunque tras demostrar la subida del precio en contrapartidas. Junts lo dejó claro con el acuerdo 'in extremis' para levantar su veto a los tres primeros decretos de la legislatura, y este miércoles se reunieron en el Congreso el secretario de Organización del PSOE, Santos Cerdán, y el secretario general de Junts, Jordi Turull, para engrasar la relación entre ambos partidos.

Apenas unas horas después de que los posconvergentes se descolgasen del acuerdo del PSOE con ERC, EH Bildu y BNG para las enmiendas a la ley de amnistía. La competición entre los independentistas catalanes hizo que los republicanos también presentasen enmiendas propias fuera del acuerdo con los socialistas. Los negociadores del PSOE ya reconocieron en el arranque de las conversaciones con los independentistas catalanes para la investidura que priorizaban su pugna electoral a la gobernabilidad.

La pugna por capitalizar reivindicaciones obliga a los socialistas a hacer equilibrios para repartir banderas mientras aumenta el coste de los acuerdos. En el afán por equilibrar, al día siguiente de los acuerdos con Junts para levantar su veto a los decretos, el Gobierno concedía al Govern la bandera de la regulación de alquileres. La ministra de Vivienda, Isabel Rodríguez, se reunía con la consellera de Territori, Ester Capella, para trasladarle su compromiso de publicar este mes de febrero el Índice de Precios de Referencia de Alquiler con el que la Generalitat podrá declarar zonas tensionadas y limitar los precios. El pasado viernes, el Gobierno acordó con el Govern de Pere Aragonès mejoras en equipamientos culturales y nuevas medidas para "proteger y promover" el catalán.

De ahí que la negociación de los Presupuestos vaya a ser más compleja de lo esperada. A ello contribuirá la entrada en la ecuación de Podemos, que reivindicó su perfil para negociar como un actor político más tumbando el decreto con la reforma del subsidio por desempleo.

Negociación con Podemos

Los morados avisan que sus cinco votos, imprescindibles como los del resto de grupos del bloque de investidura, deberán negociarse para sacar adelante los Presupuestos Generales del Estado de 2024. Tras su ruptura con Sumar para integrarse en el Grupo Mixto, en Podemos quieren optar al reparto de banderas, en competición identitaria con Sumar, y los Presupuestos serán su gran ventana de negociación. Cuestiones fiscales y otras más simbólicas, como las leyes de los ministerios morados que en la pasada legislatura no vieron la luz por el adelanto electoral, estarán encima de la mesa.

En el eje PNV y EH Bildu, igualmente en competición entre sí dentro del propio bloque de investidura, se apuesta más por el pragmatismo. Ambas formaciones anticipan que se deberán negociar los Presupuestos, pero con estrategias de presión diferentes. “No sería lógico que votásemos en la investidura a favor de este Gobierno y luego no abriésemos la puerta a que tenga presupuestos”, explicaba la portavoz de los abertzales, Mertxe Aizpurua, tras pactar el decreto anticrisis.

Aviso del PNV

El PNV, por su parte, levantaba el tono esta semana, después del episodio vivido en el pleno de los decretos, para alertar de la posibilidad de que no se aprueben los Presupuestos. En una entrevista el pasado lunes en el diario Deia, el portavoz en el Congreso, Aitor Esteban, anticipó su voluntad de “dar una oportunidad al Gobierno” e intentar “que salgan los presupuestos”. Eso sí, avisó sobre la necesidad de cumplir los compromisos pactados en el acuerdo de investidura para no hacer descarrilar la legislatura.

La lógica de no favorecer a unos socios sobre otros determina una nueva relación del Gobierno con el bloque de investidura, pero también refuerza la espiral competitiva alejando la posibilidad de que los acuerdos de investidura sean de legislatura. La negociación de los Presupuestos visibilizará hasta qué punto. Por el momento, el Gobierno no tiene fecha para presentarlos en el Congreso. A las dificultades con los socios se añade la amenaza de veto del PP en el Senado a los objetivos de estabilidad. Una cuestión que, según fuentes de Hacienda, se quiere “resolver” antes de dar el paso.