Comunidad Valenciana

La batalla identitaria vuelve a emerger tras el cambio político en la Generalitat Valenciana

El posible aval a las lenguas cooficiales en el Congreso enfrenta al Consell de PP y Vox con PSPV y Compromís y reaviva el debate sobre el uso del valenciano

En 2015, tras la victoria de la izquierda, la primera medida del Botànic fue la derogación de la ley de señas de identidad, una norma que ahora Mazón promete recuperar

Diputados del PPCV muestran senyeres tras la derogación de la ley de señas de identidad por el Botànic, en 2015.

Diputados del PPCV muestran senyeres tras la derogación de la ley de señas de identidad por el Botànic, en 2015. / KAI FÖRSTERLING

Mateo L. Belarte

El anuncio de la nueva presidenta del Congreso, Francina Armengol, de autorizar el uso de lenguas cooficiales en la cámara baja ha reabierto el debate identitario en la Comunitat Valenciana, un asunto cíclico que se intensifica en años electorales y, sobre todo, cuando hay cambios en el color del Consell. Al adquirir el compromiso, Armengol citó únicamente el catalán, el euskera y el gallego, omitiendo el valenciano y desatando así las iras del Consell de PP y Vox, que no tardó en reaccionar al movimiento del PSOE con una declaración institucional en la que exigió al presidente del Gobierno, Pedro Sánchez, dar el mismo trato al valenciano y no "ningunearlo". La izquierda, por su parte, consideró sobreactuada la respuesta del Ejecutivo de Carlos Mazóny le recomendó defender el valenciano "hablándolo". 

El escenario guarda paralelismos con el de 2015, cuando se produjo el último cambio de signo político en la Generalitat Valenciana hasta el acontecido hace escasas semanas y que también coincidió con una agria polémica en torno al valenciano. 

Entonces fue la izquierda quien arrebató el poder al PP y como primera medida, el tripartito de PSPV, Compromís y Podemos aprobó en las Corts la derogación de la ley de señas de identidad, una norma que había sido previamente validada en solitario por el PP al final de la legislatura anterior.

Este 2023 ha vuelto a haber cambio de titularidad en el Palau y, casualidad o no, con él ha resurgido el debate lingüístico a la Comunitat Valenciana. La negociación para el reparto de puestos en la Mesa del Congreso ha jugado en esta ocasión un papel clave en el repunte de tensión y ha llevado a primera línea informativa la eterna disputa política sobre la onomástica del valenciano.

Pero también es cierto que el nuevo president de la Generalitat, el popular Carlos Mazón, ya afilaba los cuchillos identitarios desde hace casi un año. A las vísperas del último 9 d’Octubre, ya en curso electoral, el entonces candidato del PPCV se comprometió a recuperar esa ley de señas de identidad aprobada hace diez años. 

La norma está por desarrollar, pero bebería de la impulsada la década pasada y retiraría las subvenciones a entidades que se consideren "catalanistas", una decisión en las que a priori no tendrían voz ni la Acadèmia Valenciana de la Llengua (AVL) ni las universidades y sí entidades del ‘blaverismo’ como la Real Acadèmia de Cultura Valenciana y Lo Rat Penat.

Igualmente, la presencia de Vox en el actual Consell hace presagiar una mayor beligerancia contra este tipo de organismos que abogan por la unificación de la lengua. Sin ir más lejos, Paula Añó, la nueva número dos del vicepresidente y conseller de Cultura Vicente Barrera, dijo tras su nombramiento que llega "para dar la batalla cultural" y que tiene "identificados a los agentes del pancatalanismo".

Mazon y Catalá se fotografían ante una señera instalada en la sede del PPCV por el Nou d'Octubre.

Mazon y Catalá se fotografían ante una señera instalada en la sede del PPCV por el Nou d'Octubre. / GERMÁN CABALLERO

"El mismo trato"

Tras la declaración institucional del viernes, fuentes del Consell insistían este sábado en que las lenguas cooficiales ya están permitidas en el Senado, por lo que no ven necesario extender su uso al Congreso. Eso sí, avisan de que si esta norma va adelante, valenciano y catalán deben recibir el "mismo trato".

En la cámara alta sí que gozan de ese mismo estatus y de hecho hay diferentes equipos de traductores específicos para catalán y valenciano desde 2005, ya que los estatutos de autonomía de Cataluña y Baleares recogen el catalán como su lengua propia y el de la Comunitat Valenciana hace lo propio con el valenciano.