Fiestas de Ricote 2021

Julio Maestre Rosa, un ricoteño de pro querido por todos

Julio Maestre, junto a quien escribe estas líneas, su hijo Eloy Maestre.

Julio Maestre, junto a quien escribe estas líneas, su hijo Eloy Maestre. / l. o.

Eloy Maestre Avilés

Nuestro padre, Julio Maestre Rosa, fue un trabajador incansable, honrado padre de familia numerosa: seis vástagos concibió nuestra madre Rita con su ayuda, nimbado toda su vida de profunda religiosidad católica. Le nacieron en Cartagena pero siempre se consideró ricoteño.

Enviado en su niñez al Seminario, se mantuvo allí largos años aprendiendo latín, que llegó a dominar, y otras materias, entre ellas sus amados cantos religiosos. Del Seminario le rescató nuestra madre: Rita Avilés Gómez, se hicieron novios, casaron y marcharon a Madrid donde residieron hasta su jubilación. En la capital, desarrolló una larga y exitosa carrera profesional en la empresa privada y en la Universidad, quedando nuestra madre de ama de casa al arduo cuidado de la extensa prole.

Dotado de fina inteligencia, gran espíritu de trabajo y extraordinaria tenacidad, fue capaz de obtener la Licenciatura de Derecho en la Universidad Complutense de Madrid mientras trabajaba, siendo padre ya de varios hijos. Yo soy el hijo mayor y le recuerdo en aquella época siempre estudiando por las tardes en casa.

Su tarea profesional comenzó de contable en la empresa ELMU, fabricante de especialidades farmacéuticas. Tras obtener su Licenciatura, continuó en la empresa como asesor legal. Obtuvo el Doctorado en Derecho y logró plaza de profesor de Derecho Canónico en la misma Facultad de Derecho donde había estudiado. En otra etapa de su vida docente fue profesor de Derecho Administrativo hasta su jubilación. Antes de ella, conseguiría la Licenciatura en Ciencias Políticas. Una vez jubilado, pasó a vivir a Ricote con nuestra madre y nuestro hermano Julito, donde fallecieron los tres.

Su amor por el latín y el Derecho se conjugaron a menudo produciendo latinajos que endilgaba a los hijos sin piedad, el más conspicuo de los cuales, recordado gozosamente al cabo de tanto tiempo tras haberlo escuchado decenas de veces, es este: Honeste vivere, alterum non laedere, suum cuique tribuere = Vivir honradamente, no hacer daño a otro, dar a cada uno lo suyo.

Escribió un libro muy original, editado por Tecnos en 1977, tras morir Franco y antes de aprobarse la Constitución del 78. Se tituló ´Procuradores en Cortes', abarcando los años 1943 a 1976 en sus más de 800 páginas. Es un libro único, imprescindible para los estudiosos de lo que se denominó democracia orgánica en el régimen franquista.

Excelente mecanógrafo, aún recuerdo el tableteo constante de su máquina de escribir mecánica marca Olivetti, modelo Léxicon 80, con su panzuda carcasa gris acero, montada sobre carrito con ruedas; un artefacto indestructible que se mantiene incólume en nuestra casa de Ricote. Él solo, sin ayuda de nadie, escribió tan insigne volumen y otros escritos: cada hoja con su copia de papel cebolla, intercalando entre ambas una hoja de papel carbón.

Durante sus estancias en Ricote, era consultado por numerosos vecinos sobre sus problemas y por un tiempo fue Juez de Paz en el pueblo. Gran aficionado a la música sacra, dirigió el coro femenino de la parroquia, con Antoñele de eficaz acompañante al órgano. Ambos grabaron una misa, cantada íntegramente por nuestro padre en latín, así como numerosos motetes y otros cantos religiosos.

Se interesó por el Derecho de Aguas, del que acabó siendo un experto, con asistencia a congresos nacionales y publicaciones que la familia no conserva. Defendió los intereses de los ricoteños con tierras en Paulina, con Pepe el de la Modesta y su amigo falangista Torrano a la cabeza, por incluir dicho paraje entre los riegos tradicionales de la huerta de Ricote. La sentencia favorable a sus intereses del Tribunal Supremo dio fin al conflicto y supuso otro éxito a su trabajo.

Fue un hombre serio y cabal, buen cristiano, ricoteño de pro y querido por todos.