Intercambio cultural

Ya apenas se reciben cartas por correo ordinario, tradicional o caracol, que de todas esas formas (y otras más) lo denomina la gente enrollada. Pero uno tiene la suerte de mantener todavía ese tipo de contacto -la clásica relación epistolar- con Antoine Eguiluz, un cántabro afincado en Draveil (Francia) desde el año 1958, merced a la asidua colaboración de ambos en la revista ´Palomos Deportivos', dirigida a la sazón por Crispiniano Salas de Cámara.

Justo es decir, que con nuestra íntima alianza en la Federación Regional, del ínclito Esteban Pérez Botía

Fiel a su estilo, como digo, me remite desde entonces cuantas noticias estima de interés sobre la colombicultura, nuestra vieja afición, y, como no, sobre Ricote.

La última, apenas hace unos días, relativa a una publicación, titulada: ´España Geográfica' (Historia, Estadística y Pintoresca), editada en Madrid en el año 1845, por Francisco de Paula Mellado, cuyo texto, referido a nuestro pueblo, es el siguiente:

«RICOTE: Villa situada a seis leguas de Murcia, en terreno desigual cerca del río Segura, en el valle de su nombre: Es de antigua fundación y su nombre de origen arábigo. Pertenece a la diócesis de Cartagena y al partido judicial de Cieza (que es de ´entrada') del que dista una legua. Tiene 376 vecinos y 1.504 habitantes, una parroquia, un pósito, y un estanco».

«En la quinta de 1844 entraron en suerte 68 jóvenes de 18 a 24 años. Pagó de contribución 21,056 rs , y coge al año común 3,700 fanegas de granos y legumbres, 1.000 arrobas de aceite y 200 libras de seda, que con los frutos menores producen 196, 400 rs. Hay telares para lienzos y molinos harineros y de aceite. Se elabora el esparto en diferentes formas».

Un dato más para incorporar a nuestro acervo cultural.