Fútbol

Un FC Cartagena de luces y sombras en el Carlos Belmonte

El nivel de Aarón Escandell, Pêpê y Darío Poveda mantiene a salvo al equipo

Alfredo Ortuño se lamenta por una ocasión perdida. | IVÁN URQUIZAR

Alfredo Ortuño se lamenta por una ocasión perdida. | IVÁN URQUIZAR / Alfonso Asensio

Alfonso Asensio

Pasada la resaca de la batalla en el Carlos Belmonte, el Fútbol Club Cartagena puede sacar conclusiones futbolísticas del trascendental encuentro del pasado sábado en cuanto a la actuación de su plantilla en conjunto y también de manera individual. Cuatro encuentros son los que tiene por delante el cuadro albinegro hasta final de temporada y la situación clasificatoria no le permite otro tropiezo. Para clavar este tramo final, debe estudiar el conjunto cartagenero su momento de forma actual, mantener sus fortalezas y corregir los pocos errores que comete un grupo trabajado durante todo el año. La fatiga también vuelve a hacer daño y el relevo de los jugadores más importantes puede ser una de las claves.

Se jugaba el Cartagena el play off en la capital manchega y el grupo no estuvo a la altura de las circunstancias. La imprecisión marcó el comienzo del partido y el cansancio se notó ante un equipo en inferioridad numérica. Faltaba oxígeno en las filas albinegras mientras los rivales volaban. Así se encajó el gol y se sufrió durante toda la primera mitad hasta que el banquillo cambió la cara del equipo en la segunda. No obstante, desde el empate hasta el pitido final la impotencia fue el síntoma que mejor definió al Cartagena.

Las conclusiones generales vienen dadas por la actuación de cada jugador: mientras algunos mantuvieron su buen nivel, muy pocos dieron un paso adelante y demasiados sufrieron un bajón de rendimiento inesperado. Mal asunto para los de la ciudad portuaria.

En la portería, Aarón Escandell continuó desempeñando su papel de estandarte del equipo cartagenerista. Aunque no pudo hacer nada en el tanto de Boyomo, erró en la salida del gol anulado a Dani Escriche. Como compensación, volvió a salvar a los suyos con un paradón a Dubasin que pudo suponer la derrota tras un error de Iván Calero con el equipo descolocado. El lateral derecho realizó un mal partido de los que no acostumbra. Se mantuvo bien situado en campo contrario en fase ofensiva, pero estuvo fallón en los centros al área encontrando a sus compañeros únicamente en 2 ocasiones de 8 y también en balones largos con 2 acertados de 5. Sólo ganó 3 duelos de 8 y fue regateado 3 veces, una de ellas terminó siendo clave en el gol encajado en la que sorprendió su permisividad con Juanma García dentro del área.

En el resto de la defensa, Pedro Alcalá fue sacrificado al descanso después de su poca participación en el juego por un Kiko Olivas que, si bien aportó seguridad y salida de balón adelantando al equipo para instalarlo en campo rival cuando hizo falta, cometió un grave error que casi cuesta un gol de no ser por la intervención de un Toni Datkovic muy concentrado en los el 1 contra 1. El croata ganó 8 de los 10 duelos que tuvo, corrigiendo constantemente su posición. Por último, Martos fue menos ofensivo que de costumbre, perdió demasiados balones -22- y no encontró a sus compañeros con 1 único centro bueno de 10 y manteniendo sólo el 70 por ciento de acierto en el pase.

En el centro del campo, Pêpê fue de los mejores del partido con un gran nivel de pase -86 por ciento- tanto en balones cortos como largos. Además, realizó un disparo a puerta a pesar de no destacar en los duelos. Ese apartado, más propio de Damián Musto, tampoco fue controlado por el argentino, sustituido al descanso por un Borja Valle poco protagonista. De Balasis estuvo bien con balón -81 por ciento de pase exitoso-, pero erró muchas pelotas largas -4 de 7- y centros -4 de 12-. No fue su mejor partido, aunque equilibró al equipo.

En el ataque, Jairo fue otro de los jugadores que sorprendió negativamente con muy poca participación y un solo intento que se marchó fuera. Acusó fatiga y fue sustituido al descanso por Ferreiro, que aportó la asociación interior que faltaba y terminó asistiendo a Poveda en el empate. El delantero alicantino puso el único destello de calidad del equipo para hacer el gol de la igualada, pero fue también de su poca aportación. Por último, Ortuño sólo pudo tocar la pelota en 10 ocasiones, errando 4 y acertando 6, con una cuota muy baja de protagonismo.