Crónica política

El chef José Andrés no es plato de buen gusto en la Asamblea Regional

El PSOE termina retirando una moción para condenar el ataque del ejército israelí a la ONG World Central Kitchen ante el inesperado aluvión de críticas

El chef José Andrés fundó la ONG World Central Kitchen.

El chef José Andrés fundó la ONG World Central Kitchen. / L.O.

Jaime Ferrán

Jaime Ferrán

La Asamblea Regional sigue siendo territorio comanche, un lugar en el que ponerse de acuerdo es tarea imposible, a no ser que sea para firmar declaraciones institucionales con motivo del día internacional de alguna enfermedad como el lupus.

Ayer, el diputado socialista Alfonso Martínez Baños subió a la tribuna para defender una moción para condenar «de forma rotunda» al ataque del ejército israelí a la ONG World Central Kitchen, fundada por el chef español José Andrés, en el que murieron siete cooperantes. 

La iniciativa pide al Gobierno de Israel que permita la creación de una comisión independiente que aclare lo ocurrido y exige a su presidente, Benjamin Netanyahu, que acate la resolución de la ONU que pide un alto el fuego en la franja de Gaza. Además, a través de la moción, la Asamblea traslada su pésame a los familiares de las víctimas, así como al chef José Andrés, y se defiende la solución de los dos Estados para solucionar el conflicto.

Vox llegó a decir que la iniciativa socialista va "en contra del pueblo de Israel y de su legitimidad para existir"

Cabe destacar que, durante su comparecencia, Baños condenó el ataque de Hamás y exigió a esta organización terrorista la liberación de los rehenes. «Que nadie entienda esta moción como un discurso antisemita», comenzó diciendo. De poco sirvió, para sorpresa de nadie. 

Le siguió en su turno de comparecencia el diputado del Partido Popular Carlos Albaladejo. «Con Bildu no voy a pactar...», señaló, parafraseando a Pedro Sánchez. Luego recordó una frase del nacionalista vasco Xabier Arzalluz: «Unos mueven el árbol y otros recogeremos las nueces». Parecía que iba a abandonar Euskadi cuando afirmó que la moción socialista debía ir acompañada de una «condena valiente del terrorismo, también el de Hamás». Pero entonces volvió a Bildu y criticó el pacto con los «herederos del terrorismo» en Pamplona «que no piden perdón a las víctimas de ETA». 

Finalmente, presentó su enmienda a la totalidad, en la que se condena también el terrorismo de Hamás, y se despidió criticando que se presentara una moción sobre un país en el que no saben ni dónde está la Región de Murcia. 

De todas formas, lo mejor estaba por llegar. La diputada de Vox Virginia Martínez dijo que la moción iba «en contra del pueblo de Israel y de su legitimidad para existir», ya que tampoco condenaba los ataques de Hamás. «Mujeres violadas», «bebés calcinados en sus cunas», «mujeres embarazadas a las que les arrancan a sus hijos de su vientre»... Como las salvajadas enumeradas no estaban condenadas en la moción, la diputada de Vox llamó a los socialistas «cómplices del odio antisemita» de «sus amigos, los terroristas de Hamás». Y se fue por todo lo alto: «Socialismo e islamismo son dos facciones aliadas entre sí, fanáticas, antioccidentales y totalitarias».

Pensarían en el PSOE que encontrarían una aliada en María Marín, de Podemos. Nada más lejos de la realidad, puesto que también le criticó que solo hablaran en su moción de los siete cooperantes de la ONG World Central Kitchen y no de los 34.000 palestinos desde el 7 de octubre —también condenó los atentados de Hamás en tribuna—. «No quiero pensar que crean que hay víctimas de primera y de segunda», explicó. Y así llegó otra enmienda a la totalidad. «A esta moción le falta valentía», insistió, preguntándose también por qué no exigían la ruptura de relaciones con Israel

Con el susto en el cuerpo, Baños volvió a la tribuna lamentando que el resto de grupos no hubieran presentado enmiendas parciales. «Habríamos aceptado la mayoría», indicó, reconociéndose «avergonzado» y retirando la moción. Menos mal que no estaba el chef José Andrés viendo semejante debate.