Laboral

La mujer soporta en el trabajo el doble de amenazas que el hombre

Un estudio de UGT revela que las trabajadoras sufren más trastornos mentales provocados por la tensión a la que están expuestas   

Encarcana del Baño, Eugenia Pérez y Ana Belén Barqueros.

Encarcana del Baño, Eugenia Pérez y Ana Belén Barqueros. / L.O.

María José Gil

María José Gil

Las mujeres sufren menos accidentes laborales, pero tienen casi el doble de bajas por enfermedad provocadas por el estrés y la ansiedad. UGT reclama una mayor participación de la mujer en las mesas de negociación para poder aportar «una perspectiva diferente» a la hora de establecer las medidas de prevención destinadas a evitar los accidentes y las enfermedades profesionales en la población femenina. Un informe del sindicato presentado este lunes en Murcia revela que las actuaciones contempladas hasta ahora han estado dirigidas especialmente a los varones, sin tener en cuenta las diferencias fisiológicas ni los riesgos psicosociales que soportan las trabajadoras.  

Las diferencias en el tipo de lesiones y de enfermedades profesionales que sufren las trabajadoras se deben a su mayor presencia en actividades con trabajos repetitivos, en cuidados y servicios sanitarios y en la hostelería y el comercio, en los que están más expuestas a sufrir problemas óseos y musculares. También tienen un mayor riesgo de padecer problemas de salud mental, dado que tienen más relación con los usuarios de los servicios y reciben el doble de amenazas verbales que los hombres.

Las secretarias de Salud Laboral de UGT, Encarna del Baño, y de la Mujer, Ana Belén Barqueros, junto con la vicesecretaria, Ana Belén Barqueros, presentaron este lunes el informe titulado ‘Análisis de la siniestralidad laboral desde la perspectiva de género’, que muestra cómo «las mujeres perciben una mayor exposición a factores de riesgo psicosocial». Un 20,8% asegura que se ve sometida a situaciones «que pueden molestarle emocionalmente siempre o casi siempre» mientras que solo un 16,3% de los hombres percibe este tipo de actuaciones.

Eugenia Pérez explicó que una de las mayores dificultades para que las patologías que afectan a las trabajadoras tengan un reflejo en las estadísticas de siniestralidad es que ni siquiera están consideradas como enfermedades profesionales. «Cuando van al médico de cabecera porque sufren ansiedad o depresión les da la baja por una enfermedad común, no por una enfermedad profesional», señaló. La vicesecretaria defiende que es necesario «un cambio de perspectiva», lo que requeriría una formación de los propios profesionales encargados de tratar estos problemas.

 Además, un 8,5% declara que sufre ofensas verbales o amenazas en el trabajo, frente al 4,8% de los varones, mientras que «todas las víctimas de atención sexual no deseada fueron mujeres».

Un 3,9% se ha sentido víctima de acoso o violencia en el trabajo, frente al 2,4% de los hombres.

Encarna del Baño precisó que el sindicato ha conseguido los datos nacionales de la Seguridad Social a través de la Transparencia, dado que no hay estadísticas oficiales. Tampoco existen datos regionales,

El estudio concluye que «la violencia y el acoso en el trabajo tienen efectos inmediatos sobre las mujeres». Entre las consecuencias, destacan «la pérdida de motivación y confianza, la reducción de la autoestima, depresión, ira, ansiedad, irritabilidad» y un mayor riesgo de «desarrollar trastornos musculares y esqueléticos», que pueden acabar generando enfermedades mentales y cardiovasculares e incluso contribuir al aumento del riesgo de accidentes.  

Sin embargo, el tipo de contrato también marca una clara diferencia, dado que las mujeres con contratos a tiempo parcial y de carácter temporal sufren más accidentes. Encarna del Baño sostiene que «la temporalidad y la parcialidad» suponen un riesgo añadido, dado que «el miedo a perder el trabajo» impiden que se denuncien.