Entrevista | Irene Adán Valiente Antropóloga

"No hay ninguna evidencia de que una prostituta sea una mala madre"

"Las vías punitivas no son beneficiosas ni para quienes quieren dejar de ejercer este trabajo"

Dos de cada tres trabajadoras del sexo en el sureste español tienen uno o más hijos y el 84% cuenta con personas a su cargo, según un estudio elaborado desde la ONG murciana CATS

Irene Adán posa con el estudio sobre la prostitución que ha publicado CATS. | LA OPINIÓN

Irene Adán posa con el estudio sobre la prostitución que ha publicado CATS. | LA OPINIÓN / JAIME FERRÁN

Jaime Ferrán

Jaime Ferrán

No hay nada como los datos para echar por tierra años de prejuicios y bulos instalados en la opinión pública. Por fin, la Región de Murcia cuenta con un estudio sobre la prostitución, uno de los grandes tabúes de nuestra sociedad, que arroja datos desconocidos hasta ahora que salen de los testimonios de las trabajadoras del sexo, generalmente silenciadas y sobre las que pesa un fuerte estigma. Irene Adán (Navarra, 27 años) es una de las personas que han trabajado con CATS (Comité de Apoyo a las Trabajadoras del Sexo) para elaborar ‘Las prostitutas hablan de violencias. Una investigación cualitativa-cuantitativa con 318 participantes' del Levante.

Cómo llega a trabajar para CATS, en Murcia, una navarra como usted que vive en Madrid.

Colaboro con el sindicato Otras, que tiene el objetivo de despenalizar el trabajo sexual en España y brindar derechos humanos a las trabajadoras sexuales. Tras graduarme en Antropología y empezar a estudiar el máster de Intervención e Investigación Social, me contactaron desde CATS y me propusieron colaborar y trabajar. Me sentí muy afortunada y acepté gustosamente.

Sobre todo, ha estado analizando los datos obtenidos de la encuesta. ¿Cuáles le han llamado más la atención?

Que el 87% de estas mujeres, que provienen de estratos sociales más bajos, perciben la prostitución como un trabajo. También me ha llamado mucho la atención que la inmensa mayoría de ellas, cerca del 90%, están en contra de las políticas que criminalizan esta actividad. Hay un consenso generalizado de que las vías criminalizadoras y punitivas de abordar la prostitución no son beneficiosas ni siquiera para quienes quieren dejar de ejercerla.

"En Murcia, muchas mujeres trabajan en la agricultura y, al acabar la temporada, ejercen la prostitución"

¿Considera que hay una parte del feminismo que repudia, no tanto a la prostitución, sino a las propias prostitutas?

Sí. Lamentablemente, hay un feminismo más institucional que tiende a hablar de la prostitución desde un punto de vista extremadamente ideológico y fundamentalista. El problema añadido es que estas mujeres suelen tener a su disposición un gran altavoz.

Tienen más poder.

Eso es. Las soluciones que nosotras proponemos para erradicar las desigualdades sociales y para que las mujeres que no desean ejercer la prostitución tengan otros trabajos son estructurales y van dirigidas a la inmigración y la pobreza.

"El feminismo institucional tiende a hablar de la prostitución desde un punto de vista ideológico y fundamentalista"

Entiendo que la ley que quiere aprobar el PSOE no le gusta.

Son tres páginas donde prácticamente hay una sola medida de protección a las mujeres, mientras que el resto de propuestas tienen un marcado carácter punitivo; es decir, más sanciones para el cliente y más dificultad para trabajar.

El 60% de las prostitutas afirma haber sufrido violencia policial. ¿De qué estamos hablando exactamente?

Las violencias son muchas y en su mayoría no son malos tratos físicos, pero son igualmente brutales. Por ejemplo, nos hemos encontrado con compañeras que trabajan en la calle a las que, después de que la Policía les hubieran dicho que tenían que irse a su casa, las han multado esperando al taxista. Tenemos casos de policías que han aprovechado para interponer expedientes de expulsión a mujeres que han acudido a comisaría para denunciar un robo o, en el caso de las mujeres trans trabajadoras del sexo, que suelen estar en la calle, es relativamente habitual que los policías las llamen maricón y usen los nombres que les pusieron al nacer.

También destaca en el estudio violencias por parte de algunas ONG.

Hablamos sobre todo de prejuicios, de estereotipos y de reproducción de un estigma asociado a la prostitución. Muchos trabajadores sociales les insisten en que para solucionar todos sus problemas, que van de necesitar una reubicación familiar a la rehabilitación por una drogodependencia, lo que tienen que hacer es dejar de ejercer la prostitución. Precisamente, muchas veces estas mujeres la ejercen para poder mejorar algunos ámbitos de su vida. Otros les insisten constantemente en que hagan cursos de profesionalización que no atienden a sus demandas, para empezar, porque muchas de ellas ya están pluriempleadas.

¿Qué otros trabajos hacen?

En la Región de Murcia, por ejemplo, muchas se dedican a la agricultura y, cuando termina la temporada, ejercen la prostitución. Otras aceptan otros trabajos de peluquería o limpieza. Las mujeres mayores de 45 años, trans y en situación administrativa irregular lo tienen más complicado.

El 85% de las encuestadas ejerció la prostitución por primera vez tras llegar a España. Parece que no les damos mucha opción.

Nuestra hipótesis es que muchas mujeres tienen, a raíz del covid y de la crisis económica, mayores dificultades para encontrar trabajo en la economía sumergida, en la que muchas mujeres migrantes han podido sostenerse hasta ahora. Hablo de sectores como la limpieza, los cuidados o la agricultura. Hemos visto que, a partir de 2020, las trabajadoras sexuales migrantes han tardado un año en comenzar a ejercer la prostitución, mientras que las que empezaron antes del año de la pandemia tardaron una media de cuatro o cinco años.

Durante la presentación del estudio criticaron que se tachara a las prostitutas de malas madres.

En nuestra sociedad se ha hecho una división entre las buenas y las malas mujeres. Se entiende que una buena mujer es inocente, madre y obediente. Sin embargo, la mala mujer es la desviada, la sexualmente activa. Esto perjudica a las trabajadoras del sexo porque se entiende que una mujer que ofrece servicios sexuales es automáticamente una mala mujer y, por lo tanto, una mala madre. Hay muchos estereotipos y prejuicios asociados a las prostitutas y muchos de ellos asociados a la victimización, como que buscan el camino fácil y no quieren esforzarse para encontrar otros trabajos. Hay una deshumanización total de las trabajadoras del sexo.

¿El estudio demuestra lo contrario?

Exacto. Muchas de las prostitutas ejercen este trabajo para mejorar la vida la economía familiar y para enviar dinero a sus países. El 66% son madres y el 84% tienen personas a su cargo. Solo el 5% indica que el otro progenitor contribuye a la crianza y a los cuidados de sus hijos. Otras nos hablan de que la prostitución les permite pasar más tiempo con sus hijos e hijas. No hay absolutamente ninguna evidencia de que una prostituta es una mala madre. Y, sin embargo, desde los servicios sociales muchas veces se utiliza este pretexto para quitar la custodia de sus hijos.