Social

El 60% de las prostitutas de la Región denuncia haber sufrido violencia policial

El Comité de Apoyo a las Trabajadoras del Sexo publica un estudio en el que han participado más de 300 profesionales del Levante para conocer de su propia voz cuál es la realidad de la prostitución

Un hombre solicita los servicios de una prostituta en la carretera de Cobatillas.

Un hombre solicita los servicios de una prostituta en la carretera de Cobatillas. / L.O.

Jaime Ferrán

Jaime Ferrán

Hablan las prostitutas: una investigación cualitativa – cuantitativa con 318 participantes’ es el nombre del estudio que este mediodía presenta en Murcia el Comité de Apoyo a las Trabajadoras del Sexo (CATS) y en el que se desvela que el 60% de estas profesionales afirma haber sufrido violencia policial, en especial aquellas que ejercen en la calle. 

La mitad de las mujeres encuestadas aseguran haber sufrido violencia de parte de los dueños o encargados de los prostíbulos y cerca del 80% apunta a los propios clientes, aunque solo un 4% dicen que la mayoría de clientes son abusadores. 

Desde CATS explican que este es uno de los primeros estudios en nuestro país que intenta conocer la realidad de la prostitución y las violencias que afrontan desde la visión de las propias protagonistas, en un entorno donde rara vez son consideradas como interlocutoras. «Su silenciamiento forma parte de las violencias ejercidas, crea obstáculos para el ejercicio de sus derechos e impide su participación en la elaboración de políticas públicas que les afectan», señalan. 

1 de cada 3 afirma que dejaría las calles si encontrara un empleo, mientras que 1 de cada 10 nunca lo haría

Del estudio se extrae que la gran mayoría, el 87%, considera la prostitución un trabajo y el 93% no está de acuerdo con el mito de que «la prostitución es una violación a cambio de dinero». No obstante, solo una de cada diez asegura que no dejaría esta forma de vida «en ningún caso». 

En este sentido, una de cada tres (32%) afirma que dejaría la prostitución si encontrara un empleo y una de cada dos (53%) lo haría dependiendo de cuál fuera el empleo.

CATS, ONG que lleva 22 años proporcionando atención a las trabajadoras sexuales y sus familias en el sureste español, resalta que la encuesta deja claro que la «inmensa mayoría» de mujeres ejerce la prostitución por motivos económicos y para sacar adelante a su familia, siendo una minoría (inferior al 10%) quienes están o han estado obligadas a la prostitución por terceros.

Metodología

«Este análisis se basa en la identificación de las diversas formas de violencia, al mismo tiempo que busca reconocer las estrategias de las trabajadoras sexuales para enfrentarlas», comenta a La Opinión Nacho Pardo, activista de la ONG.

Para realizar este estudio se han realizado dos grupos de discusión en los que han dialogado un total de 15 prostitutas

Para la parte cuantitativa, se han realizado 318 encuestas anónimas que han rellenado ellas individualmente, para conseguir un máximo de sinceridad en las respuestas. «Este número tan elevado de participantes ha permitido recoger las distintas realidades de un fenómeno complejo y nada homogéneo», apunta Pardo.

«La encuesta anónima ha sido una estupenda oportunidad para preguntarles directamente qué piensan sobre la prostitución, por qué la ejercen, y de qué manera la dejarían», añade. 

Debate: abolir la actividad o dotar de derechos a las trabajadoras

Abolir la prostitución o dotar de derechos a las trabajadoras del sexo. El eterno debate sigue sin resolverse, aunque en los últimos tiempos el PSOE se ha definido en contra de esta práctica. De hecho, los socialistas registraron la semana pasada una proposición de ley orgánica para prohibir el proxenetismo en todas sus formas. Entienden que estsa actividad es «una actuación incompatible» con los derechos humanos. Desde CATS, sin embargo, están en contra de la abolición. «Abolir el trabajo sexual significa la clandestinidad y más violencias», advierten, al tiempo que denuncian que se quiera multar a sus clientes. «Son quienes nos dan de comer», remarcan.