Medio ambiente

La Fiscalía archiva una denuncia por las obras de la Cala del Pino

Una guardiana del Mar Menor denuncia que se colocan plásticos negros sobre los palmitos para secarlos

La roturación de la ladera de la Cala del Pino. | IVÁN URQUÍZAR

La roturación de la ladera de la Cala del Pino. | IVÁN URQUÍZAR / alicia martínez

La Fiscalía de Cartagena archivará una denuncia por la destrucción de palmitos en la Cala de los Pinos (Chamaerops humilis). El pasado mes de marzo, una guardiana del Mar Menor, cargo creado a raíz de la ILP, puso una denuncia ante la Guardia Civil tras ver que se habían puesto plásticos negros sobre varios ejemplares de palmitos. Estos se encontraban justamente en una ladera de la Cala del Pino donde se están realizando obras.

En su atestado, la Guardia Civil fue a inspeccionar el lugar. Allí comprobaron que se está realizando la roturación de un terreno para la construcción de una vivienda unifamiliar y una piscina. Comprobaron que «se estaba arrancado plantas de flora protegida». Es por ello que se adentraron en el interior de la propiedad y constataron que había varios núcleos de plantas de ejemplares de palmito. Así, empezaron a investigar «un supuesto delito contra los recursos naturales y el medio ambiente». Sin embargo, a medida que comenzó la investigación, vieron que los promotores de la obra tenían todos los permisos pertinentes y que además el solar estaba calificado de ‘urbano’ a pesar de estar en una ladera. En un informe botánico, requisito para comenzar las obras, se indicó que dentro de las parcelas había varios ejemplares de flora protegida más allá del palmito: también había cornical (Periploca angustifolia) y el cambrón (Lycium intricatum). Entre las tres, suman más de 200 plantas que se han visto afectadas por las obras.

Al ser una zona rocosa, el transplante no se contemplaba: «no es aconsejable para estas especies», decía el informe botánico. La solución que se daba, para poder seguir con la edificación, era la de la «reposición». Es decir, recolectar las semillas de las plantas afectadas y ponerlas en crecimiento en un vivero. Esta solución es la que ampara la ley.

La asociación Por Un Mar Menor Vivo protestó contra estas obras, incluso fueron multados por ello. Fuentes expertas consultadas señalan que, aunque moralmente sea «una barbaridad», la ley ampara este tipo de actuaciones.