Conmoción y angustia en la comunidad marroquí de la Región

"Hubo media hora en la que no pude contactar con mi madre y piensas en lo peor", señala Karima, propietaria del restaurante Al Baraka de Murcia

Karima, ayer en su restaurante Al Baraka de Murcia

Karima, ayer en su restaurante Al Baraka de Murcia / Francisco Peñaranda

Alejandro Lorente

Alejandro Lorente

La comunidad marroquí en la Región de Murcia vivió la jornada de ayer con el corazón encogido y con el móvil en la mano, tratando desesperadamente de contactar con sus familiares y amigos y asegurarse de que el terremoto no había acabado con sus vidas. 

La cónsul general del Reino de Marruecos en Murcia, Sanaa Merouah, se dirigía ayer a todos los ciudadanos de origen marroquí en Murcia «con profunda tristeza» y solidaridad. «Nuestros corazones están con aquellos que han perdido a sus seres queridos y con todos los afectados por esta tragedia». Merouah se puso a disposición de las autoridades y organizaciones para brindar asistencia y aliviar el sufrimiento de los afectados. «Nos unimos en oración y solidaridad y confiamos en que juntos superaremos esta difícil situación», indicó. Este Consulado habilitó ayer un teléfono de atención para los ciudadanos con familiares en el país vecino: 613551255. 

Por su parte, la Asociación de Trabajadores Inmigrantes de Murcia (ATIM) pedía, ante el sufrimiento de Marruecos y la «gran devastación» que ha dejado el seísmo, «que extendamos nuestras manos y corazones hacia los afectados». Desde ATIM están valorando las necesidades y circunstancias del pueblo marroquí para poder ofrecer «el tipo de ayuda adecuada», aseguraron en un comunicado. 

Karima Belamrissi es española, de origen marroquí, y regenta varios populares restaurantes en Cartagena, Cabo de Palos y en Murcia, el Al Baraka de la calle Bolos. «Estamos pegados al teléfono todo el día, sin fuerzas para trabajar, con angustia e impotencia, porque estás lejos y sientes que no puedes hacer nada», señala a La Opinión esta empresaria, que indica que, «gracias a Dios, la familia más allegada estaba a salvo». Los familiares de su marido, que se encuentran en la ciudad de Ben Saleh, y los suyos en Meknes, pasaron la noche al raso siguiendo las instrucciones de las autoridades. «Han vivido esta pesadilla con inquietud y mucho miedo; son segundos, pero se hacen eternos», comenta emocionada Karima, que destaca que uno de sus amigos no ha podido volver a su casa por los daños en su estructura. 

Karima ha vivido algunos momentos de absoluta desesperación. «Hubo media hora en la que no pude contactar con mi madre, porque estaban las líneas saturadas, y claro, piensas en lo peor». 

Asegura que la comunidad marroquí se ha unido en esta desgracia. «Se trata de encontrar apoyo y compartir esta angustia, no vivirla solo; y no ya sólo la comunidad marroquí; amigos murcianos me han llamado y enviado muchos mensajes de apoyo». 

Ahmed, propietario del bar-restaurante Alhambra en El Carmen.

Ahmed, propietario del bar-restaurante Alhambra en El Carmen. / L.O.

Ahmed regenta el bar-restaurante Alhambra en la calle Alvarez Quintero de El Carmen y tiene familia en Casablanca. «Me llamaron mis hermanos a la 1 de la mañana; pasaron la noche fuera, por miedo». Señala que la comunidad marroquí en todo el mundo está movilizada para ofrecer toda su ayuda a los afectados. 

El abogado afincado en Murcia Jawad Romaili vivió la jornada con miedo y preocupación; la casa de sus tíos está cerca de Marrackech y allí no ha habido que lamentar ninguna desgracia, pero con otros familiares no ha podido contactar aún.  «El pueblo marroquí es muy fuerte, por todo lo que ha pasado en su historia, y ahora es el momento de arrimar el hombro, de ayudar, y mostrar nuestra solidaridad con los afectados, cada uno en la medida de sus posibilidades», señala el letrado.