Entrevista | José Manuel López Nicolás Catedrático de Bioquímica y Biología Molecular de la Universidad de Murcia

"Hay que anteponer tener una buena salud a tener un buen bronceado"

Los aceites para acelerar el color tostado de la piel pueden dar lugar a quemaduras o consecuencias más graves "al tener un FPS más bajo"

«Hay que anteponer  tener una buena salud a tener un  buen bronceado»

«Hay que anteponer tener una buena salud a tener un buen bronceado» / a.g.f.

Adrián González

Adrián González

En los últimos años el uso de los aceites bronceadores ha ido en aumento. ¿Pueden llegar a ser perjudiciales para la salud?

Su propiedad más importante es que aceleran el bronceado natural y dotan a la piel de un bonito color tostado en la piel. También son más homogéneos, es decir, se distribuyen de forma más uniforme por toda la piel. Favorecen una larga duración del moreno, pero presentan una gran desventaja respecto a los protectores solares. Como su objetivo es facilitar el bronceado, suelen tener un FPS más bajo que las cremas solares, lo que ayuda a la filtración de la radiación ultravioleta, por lo que pueden provocar quemaduras. También son un factor de riesgo para el cáncer de piel. Mi recomendación es utilizar siempre protector solar y anteponer tener una buena salud a tener un buen bronceado.

¿Y de los protectores resistentes al agua?

Para ello hay que hablar de tres tipos principales. Primero, los etiquetados como ‘Water resistant’, que no pierden su capacidad protectora después de 40 minutos de baño. Segundo, los ‘Waterproof’, que significa que el fotoprotector no pierde su capacidad protectora después de 80 minutos en el agua. Y, por último, los de ‘Wet skin’, que significa que el protector puede aplicarse al salir del agua porque se absorbe inmediatamente y la protección se mantiene incluso cuando se aplica sobre piel mojada. Son muy buena opción.

Hay muchos negocios y comercios que venden ya ropa deportiva para protegerse del sol...

Sin duda, la ropa es uno de los mejores aliados para protegerse del sol. Su capacidad para protegernos de él se mide en el factor UPF (Ultraviolet Protecting Factor), que hace referencia a la cantidad de radiación ultravioleta que es capaz de bloquear el tejido. Es decir, si en las cremas hay que mirar el FPS, en la ropa hay que fijarse en el UPF. La máxima calificación en la ropa es UPF 50+ y significa que esa prenda bloquea un 95% de los rayos UVA y un 98% los de UVB.

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¿El uso de una ropa adecuada ayuda más o menos a protegerse que las cremas solares tradicionales?

La ropa posee ventajas de protección frente a la de la crema. Por una parte no cambia con el roce o al bañarse como ocurre con la crema, aunque sí es cierto que si sudas el factor UPF de la ropa baja porque se moja la prenda. Por otra parte, el riesgo de alergias es menor con la ropa que con las cremas. 

¿Hay factores influyen en la protección solar que ofrece la ropa?

Sí. Entre ellos están factores como la densidad del tejido: cuanto más pequeños son los huecos que quedan entre las fibras del tejido, menos deja pasar las radiaciones; el lavado del tejido: cuanto más se lava una prenda más hebras y protección ultravioleta puede perder; el desgaste, el grosor de la fibra o la humedad: cuanto más mojada esté, con más verticalidad entran los rayos.

Precisamente en esta época del año se suda mucho, y más tras la práctica del ejercicio físico. ¿Puede ser, en cualquier caso, perjudicial?

Más del 90 % del sudor es agua y el 10% restante está compuesto por sales minerales y materia orgánica. Aunque no lo crean, sudar es necesario para regular la temperatura corporal, proteger la piel frente a la sequedad y eliminar toxinas. Nada más ser secretado el sudor es un producto inodoro, pero rápidamente es transformado por las bacterias que viven en nuestras axilas en sustancias químicas que da lugar al mal olor.

Respecto a esto último que comenta, el mercado ofrece a los consumidores alternativas distintas, como desodorantes, antitranspirantes o enmascaradores. ¿Cuáles son sus diferencias?

Los desodorantes tienen una triple acción: combatir la población bacteriana que da lugar al mal olor gracias a la acción antimicrobiana de bactericidas, impedir que la zona se reseque con la presencia de algún ingrediente en su composición que proteja la pérdida de humedad, proporcionar un buen olor gracias a la presencia de algún agente aromático como el geraniol, citral, linalool o limoneno. Por su parte, la función de los antitranspirantes es reducir parcialmente la cantidad de sudor secretado al exterior mediante el uso, principalmente, de sales de aluminio o de zinc. Estas bloquean los poros forma una especie de precipitado que da lugar al efecto antitraspirante. Con el paso del tiempo la piel va eliminándose y con ella se va también el precipitado. Por esta razón la acción del antitraspirante es temporal. Finalmente el enmascarante, también conocido por Body Spray, camufla el olor mediante la presencia en su composición de un perfume bastante intenso pero sin llegar a regular ni el sudor ni la población bacteriana. No se lo recomiendo.