Policías de paisano vigilan jardines de la Región en busca de perros potencialmente peligrosos

Agentes de la Policía Local de paisano peinan parques y jardines en busca de perros potencialmente peligrosos que estén sin bozal o en condiciones que puedan poner en peligro la integridad de ciudadanos o de otros animales, indican fuentes policiales.

En el caso de Murcia, de esta tarea se ocupan miembros del Grupo Especial de Seguridad Ciudadana (GESC), que patrullan sin uniforme a fin de sorprender in fraganti a los infractores. 

La vigilancia policial en este aspecto cobra especial importancia tras el caso de Josefa Bravo, vecina de Alguazas de 96 años de edad que murió este fin de semana en el hospital al no poder recuperarse de las lesiones que le causaron dos cachorros que se escaparon de la propiedad de su vecino. 

La pasada primavera, la unidad del GESC formulaba una denuncia tras descubrir a un hombre que paseaba a su perro potencialmente peligroso en Beniaján sin tener licencia para ello. Unas semanas antes, agentes de El Palmar denunciaban a la propietaria de otro perro potencialmente peligroso, por llevarlo suelto por un jardín de la pedanía. En Puente Tocinos denunciaron a una mujer que llevaba un perro potencialmente peligroso suelto y sin bozal y que, además, carecía de licencia y de seguro obligatorio y no estaba en el registro de perros potencialmente peligrosos.

Otros dos perros del dueño de los cachorros que mataron a una mujer en Alguazas se escapan horas después del ataque

Policías municipales consultados por esta redacción admitieron que es más sencilla la vigilancia en zonas urbanas, donde parques y jardines están acotados, que en emplazamientos como El Paraje, donde los canes atacaron a Josefa el pasado martes.

"No hay conciencia"

Es habitual que en estas zonas haya vecinos que tienen a sus animales «dejados de la mano de Dios», admiten las fuentes. «No hay conciencia de que los perros tengan que tener ‘papeles’ y mucho menos están por la labor de sacarse una licencia: algunos ni los vacunan», reconocen.

Una conducta que se sanciona administrativamente y que solo es perseguida penalmente «cuando ocurre una desgracia», lamentan.

El pasado mes de junio, una mujer acababa en el hospital tras ser mordida en el cuello por un perro en Mazarrón. En 2022 ocurría algo similar en Cartagena, donde un can atacó a una menor de edad. 

Según indican veterinarios consultados, los motivos por los que un can ataca pueden tener que ver con que es un animal y «pierde su paciencia»; para defender a otro perro más pequeño y miembro de su jauría, en ocasiones «jugando» o porque se trate de perros entrenados para peleas, algo que es del todo ilegal.