Opinión | El que avisa no es traidor

Alves: los ricos no lloran

Es obvio y comprobable que aquí, ahora y desde hace tiempo, la pasta gansa compra libertades provisionales y tratos penitenciarios especiales

El exfutbolista Dani Alves en un juicio en la Audiencia de Barcelona.

El exfutbolista Dani Alves en un juicio en la Audiencia de Barcelona. / Europa Press

No puede ser poca la indignación que se siente tras la sentencia de la Audiencia de Barcelona por la que el futbolista Alves, convicto de violación, será puesto en libertad a cambio de un millón de euros. La Justicia -¿quizá con minúscula?- será imparcial, ecuánime, justa, etcétera. Pero lo único que se demuestra en este caso es que también es perdidamente ciega, en el peor sentido de la palabra.

El ciudadano normal y corriente, que sabe que una transgresión de la legalidad le acarreará sin remedio la pena establecida por la legislación vigente, alucina viendo que se ha pasado de una petición fiscal de doce años y una condena inicial de cuatro a una puesta en libertad tras solo 14 meses de prisión provisional a cambio de un millón de euros. Que Alves los tiene, él o algún amiguete. Así que el violador de la discoteca Sutton saldrá a la calle ya gracias a la magnanimidad de la Sección 21ª de la Audiencia barcelonesa. Si bien uno de los tres magistrados votó en contra.

Los robaperas y robagallinas deben estar atónitos ante tamaña laxitud judicial. Ellos se comen sus meses de cárcel por asuntos menores sin que nadie proteste. Por mucho que el sistema español sea garantista, es difícil justificar la decisión de los dos magistrados. Al menos para el tipo que va por la calle pensando en que ya puede pedir el borrador de la declaración anual de IRPF, sabiendo que grandes defraudadores a Hacienda se pasean por las calles muy puestos de chaqueta y corbata, eso sí, gracias a que, a pesar de todo, mantienen capacidad de pagar fianzas millonarias. Como la de Alves.

Ese pobre tipo sabe a ciencia cierta que este caso de clamorosa desigualdad ante la justicia -sí, con minúscula- es moneda corriente en España. Se dice que el dinero compra voluntades. No es el caso: es obvio y comprobable que aquí, ahora y desde hace tiempo, la pasta gansa compra libertades provisionales y tratos penitenciarios especiales.

Ha caído la ‘venta’ de la libertad provisional de Alves como una bomba, porque se hizo pública casi simultáneamente a un par de días en los que se registraron cuatro asesinatos machistas. Y porque 2022 y 2023 batieron récord sucesivos de mujeres muertas por violencia machista. Pero los ricos no lloran. Ni por esos casos ni por otras cosas. Bien lo sabe el futbolista brasileño. 

Vamos bien.

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