El que avisa no es traidor

Xavi y la pasta

Desde hace tiempo la peña, futbolera o no, se ha acostumbrado a los ‘fichajes’ astronómicos de figuras por campeonatos más o menos espurios o, algunos, directamente impresentables

Xavi Hernández

Xavi Hernández / EFE

J. L. Vidal Coy

J. L. Vidal Coy

Hay diferencias. Como hay equipos y equipos; jugadores y jugadores; y entrenadores y entrenadores. El caso de Xavi Hernández, que en junio será ex entrenador del Barça, es aparte. No solo por su forma de salir del club tras sentirse más solo que la una, abandonado por la dirección deportiva, la junta directiva y unos cuantos jugadores. Eso es casi lo de menos. Lo de más es la pasta.

Desde hace tiempo la peña, futbolera o no, se ha acostumbrado a los ‘fichajes’ astronómicos de figuras por campeonatos más o menos espurios o, algunos, directamente impresentables. No son los que se han ido a la MLF a ganar mucho más dinero antes de retirarse, opción más o menos presentable.

Los que más se notan son esos de grandes deportistas, como Jon Rahm o Rafa Nadal, seducidos por la pasta gansa de unos estados neototalitarios y ejercientes convencidos de violaciones continuas de los Derechos Humanos. Algunas declaraciones, justificando su ambición desmedida de dinero, dan vergüenza ajena y revuelven el estómago. El afamado tenista manacorí aseguró que solo veía progreso cada vez que visitaba... Arabia Saudí. Nada menos.

Choca la actitud del futuro ex entrenador del Barça. Xavi, que también entrenó en Qatar, otra petromonarquía autoritaria, cambió el chip cuando se vio tentado para volver al club de su vida. Tanto lo alteró que pagó de su bolsillo la rescisión del contrato que le ataba al club Al Sadd. Una pasta, aunque no tan gansa como la de Nadal y Rahm. Todo un detalle que no le ha sido tenido en cuenta por los manejantes de ‘su’ club, los Laporta y compañía.

Ahora adorna su futura salida con la guinda de que renuncia a cobrar el año que le quedará de contrato a partir de junio. Otro detalle que tampoco le tendrán en cuenta. Vale: se lo puede permitir porque Xavi hace tiempo que dejó de ser pobre. Pero esas ‘nimiedades’ podrían ser ejemplo y comparación para otros a quienes, siendo munchimillonarios, la pasta gansa les sigue guiando la vida. Como si no tuvieran suficiente. 

Son los mejores... y los más avariciosos.

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