De vuelta

Lo peor no es Sánchez

Santiago Delgado

Santiago Delgado

Sí, lo peor no es Sánchez. Lo peor es que ha desgajado del tronco de la Constitución-Para-Todos, al Psoe. Y, me temo, que ya para siempre. El Psoe de Felipe fue un espejismo. Un canto de sirena bruscamente desatendido por el par Zapatero-Sánchez, hasta dejarlo enterrado definitivamente ahora, en esta legislatura. La tendencia a formar Frente Popular ha ganado la batalla, con la novedad del separatismo en su seno. Todo sea por el poder. 

Porque no es la intención de hacer prevalecer una ideología, no. Es la intención de detentar el poder, de mantenerse en él. El alma a cambio de un voto. Ya lo estamos viendo. La Constitución dejaba en el campo de la ética personal, el reconocer unos límites morales a la ambición de poder. Pero ha bastado con que una sola persona desprecie esas líneas rojas para que todo el edificio constitucional demostrara que fue hecho con cimientos de barro. 

Este sujeto desprecia la alternancia ideológica en el poder, base de la prosperidad. Y ahí se termina todo. El reparto por encima del crecimiento es el virus del mundo. Un reparto, que luego acaba en dictadura interminable y en la cubanización del país, de la sociedad y de los espíritus. Lo contrario a todo esto es el «¡Viva la libertad, carjo!», de Javier Milei, en Davos, que yo suscribo totalmente. Los amigos de lo ajeno que ponen como pretexto recaudar, para luego repartir, odian esa proclama. Y son, exactamente, los que ha sido reclutados por el Psoe para resistir en la Moncloa, el falcon y el glamour de tener sueldos de millonario USA con ideologías pretendidamente colectivistas. 

Pero da igual el horizonte. El Psoe no volverá a la Constitución del 78. Con ella sólo podían aspirar a la mitad del poder, temporalmente hablando. Eso es muy poco. Lo quieren todo. Y para siempre. Por eso digo que lo peor no es Sánchez, sino su herencia. Una herencia que no contempla otras coaliciones que las de la extrema izquierda y el separatismo, que consiste en copar con una minoría nacionalista el poder para dejar el Estado a un lado, en la cuneta. Y ya saben: de lo español, al ser del Estado, me corresponde mi parte (siempre mayoritaria), y de lo catalán, por derecho propio, me corresponde todo. Y ese es el objetivo: robar territorio y riqueza.

No creo que intentos tales como Izquierda Española o el Foro de Santa Pola arañen votos -si es que siguen valiendo los votos para computar elecciones- al todopoderoso partido de las paguitas, los subsidios, las subvenciones y el amiguismo, anclados en el Estado. Indra no puede proclamar los resultados de las votaciones. Adelanta una estimación. Únicamente la JEC dice el resultado. Pónganse las pilas, apoderados de mesa de la oposición.

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