Tribuna Libre

EBAU

Alumnos examinándose de la EBAU

Alumnos examinándose de la EBAU / Juan Carlos Caval

Marco A. Oma

El 1 de septiembre comienza un nuevo curso académico. La modalidad de EBAU o el tipo de examen que harán los alumnos que empiezan 2º de Bachillerato, hasta finales de agosto, no estaba claro, ya que la regulación depende de una normativa paralizada desde el 23M, dependiente a su vez de la Ley Orgánica, la Lomloe o Ley Celaá, que entra en vigor en 2º por primera vez para este nivel. Pero ocurre que el Ministerio de Educación está en una situación de interinidad… La EBAU depende también parcialmente de las Comunidades Autónomas. Pero ocurre que la Consejería de Educación de Murcia está en situación de interinidad…

El 31 de agosto de 2023, a un día del comienzo del curso, nos enteramos por la prensa de que el secretario de Estado del Ministerio, José Manuel Bar, ha comunicado a los directores generales de las CCAA que se ha decidido mantener para el curso 2023/24 la EBAU tal como estaba hasta ahora. Esto es a lo que se enfrentan profesores y alumnos de un curso tan decisivo para su futuro.

La decisión elimina ciertas incertidumbres, pero genera otras nuevas. Pues se va a aplicar la EBAU de la LOMCE a un curso de 2º de Bachillerato que será LOMLOE. ¿Cómo se van a coordinar ambos? En algunas asignaturas, como en Lengua Castellana y Literatura, en el currículo LOMLOE se aborda la literatura realista de la segunda mitad del siglo XIX hasta la Hispanoamericana del siglo XX, pero las preguntas de teoría de la EBAU murciana solo abarcan la literatura española entre 1900 y 1975, sin mencionar que este año la asignatura tendrá una hora menos que el año pasado. Por otra parte, los alumnos se matricularon del nuevo curso de 2º de Bachillerato creyendo que podrían elegir entre Historia de España o Historia de la Filosofía en la EBAU. ¿Qué van a poder hacer ahora? Porque este año la Historia de la Filosofía es obligatoria en todas las modalidades de 2º de Bachillerato de la Ley Celaá que entra en vigor.

Mucho nos tememos que, con tal de no perjudicar a los alumnos, los resultados de la selectividad de este curso remeden los del covid, que fueron estelares. De todas formas, ese parece el camino que la Selectividad tomó hace tiempo: aprobar cada vez más y mejor a los alumnos que se presenten. En los sucesivos y minuciosos informes que tras cada convocatoria de EBAU elabora la universidad (que por desgracia no incluyen los datos desagregados por institutos y centros de enseñanza secundaria para que se pudiera comprobar si es verdad lo que algunos dicen, que hay competencia desleal, porque algunos centros hinchan las notas del expediente) podemos apreciar las siguientes constantes: 1) incremento en el número de alumnos que se presentan todos los años; 2) incremento en el número de alumnos que se presentan en la convocatoria ordinaria frente a la extraordinaria (desde los 5408 de 2010 a los casi 8000 de 2022); 3) índice de aprobados siempre por encima del 90% -superando en ocasiones el 95%- (es decir, que la pasan casi todos los que se presentan); 4) incremento en la nota media del bachillerato (NMB) y en la nota media de la prueba (en la convocatoria de 2013 la NMB de la convocatoria ordinaria era de 7,39 y la nota media de la prueba era de 6,15; en el 2022 la NMB era de 8,21 y la nota media de la prueba era de 6,81 (aunque en la convocatoria extraordinaria no pasa lo mismo). Será porque los alumnos cada vez saben más.

Por otro lado, tampoco hay grandes esperanzas de que el nuevo modelo de selectividad resuelva alguno de los graves problemas de la EBAU. Uno de los más sangrantes es el de la desigualdad debido a las enormes diferencias por CCAA tanto en la materia que entra en el examen como en los criterios de corrección. Por otro lado, con el facilismo imperante, un facilismo que aún se agravará más por el espíritu ‘competencial’ de la nueva ley educativa y la EBAU que se quiere proponer para ella, nos encontramos con que se consiguen plazas por milésimas, lo que es absurdo, puesto que los instrumentos de medición (exámenes) no son tan precisos. De ese modo, la entrada en la carrera tiene que ver mucho más con el lugar de residencia o el azar que con el mérito. 

Pero, por supuesto, para nuestros próceres la educación es lo más importante.