Al azar

23J, Barbie frena a Oppenheimer

El duelo es tan complicado que dos días después todavía no se sabe quién ganó el 23J, por no hablar de los márgenes de la victoria

L.O.

L.O.

Matías Vallés

Matías Vallés

El fin de semana comenzaba con dos duelos ineludibles de participación masiva. Por orden de importancia, el Barbie/Oppenheimer en las taquillas, y el Sánchez/Feijóo en las urnas. Ya saben, un personaje efervescente, inconsciente y habitante de un reino de fantasía frente a otro oscuro, impenetrable, aquejado de un exceso de realidad. El primero de ellos podría ser el presidente del Gobierno, pero también un optimista muñeco de Mattel. El segundo es el candidato popular, mensajero de un pesimismo existencial, aunque sería fácil identificarlo con el taciturno padre de la bomba atómica. ‘Oppenheimer Feijóo’ monta una bomba que debía arrasar a España tal como la conocemos, hasta el punto de derogarla. Sin embargo, ‘Barbie Sánchez’ sobrevive incluso a la explosión nuclear con su bucle radiactivo. En efecto, se aplica aquí la confusión de géneros que ha legislado el Gobierno de PSOE y Podemos, sin gran escándalo de la población a juzgar por el balance de las urnas. Debido a la contumacia de ‘Ken Sánchez’, el duelo político sobrevive al cinematográfico, la resaca postelectoral se transforma en otra etapa preelectoral.

La genial película demuestra que las Barbie sufren un maltrato por encima de lo habitual entre humanos, pero el muñeco Sánchez se ha sobrepuesto incluso a su satanización. En cambio, el Feijóo ganador de antemano padece como Oppenheimer una agresión tras otra después de haber reunido la masa crítica de talento conservador, insuficiente para ganar la guerra. Era notorio que las cucarachas sobrevivirán a los humanos cuando se plasmen los peores presagios sobre la bomba, ahora hay que añadir a las muñecas indestructibles. El duelo es tan complicado que dos días después todavía no se sabe quién ganó el 23J, por no hablar de los márgenes de la victoria. En el concepto de la verdad como aproximación, que nunca aceptarán los inquisidores o fact checkers, Barbie Sánchez ha frenado a Oppenheimer Feijóo. En seco, si necesitan más datos.

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