La Opinión de Murcia

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Lola García

Murcia D.F.

Lola García

Espinardo, otra piedra en el camino para el Gobierno local

Residentes de esta zona de Murcia se han levantado contra las previsiones del Ayuntamiento para una de sus calles principales al igual que ha hecho El Carmen

Un cartel en el que se puede leer "El Ayuntamiento va a eliminar esta parte de la acera y 200 aparcamientos" L.O.

Hay arquitectos que han peatonalizado grandes urbes que tienen claro que «los coches son como una invasión de ratas», un concepto que uno de los urbanistas daneses que más ha hecho por la peatonalización en el siglo XX deja caer en cada entrevista que concede. No es plan de aportar nombres de profesionales que se han dejado la vida en intentar humanizar las ciudades, pero la metáfora de las ratas es tan potente que puede ayudar a los escépticos a abrir la mente.

Estos roedores transmiten enfermedades y proliferan a una velocidad de vértigo. Exactamente lo mismo que los coches. Si abres paso a un vehículo, vendrán más y más hasta colapsar el sitio que le has cedido. Está comprobado en Murcia, en la Región y en el mundo entero. No hay carreteras suficientes para asumir tantos tubos de escape.

Que si las nuevas costeras, que si el arco norte y el arco noroeste, que si un bypass en una autovía, que si la ampliación de carriles...Y todo a costa del territorio, del espacio ciudadano, de la salud y del medio ambiente. Está claro que el futuro de las ciudades españolas y murcianas con un número determinado de población debe caminar, por imposición legislativa, hacia zonas de bajas emisiones, lo que conlleva, lógicamente el cierre de determinadas vías al coche privado y la apertura de carriles para buses y ciclistas.

En eso está el Ayuntamiento de Murcia, que ha encontrado un nuevo frente en su plan de movilidad. El barrio del Carmen está casi en llamas, con vecinos y comerciantes enfrentados, con una guerra sin cuartel de octavillas, cortes de Puente Viejo y discusiones en bares, tiendas y paradas de autobús. Y todo ello con miembros del PP que están actuando de agitadores. Si lo de la zona sur de la ciudad no fuera suficiente, al Gobierno local le ha salido otra piedra en el camino. Vecinos de Espinardo no quieren el proyecto trazado para la calle Mayor de su pedanía, un pueblo que casi es ya un barrio de la capital. Dicen que les reducirá las aceras y que les quitarán aparcamientos, unas previsiones que en nada coinciden con los planos del proyecto realizado por Urbamusa que han sido publicado, otra vez, en redes sociales y no por el Ayuntamiento que, lejos de actuar con transparencia, hace lo de siempre: meter la cabeza en el agujero como las avestruces.

La mejor forma de desactivar esa especie de bulo es explicar día sí y día también las previsiones que contiene el plan de movilidad. Ir puerta a puerta si es necesario y reunirse una y otra vez con las personas afectadas. Mucho trabajo para el poco tiempo que queda antes de que entre la pala excavadora. La tensión puede ir aumentando a lo largo de esta semana y la próxima. Los escépticos siguen estando en un mar de dudas y la pedagogía es fundamental en estos proyectos que cambiarán los hábitos y el entorno más próximo de los que habitan en los barrios.

En esa tarea debería apoyar toda la Corporación, también los grupos de oposición, sobre todo, el PP, que ha gobernado en la capital durante 26 años y cuenta a sus espaldas con al menos dos planes de tráfico sin poner en marcha. El que fuera alcalde de Murcia durante veinte años, Miguel Ángel Cámara, hizo uno precioso que recibió casi 3.000 alegaciones, que nunca fueron contestadas. Llevaba de todo: tranvía al Carmen y a pedanías, intercambiadores de transporte, peatonalizaciones, aparcamientos disuasorios, caminos escolares seguros, etc. Nada se hizo prácticamente, salvo carreteras y eliminar carriles bus. El de José Ballesta se parecía al anterior y proponía un tranvibús para unir la ciudad con la Arrixaca, puntos intermodales y aparcamientos en superficie. Se necesitaban para ello 130 millones.

Ahora llega José Antonio Serrano, que ha conseguido dinero de los fondos Next Generation, pero que no tiene un plan tan ambicioso como los anteriores. Ojalá a la tercera vaya la vencida y las ratas (coches) tengan menos espacios. Por nadie pase.

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