Que Jorge Javier Vázquez es un gran showman nadie lo pone en duda. Sin embargo, la forma en la que se habría manejado cuando se apagan las luces (o ni siquiera se han encendido) y se encuentra fuera del plató tendría poco que ver con el entretenimiento, a juzgar por esta información. En algunos pueblos llamarían 'juego sucio' a estos tejemanejes para avergonzar ante la audiencia a Pablo Motos, su principal rival para la emisión del ya cancelado Cuentos chinos (Telecinco). Pero quien escupe al cielo... ya se sabe cómo termina. J.J. habría querido cargarse de la peor forma a El Hormiguero (Antena 3), pero con ello el único logro alcanzado fue que su espacio en el access prime time se estrenara con una herida mortal que el público no podía ver, porque se lo trabajaron bien para maquillarlo.

Conociendo este supuesto 'entramado' entre bambalinas previo al estreno de Cuentos chinos no solo se entiende su cancelación, también se comprende que ahora que Mediaset se plantea rescatar un espacio similar a Sálvame Deluxe se hubiera descartado al presentador catalán para apostar por Santi Acosta, que en su día estuvo al frente de Salsa Rosa.

Cuando se supo que el nuevo programa desaparecía de la parrilla, el 'dueño del cortijo' bromeó y felicitó a Pablo Motos, Carlos Sobera y Wyoming con el mejor de los talantes, aunque todo parece indicar que el más sincero de sus mensajes fue el texto envenenado que escribió para Motos de manera previa al debut de Cuentos chinos, aquel en el que lo vacilaba:

La preparación del estreno

Al grano. El presentador de Supervivientes escribió en sus redes sociales, en ese citado mensaje: "Sé que seguramente alguna vez coincidiremos en invitar a las mismas personas. Entenderé cuando prefieran ir a tu casa antes que a la mía, pero no por ello voy a dejar de invitarlas". Pues era completamente cierto, tal y como confirman fuentes consultadas por La Opinión. Porque Jorge Javier presumía en ese mismo texto de tener muchos colaboradores, pero lo que no dijo claramente es que no tenía invitados. Básicamente porque quienes recibían la llamada para asistir al plató con él declinaban la oferta (y esto no es todo, hay más tela que cortar).

Esa es la razón por la que el primer programa no contaba con un entrevistado. Se 'bromeó' con que no hacía falta, que él mismo se bastaba como protagonista para arrancar, hablando sobre la desaparición de Sálvame, sobre su estado de salud, sobre compañeros de cadena... Pero no, esa guasa era el maquillaje que tapaba el drama: no encontró a nadie de peso para competir con un rival con tanto músculo.

El segundo programa, casualmente, llegó con Bárbara Rey, a la que en teoría Telecinco no quería ver más en sus instalaciones. Pero, curiosamente, el espacio tiró de la murciana como plato fuerte. Es decir, le habría hecho el feo y luego la habría buscado como salvavidas. También charló con Prince Royce (los artistas suelen hacer promoción), Paula Echevarría, que tiene vinculación laboral con Telecinco, su madre (sangre de su sangre), etc.

"Sacar" de la pantalla a Pablo Motos

Hubo invitados con los que insistió MUCHO, aunque inútilmente. Aquí llega el plato fuerte: según aseguran a La Opinión, el presentador se encargó personalmente de llamar, al menos, a uno de los personajes a los que Pablo Motos recurre de manera asidua para sus entrevistas. Imaginen el golpe público que se habría llevado la estrella de Antena 3 si ve a 'su colega' con el enemigo para robarle espectadores. Habría sido más que comentado y puede que incluso calificado de 'traición'.

Jorge Javier levantó el teléfono para convocarlo. Durante la conversación, en la que le habría asegurado que lo iba a tratar divinamente, también habría hecho referencia al éxito que quería lograr con Cuentos chinos, con el que querría "sacar a Pablo Motos" de la televisión. O, al menos, convertirlo en un presentador que ya no representara una amenaza para que él tuviera buena acogida por parte del público. El problema es que no logró la respuesta que buscaba.

El invitado en cuestión dio la negativa por respuesta por fidelidad al que considera un amigo. Cuando escuchó lo que le decía su interlocutor respondió elegantemente "Jorge, tú sabes que me llevo muy bien con Pablo Motos, ¿no?", y dejó claro que habría ido de mil amores, pero parece que su conciencia y su sentido de la lealtad no se lo permitieron.

El resultado de sus movimientos

Resultado: un esfuerzo en vano que se tradujo en el pinchazo de Cuentos chinos. Tras tres meses de baja médica, solo 1,2 millones de espectadores siguieron la puesta de largo del presentador. Ni la expectación por su reaparición consiguió que alcanzara el 9,5% de share. No solo se quedó en un dígito en la cuota de pantalla, sino que tampoco pasó la barrera de la medía del día de Telecinco (9,9%), mientras que El hormiguero marcó, incluso, un dato mejor del que hizo con la entrevista de Isabel Pantoja una semana antes: casi 2,5 millones de personas (más del 19% de share) siguieron la visita de Olga Carmona.

El formato se fue hundiendo cada vez más y, tras diez entregas, a Mediaset se le acabó la paciencia y decidió cancelarlo. El último programa emitido, con Manuela Carmena, apenas hizo un 6,2% con 800.000 seguidores. La decena en su conjunto anotó una media de 912.000 espectadores y un 7% de cuota.

Ahora la cadena trabaja para cubrir el hueco que dejó en su momento el Deluxe, cuyo sello era, también, Jorge Javier... pero se plantea que sea Santi Acosta quien intente atraer al espectador a la franja horaria con la producción de Mandarina. La idea es emitirlo los viernes por la noche, a partir de mediados de noviembre. De ser así, entraría a competir con la recta final de La Voz, un talent más que afianzado en Antena 3.